Complicada misión la del pregonero. Da igual el motivo: fiestas patronales o Navidad, Semana Santa o el Día del Olivo. Todos tiene su relevancia y tan difícil es despertar el ánimo de cada uno como remover conciencias. En su momento fue un oficio capitular que pocas veces alcanzó el prestigio que merecía. Era el encargado de comunicar a los vecinos informaciones de interés general o acuerdos oficiales. Los llegué a ver siendo un crío con su trompetilla. La chifla, que puntualiza César Lumbreras de Agropopular. En otros pueblos acompañaban la llamada a los vecinos con un tambor. Queridos niños: hubo un momento en el que no existía internet y los bandos políticos e incluso la publicidad de delitos y castigos los realizaba un señor al que se le exigía que tuviera la voz alta y clara y ser de buena vida y fama.
De la buena vida y fama de Eva Fernández tengo numerosas pruebas y ninguna duda. Lo de la voz clara es relevante, pero no lo más importante. Sí lo es su mensaje, tan nítido y comprometido que casi siempre consigue lo que le dicta su limpia conciencia o lo que le pide cualquier alma necesitada. Que se lo pregunten al Papa Francisco, que bien lo sabe. Eva es la corresponsal de COPE en el Vaticano, en Roma y en toda la Italia entera y la Junta de Hermandades y Cofradías de Semana Santa de Toledo la ha elegido para dar el pregón de este año. Ya le reproché a la Fernández -muy amable, como es ella- que no avisara con suficiente tiempo, porque allí que me habría plantado. No es lo mismo ver las faenas importantes en directo que por vídeo y no es comparable escuchar tan magno discurso en la Catedral Primada que en tu casa. Aun con todo, cuando cada palabra se convierte en lección de vida y de fe y cada cadencia alcanza la categoría de verso directo al cielo, incluso YouTube te permite saborear tan magno acontecimiento. Si son de los afortunados que estuvieron ese miércoles de vísperas en la Catedral de Toledo, no hace falta que les cuente nada. Quizá, tampoco, si lo han podido ver por fragmentos o completo en las redes sociales. Al resto, no sólo les animo a que den el paso. Les garantizo que lo van a agradecer.
No es cuestión de hacer spoiler, pero tampoco loas sin fundamento. El pregón de Eva Fernández es un canto a la esperanza, que es la esencia que encierra el Misterio de la Pasión, Muerte y Resurrección de Jesús. Es una llamada a pelear por una contrarrevolución en nuestras vidas, dirigidas desde un mando a distancia y abocadas al aborregamiento. Urge, proclamó Eva, dejar que "la fe ilumine la vida, que ponga serenidad en el desasosiego y horizonte en el camino". Fue un discurso que recoge también la esencia toledana y los vínculos entre la ciudad imperial y Roma. Toledo se ofreció incluso para ser la sede del Vaticano. Fue un pregón universal, en el que Fernández recordó todos los momentos únicos que ha vivido junto al Papa en los viajes que ha compartido con el Santo Padre.
No sé si habrá habido mejor pregón en la Semana Santa de Toledo. Lo que tengo claro es que será uno de los más recordados, y así se encargó de destacarlo el arzobispo Francisco Cerro. Y como de lo que se trata, en este paso obligado que nos dirige a la Pascua, es de buscar a Dios, dejó una frase de las que piden mármol: "El que no se encuentre con Dios en Toledo, será difícil que lo descubra en otra parte". De sobra sabe Eva que a Dios se le puede localizar en cualquier parte, incluso en un pregón de Semana Santa.