Todo sigue igual de mal en las relaciones entre el Gobierno y el primer partido de la oposición como pudo apreciarse en el debate sobre regeneración democrática propuesto por Pedro Sánchez, en el que resultó curioso que ni tan siquiera se pusieran de acuerdo en asuntos que ambos habían votado al alimón en Bruselas, más que sobre el control de los medios de comunicación sobre la forma de luchar contra los bulos y la desinformación, a pesar de que lo aprobado cuenta con el beneplácito de periodistas y las empresas editoras. Pero prefirieron lanzarse acusaciones de intentar comprar líneas editoriales a través de la publicidad institucional o las ayudas para su digitalización, que los medios de comunicación, pueden no solicitar para no estar sometidos al principio de que el que paga siempre tiene razón, como en los grandes almacenes.
Para el presidente del PP, Alberto Núñez Feijóo, todo el plan de regeneración democrática, esbozado que no concretado por el jefe del Ejecutivo, es una milonga, un engaño, un cuento, al que él pretende oponer otro plan de regeneración que abarque los puntos que se olvidó mencionar Pedro Sánchez, como la independencia de medios de comunicación públicos, RTVE y la Agencia EFE. Una propuesta honorable si no fuera porque se olvida de que también hay medios públicos en las comunidades autónomas que padecen la misma colonización política de los gobiernos populares. Que buena oportunidad para predicar con el ejemplo, para que su propuesta no sea otra milonga, y demostrar cómo va a actuar cuando alcance La Moncloa y convierta RTVE en la BBC patria. Pero, ay, Mariano Rajoy se cargó el modo de elegir al presidente de la Corporación RTVE, y puso a uno de los suyos y las denuncias de partidismo y manipulación en las televisiones autonómicas que gobierna el PP son constantes, con las de Madrid y Galicia a la cabeza.
Donde también todo sigue igual es en Cataluña a tenor de los resultados del último estudio del Centro de Estudios de Opinión de la Generalitat acerca de lo que ocurriría si se produjera una repetición electoral en Cataluña, con unos resultados similares a los del pasado 12 de mayo, de tal forma que unos nuevos comicios subrayarían el actual proceso de estancamiento a la espera de la decisión de ERC y su dirigente Marta Rovira, y sobre todo de las bases de su partido, sobre si dan vida a la investidura de Salvador Illa o se echan en los brazos de Puigdemont.
El PSC volvería a ganar las elecciones, Junts podría sumar un escaño más, ERC mantendría los suyos y serían una buena noticia para el PP que lograría aumentar su representación a costa de Vox. Con un panorama similar al existente sería para que los líderes políticos catalanes asumieran que la situación es inalterable y que pueden repetir los comicios todas las veces que quieran hasta agotar a la ciudadanía. Con un añadido que juega en contra de los intereses de los independentistas, cada día crece el número de quienes votarían no en un hipotético referéndum de independencia y son cada vez menos, un tercio de los catalanes, quienes ven un Estado propio como la mejor forma de relación entre Cataluña y España.
Son unos datos que tendrían que hace reflexionar a todos los líderes políticos catalanes para sacar al Principado del impasse en el que se encuentra y clarificar el futuro de la legislatura de Pedro Sánchez.