Después de una complicada Eurocopa, el toledano Juan José Abascal 'Curro' llegó el martes por la noche de Alemania tras 1.850 kilómetros en coche y tren desde Barcelona para reincorporarse al trabajo en su bar, el nuevo 'Tierra'. Durante las últimas semanas ha vivido sus días más agridulces, como gran animador de la grada española en el campeonato conquistado, con su bombo, pero también con la pérdida repentina de su madre. Tras despedirse de ella en Toledo, volvió a Berlín para animar en la final del campeonato y poner su granito de arena en la victoria, porque «mi madre quería que animara, que estuviera allí, que entrara a los partidos; mi madre quería que ganara España y lo ha hecho todo desde ahí arriba».
Durante las últimas competiciones internacionales de fútbol, Curro ha sido el gran animador de la selección con su bombo, un instrumento que esta última Eurocopa ha sido más toledano que nunca, con el patrocinio del Ayuntamiento y la Ciudad Europea del Deporte.
La afición de este toledano por la selección española viene de lejos, pero todo empezó en el mundial de Qatar, donde no pudo acudir 'Manolo el del Bombo'. Su peña se hizo con uno y Curro se animó a tocarlo. Son ocho kilos colgados a la espalda durante horas y muy pocos se atreven siquiera a probar. Él reconoce que era «arrítmico completamente», pero a base de pasión, «de que me digan lo mal que toco» y muchas agujetas ha aprendido a tocarlo.
Curro con su bombo toledano. - Foto: LTAsí comenzó una historia que ha llevado a Curro a Georgia, Escocia y la Nations League. A la final del mundial femenino de Australia no se llevó el bombo, hizo un viaje relámpago. Pero después, ya fuera de su peña, Curro ha continuado con su propio bombo. Con cada partido de la selección, Curro deja unos días su labor en el 'Tierra', se busca un viaje como puede y, ahora que no está en la peña que le proporcionaba la entrada, también tiene que conseguir una. Pero nunca le ha faltado. Las entradas de los tres primeros partidos las pudo comprar gracias a la Federación, que no le ha prestado más ayudas. Todo ha corrido de su bolsillo, salvo un patrocinio del Ayuntamiento de Toledo, por llevar a la Ciudad Europea del Deporte en su bombo.
Tras la fase inicial, Curro no pudo acudir a octavos de final. Sí estuvo contra Alemania. Pero el domingo antes de semifinales se tuvo que volver por el repentino fallecimiento de su madre. A pesar de eso, quiso volver a la final por la pasión que también desprendía ella por estos colores.
A pesar de que la Federación no le facilitó la entrada comprometida, Curro acudió a Berlín a animar, sin tener claro si podría entrar al partido. Aquel día estuvo 16 horas con el bombo colgado a la espalda, animando a todos. La suerte es que, gracias a los contactos, logró tener un sitio, animó juntó con 'Manolo el del Bombo' y su amigo del bombo de Marea Roja, e incluso, una final es una final, volvió a ser protagonista con su antigua peña. A la postre, «mi mamá quería que ganáramos y lo hemos conseguido».
Grandes aficiones. En estos días Curro no ha tenido contacto directo con los jugadores de la selección, aunque para el recuerdo siempre estará la publicación en redes de Lamine Yamal en la que, con su imagen de fondo, pedía a sus profesores clemencia con sus notas. Lo que este toledano ya reconocido por doquier sí ha podido vivir en primera persona fue la animación en la calle y los estadios y, sobre todo, la buena relación entre aficiones que se ha dado en esta Eurocopa, salvo algún caso aislado. En la fanzone ha subido al escenario y podido animar a más de ocho mil aficionados. Junto a otro amigo con trompeta, tocando los himnos de los demás países, ha podido disfrutar de todas las aficiones.
Recuerda una gran final, pero también unos buenísimos cuartos de final contra los anfitriones, Alemania, con un grandísimo ambiente, «éramos muy poquitos españoles, muchos alemanes y había un gran ambientazo, además muy buena onda». Su conclusión es que cuando una gran competición internacional se da en un único país «hay mucho ambiente de fútbol», que permite concentrar a las aficiones. No ocurre lo mismo con las multisedes. El mundial de Estados Unidos, Canadá y México, se lamenta, no tendrá ese ambiente de fútbol. También espera que la Federación invierta algo de dinero en mover a la afición a las grandes citas, facilitando viajes y gradas jóvenes.
A partir de ahora Curro quiere continuar con sus ánimos a la selección. Lo siguiente es el 6 de septiembre en Serbia y el 8 en Suiza. También quiere estar en el siguiente mundial en plan trotamundos y mochilero, viviendo el día a día «como hoja movida por el viento». Y quiere ir más allá. Pretende montar su propia peña de fútbol. Si son más de 25 personas, explica, es la Federación la que facilita la entrada de forma directa. Las entradas cuestan lo mismo que a cualquier otro aficionado, pero al menos la tienen asegurada. La propuesta está abierta a los toledanos.