El candidato ha estado a punto de morir.

La bala le atravesó la oreja, si se hubiera desplazado solo medio centímetro, probablemente Trump sería hoy hombre muerto. Como Lincoln, como John y Robert Kennedy. Como estuvo a punto de serlo Ronald Reagan, que también sufrió un atentado aunque le salvó la rápida reacción de su equipo de seguridad.

Estados Unidos se ha convertido en uno de los países más peligrosos del mundo, y lo seguirá siendo mientras el Partido Republicano siga bloqueando cualquier intento de reducir el poder de la influyente Asociación del Rifle, probablemente el lobby que mejor se mueve en los círculos políticos conservadores. Las regulaciones sobre la venta de armas es tan inapreciable, que habitual encontrar viviendas con anaqueles en los que se pueden encontrar armas de uso bélico.

La Convención Republicana se inaugura este lunes para reconfirmar a Donald Trump como candidato a la Casa Blanca. Será difícil escuchar una sola voz crítica. Si era el candidato al que nadie hacía sombra, en la convención de Milwaukee será recibido primero y respaldado después como candidato con una parafernalia de apoyo que será apoteósica en un escenario, el de las convenciones americanas, que de por sí son ya ejemplo de apoteosis. Pero el intento de asesinato -sorprendentemente por un afiliado a su partido-, más el debate sobre la conveniencia de que Biden sea el candidato demócrata, hacen impensable que Donald Trump no regrese a la Casa. Incluso en el caso de que Biden ceda ante las presiones y retire su candidatura. Hoy por hoy, más aún con el atentado de este sábado, Trump es invencible.

Es necesario prepararse para esa eventualidad, y en el caso de España es necesario prepararse para que el próximo presidente de Estados Unidos marque distancias con Pedro Sánchez. Solo Felipe González y Aznar mantuvieron buenas relaciones con los presidentes que les correspondieron; Felipe excelentes con Bush padre y con Clinton, y Aznar con Clinton y con Bush hijo. EE.UU. siempre ha visto en España un socio indispensable por la relevancia estratégica de la base de Rota, pero además en los casos mencionados hubo relación de amistad personal que no se dio en los respectivos sucesores españoles y americanos.

Si se cumple el pronóstico unánime de los expertos políticos estadounidenses -felicidades al fotógrafo que ha plasmado un instante que se convertirá en icónico: cara ensangrentada, puño victorioso, la bandera ondeante… - Trump será presidente durante unos años con un mundo con tantos riesgos de futuro -Ucrania, Oriente Medio por mencionar solo los más importantes- que se necesitaría en la Casa Blanca un hombre o una mujer con excelente formación en política internacional y sobre todo grandes dosis de prudencia y serenidad. Donald Trump representa todo lo contrario, y este atentado da aún más impulso a su candidatura.

Con seguridad, en las sedes de gobierno de todo el mundo, incluida la Moncloa- se analizan las consecuencias de este atentado más allá de las fronteras de Estados Unidos.