Jesús Fuentes

ÁNGULOS INVERTIDOS

Jesús Fuentes


Un tesoro

07/03/2025

La ciudad de Vascos es un tesoro. Pero un tesoro que se deteriora por el abandono, por planes improvisados fallidos, más voluntaristas que científicos, por los intereses privados de la finca donde está situada, por la falta de unidad política para recuperar el yacimiento arqueológico. Una ciudad, ha escrito José María Sadia en un artículo publicado en El País, el lunes 3 de marzo de 2025, que presenta una «singularidad absoluta», porque fue abandonada por los conflictos bélicos  del siglo XI, entre cristianos y almorávides. Y como sostiene el investigador  Miguel Ángel Bru «se  trata de la única ciudad entera de esta época que quedó fosilizada, dado que no hubo ninguna cercana que la expoliara y, tras el abandono, solo se usó como cantera por un breve periodo de tiempo». Lo que ha sucedido después es solo atribuible al olvido de un patrimonio peculiar, a la desidia institucional y a la incapacidad social para entender el lugar como un espacio de reconstrucción y actividad en un territorio que se despuebla progresivamente.
Varias veces he escrito sobre Vascos y he reclamado una actuación planificada y continuada en el tiempo, sin que haya sido posible. El PP lo intentó en tiempos de D. Arturo García Tizón, pero algo pasó para que aquello, en lugar de un proyecto colectivo, se convirtiera en un proyecto de confrontación partidaria, la vía segura para el fracaso. Y como tal la inversión se convirtió en un despilfarro de dinero público que a todos atañe. Visitar en la actualidad la sugerente ciudad de Vascos  es ponerse a llorar por la pérdida de un patrimonio único, ninguneado por la ignorancia y la incapacidad cultural de una ciudadanía despreocupada.
 José María Sadia, autor, entre otros numerosos libros, del titulado 'El autoexpolio del Patrimonio Español', cuenta cómo han sido los propios españoles los que han contribuido a la destrucción o venta de su patrimonio cultural e histórico no solo en épocas pasadas sino en el tiempo presente. El autoexpolio es clamoroso en el caso de Vascos, un lugar «único en la península» que yace  expuesto a diversos  peligros verosímiles e inverosímiles. Así que el artículo publicado en un diario nacional debería suponer el «momento inicial» en el que los responsables de las instituciones regionales y provinciales decidieran, por fin, recuperar, mediante un proyecto plurianual, un lugar  irrepetible y único.