Antonio Herraiz

DESDE EL ALTO TAJO

Antonio Herraiz


La suerte de Jessica

04/04/2025

En Molina de Aragón llevan días sin dormir. Están de los nervios ante un acontecimiento que se presenta como planetario. Lo del Señorío supera el lanzamiento del satélite Sputnik y roza lo de Neil Armstrong. Sin ser excesivamente pretenciosos, hay quien defiende que puede ser un pequeño paso para el hombre y un gran salto para la humanidad. Como todos los desafíos llamados a hacer historia, no todo sale a la primera. Ni a la segunda. Ni siquiera a la tercera. Que se lo digan a Elon Musk, a SpaceX y sus tentativas de llegar a Marte.
Con el Parador de Molina de Aragón hemos perdido la cuenta de las veces que han anunciado su apertura. Los amagos para abrir al público superan los invertidos por los cohetes del amigo de Trump rumbo al planeta rojo. Llevamos hablando de esta promesa para acallar los lamentos de la comarca desde el incendio de la Riba de Saelices. Echando cuentas sin mucho esfuerzo, casi veinte años, diez años si nos fijamos en el inicio de las obras. Ahora parece que es la definitiva. Alabada sea Raquel Sánchez Jiménez, que es la actual presidenta de la red de Paradores. Para los más despistados, Sánchez Jiménez fue alcaldesa de Gavá, en Barcelona, y ministra de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana desde julio de 2021 hasta noviembre de 2023. Fue la que cogió la cartera ministerial de José Luis Ábalos, después de su fulminante destitución acorralado por su vida distraída y supuestamente corrupta. Lo de las fechas no es sólo el recurso de Wikipedia o de la IA para parecer lo que no se es. Coincide que cuatro meses antes de la salida de Ábalos y la llegada de Raquel Sánchez a Transportes, Jessica Rodríguez fue contratada por Tragsatec. En las observaciones rezaba la anotación 'sobrina ministro', porque apuntar que era su escort de lujo o la puta a cargo de Ábalos no quedaba demasiado fino. Nunca fichó en la oficina durante su contrato con la empresa pública. 
Lo dicho: alabada sea Raquel Sánchez. El nuevo Parador de Molina de Aragón abrirá sus puertas al público el próximo 14 de mayo. Y si no lo cumplen, aunque las reservas para la segunda quincena del próximo mes estén ya completas, tampoco pasa nada. Siempre habrá excusa para apuntalar el relato, que en eso la exministra tiene sobrada experiencia. La última vez que se aplazó su apertura fue el 5 de septiembre. ¡Maldita lluvia que se cuela por donde no se tiene que meter! Lo de prever que una instalación moderna recién construida pueda asumir una tormenta de verano es cosa menor. Por eso, para que no se repita, los responsables de Paradores han ido al Convento de Santa Clara de Molina a dejar una docena de huevos. Cuando estaban las clarisas, a los novios les solía funcionar.
Lo que no tenemos duda es que hasta el momento de su inauguración nos quedan por registrar nuevos disparates. El penúltimo ha afectado a los profesionales que van a trabajar en estas instalaciones. El 24 de marzo, la dirección de Paradores envió una carta a la plantilla informando de que prorrogaban el ERTE, una ampliación que podría llegar hasta el 30 de abril de 2025, en las vísperas de la apertura. Lo justificaban en una larga lista de trabajos de reforma pendientes. Casi una veintena. Apenas unos días después de esa misiva y sin más explicación, recibieron otra comunicación apremiándoles a una incorporación urgente. Ha dado igual que haya operarios trabajando en el tejado -vistos esta misma semana- y que aún no se hayan retirado los andamios. Les han llevado al tajo de forma urgente para realizar tareas que nada tienen que ver con el trabajo para el que han sido contratados o para el que han superado un examen-oposición. La suerte de Jessica sólo está reservada para unas pocas elegidas.