Una gestión impoluta

C. de la Blanca (SPC)
-

La política de compras y ventas de Florentino Pérez lleva al Real Madrid a un nivel superior

haberle costado al Madrid alEl presidente de la entidad blanca ha optado por llevar a cabo una política de fichajes que después generarán beneficios - Foto: Mariscal

La expresión 'cambio de ciclo' es inherente a los equipos de fútbol: todos se enfrentan, sobre todo a final de cada temporada, a un golpe de timón, pero esto solo queda patente tras el paso del tiempo. Es lo que ha pasado con la segunda etapa de Florentino Pérez en la Presidencia del Real Madrid. Llegó en el momento cumbre de un Barcelona sin parangón y en 15 años ha logrado cambiar las tornas hasta tal punto de que se ha erigido como el cuadro más dominante del Viejo Continente.

Y, en gran parte, todo se ha fraguado gracias a una política de fichajes que no era común en el mandatario blanco, al menos en sus primeros años al frente de club. De contratar 'galácticos' pasó a calcularcon mesura cada movimiento, asesorado, eso sí, por un grupo de expertos que pocas veces ha fallado a la hora de confiar en un jugador.

De los rimbombantes refuerzos nada más llegar, con Cristiano Ronaldo, Kaká y Benzema a la cabeza, Florentino Pérez aflojó el ritmo para dar prioridad a inversiones de rendimiento inmediato que pudieran dejar en la entidad merengue una plusvalía años después.

En este aspecto, los casos más destacables fueron los de Varane (llegó por 11 millones y fue vendido al Manchester United por 40), Özil (aterrizó en el equipo blanco por 18 millones y se lo llevó el Arsenal pagando 47), Casemiro (lo compró el United por 70 millones después de haberle costado al Madrid al go más de 25), Di María (33 millones lo llevaron a Chamartín desde el Benfica y por 75 recaló en Old Trafford) y Kovacic (llegó por 18 millones y salió rumbo al Chelsea por 45). Solo entre ellos el club español generó un beneficio neto de 171 millones de euros.

Comparando al Real Madrid y al Barcelona en este sentido, hubo un tiempo en la Ciudad Condal en el que, lejos de desprenderse de jugadores que se encaminaban a la etapa de su carrera en la que el rendimiento decrece, accedían a cada renovación que acarreaba una sustanciosa subida salarial.

En Chamartín, la política era totalmente contraria. Cualquier futbolista mayor de 30 años iría apalabrando contratos de año en año para evitar disonancias entre nivel ofrecido y ficha. De esa guisa salieron del Bernabéu jugadores queridos como Cristiano Ronaldo o Sergio Ramos, siendo estos los ejemplos más destacados de que un club no se gestiona desde lo emocional, sino desde lo racional.

Así ha obrado Florentino Pérez en su segunda etapa en el Madrid, dando prioridad a contratar jóvenes valores que ahora son los que cogerán el testigo de los Kroos, Modric, Benzema, Carvajal y compañía. Una estrategia por la que ya lucen 15 Champions en las vitrinas del Bernabéu.