Nieta de agricultor e hija de agricultora, se considera una mujer de campo. La agricultura es su profesión y la caza su pasión. Cruz González de León tiene una explotación de herbáceos en la Alcarria donde este año sembró pipas y cebada. Desde que a los 24 años decidiera hacer de la agricultura su oficio, a Cruz González no se le pone nada por delante, ni a ras de tierra, ni sobre su tractor.
Se trata de la primera mujer en formar parte del organigrama directivo de la Asociación de Agricultores y Ganaderos de Guadalajara (APAG), donde ocupa la Vicepresidencia Agrícola. Al margen, es portavoz de Desarrollo Rural y Reto Demográfico de Cooperativas Agroalimentarias de Castilla-La Mancha, responsabilidad desde la que trata de poner su grano de arena para que los pueblos no sigan perdiendo población.
Como titular de una explotación, ¿cuál es hoy el peso y situación del sector primario?
Me incorporé con 24 años a la agricultura y tengo 45. En estos momentos, el sector lo está pasando bastante mal. Cada vez nos controlan y nos exigen más, hay demasiada burocracia y los cambios en la Política Agraria Común (PAC) van a peor.
Desde el Gobierno central podrían hacer mucho más por nosotros, pero no es así. Las exigencias a nuestros productos son mayores que las establecidas para los que vienen de fuera. Además, con la subida del IVA, vuelven a subir los insumos. Al Gobierno se le llena la boca hablando de desarrollo rural y reto demográfico y de que hay que ocupar los pueblos, pero no ayuda a los pocos que aún vivimos de verdad en ellos.
¿Qué supone ser la primera mujer con responsabilidades directivas dentro de APAG?
Al principio, fue un reto, pero ya llevo más de cuatro años y me siento una más. He aprendido mucho del resto. Digo y propongo como cualquier otro y me toman muy en serio. Me siento muy orgullosa.
Aunque creo que todavía sigue costando que las propias mujeres se incorporen, en estas últimas elecciones se han incorporado a SAT Coagral, como vocales, dos chicas jóvenes más. Y he de decir que en este sector hombres y mujeres tenemos las mismas oportunidades. Ysi bien es cierto que nosotras todavía tenemos que demostrar un poco más lo que valemos en un camino que ya tienen hecho los hombres, lo que nos obliga a meter el codo y sacar la cabeza un poquito más, a mi nunca me han dicho que no a nada por el hecho de ser mujer.
De cualquier forma, en mi caso, al moverme desde pequeña en un mundo de hombres, ha sido más fácil. En APAG todos trabajamos a una y estamos muy satisfechos de lo que se va consiguiendo, como la apertura de una fábrica de piensos moderna en Yunquera de Henares, de una tienda en Sigüenza o de un almacén en Almoguera...
¿Percibe que por ser mujer tiene que realizar un sobreesfuerzo para demostrar constantemente su valía?
No lo siento así. En ningún momento he tenido que demostrar más que alguno de mis compañeros. En casa, tanto mi marido como yo tenemos nuestra propia explotación y ambos decidimos lo que sembramos y lo que se compra. Sin embargo, si es verdad que la mujer, tanto en la agricultura como en la ganadería, siempre ha estado a la sombra del marido, pese a trabajar tanto o más que él. Sin embargo, afortunadamente, cada día son más las mujeres que asumen cargos de responsabilidad.
El trabajo de la tierra y del ganado se asoció casi siempre mucho más a los hombres que a las mujeres, pero ya no es así. Con la maquinaria que tenemos ahora yo puedo hacer exactamente el mismo trabajo que mi marido sin tener que despeinarme y sin realizar esfuerzo físico, que es donde podríamos estar en desventaja y algo más limitadas por tener, en general, menos fuerza. Hoy, cuando me monto en el tractor, lo engancho sin hacer fuerza, pongo el GPS y solo tengo que ir pendiente de que todo salga bien.
Hay que precisar también que trabajar en el campo es mucho más que subirse a un tractor. Se puede genetista, ingeniero forestal o agrario o asumir cargos de dirección vinculados con este sector. La gente joven debe saber que se puede vivir bien de este sector y que elegir dedicarse a él no supone ser el tonto que se quedó en el pueblo.
¿De qué se ocupa la vicepresidenta agrícola del grupo APAG-Coagral?
Hay tres vicepresidencias: la ganadera, la forestal y la agrícola. Aunque al frente de cada una hay un vicepresidente, los tres compartimos y aportamos lo que podemos, en función de las necesidades que vayan surgiendo.
¿Conforman un sector con evidentes márgenes de mejora aún?
Aunque cada día estamos más preparados desde el punto de vista tecnológico para llevar y sacar el mayor rendimiento a nuestras explotaciones, donde nos siguen pisando es en la tremenda burocracia que se exige desde las instituciones. Ahí es donde surgen los problemas. No puede ser que desde un despacho de Madrid, un señor que no ha visto un terrón en su vida, me diga lo que tengo que hacer. Por esta y otras cosas, seguimos en la lucha, al igual que para quejarnos por la presencia del lobo en la Sierra Norte y las escasas ayudas a los ganaderos, la problemática del agua y las restricciones a las cosechadoras en verano.
No entiendo que un lobo tenga más valor que una vaca ni que por protegerlo se estén cargando la ganadería y la caza. Así, los cuatro jóvenes que quedan en la comarca terminarán en la logística en Guadalajara y la Sierra Norte se convertirá en un parque temático.
¿Tienen confianza en que finalmente sea una realidad la conexión del Sorbe con Alcorlo o en que se de marcha atrás en las restricciones a las cosechadoras?
Con respecto al agua, en APAG tenemos confianza en que así será, pero nos preocupan mucho las limitaciones en el uso de las cosechadoras en verano. A lo largo de estos días tendremos una reunión en Desarrollo Sostenible con la consejera Mercedes Gómez y queremos sacar el tema cuanto antes. No puede ser que todo el mundo pueda coger su coche para ir a trabajar y yo no pueda hacer lo mismo con la cosechadora. Queremos que saquen estas máquinas de las prohibiciones. Tenemos que segar con calor. No podemos hacerlo con frío y por la noche. Los primeros interesados en que no se produzca un incendio somos los agricultores. Si esto se produce, se quema es nuestra cosecha, nuestro medio de vida y nuestra máquina. No es un capricho. Un accidente puede ocurrirle a cualquiera y para eso tenemos los seguros.
No hace tanto que se decía que el que se quedaba trabajando el campo y no salía a estudiar era el que no valía para otra cosa. Hoy, las nuevas tecnologías han entrado de lleno también en el sector.
Estamos hartos de escuchar que el que no valía para estudiar se quedaba aquí. Sin embargo, hoy creo que es la profesión más completa. Hay que saber de informática porque los tractores son como naves espaciales y porque todos los trámites se realizan a través de Internet: ser perito para controlar las dosis que echas al campo y saber algo de leyes para defenderte. Ypara ayudar en todo esto está también APAG. Mi tractor es un New Holland 245. Para manejarlo y sacarle mayor rendimiento tuve que realizar un curso. Y aunque poco a poco vamos encontrando nuestro lugar, aún hay gente, mujeres y hombres, que se sorprenden cuando ven a alguien del sexo femenino conduciendo este vehículo.
Un problema que también hay que afrontar y en el que ha que trabajar es en la mejora de los servicios en los pueblos. Vivo en Sacedón. Es un pueblo más o menos grande. Sin embargo, a pocos kilómetros de él hay pueblos en los que la gente que queda terminará por irse si no se mejoran los servicios y si no se apoya a un sector que contribuye a que el medio rural siga vivo. Si lo poco que queda, que es la agricultura y la ganadería, se lo terminan de cargar, la gente se marchará definitivamente.
¿Hasta que punto han llegado las nuevas tecnologías al campo de esta provincia?
Aquí ya tenemos muchos ganaderos que manejan su ganado con drones. Y desde Cooperativas Agrarias ya se está trabajando en ver las necesidades que hay en los pueblos para estudiar si se pueden asumir. Tenemos un problema real de relevo generacional que hay que afrontar y una forma sería que desde la cooperativa se pudiera gestionar la tierra cuando uno se jubilada. Para esto es necesario también que cuando se necesite personal para trabajar, por ejemplo el ajo, hubiera guarderías para cuidar a los niños. Con ello, también se contribuiría a crear más empleo.
¿Hay algún producto en el que Guadalajara se pueda considerar la despensa de España?
Lo más identificativo es la lavanda y el espárrago verde, pero somos una provincia principalmente cerealista que tiene también algo de olivar y un poquito de viña. Guadalajara es al 90% de secano, pero, ya que tenemos agua, quisiéramos crecer en regadío. Ahora riega todo el mundo menos nosotros.
Los agricultores, en general, tienen fama de llorones y de ganar mucho dinero. ¿Qué hay de verdad o de mentira en ello?
Millonarios solo conozco los que han vendido tierras para urbanizar. De la agricultura se puede vivir bien pero igual que se gana mucho, hay que gastar mucho en maquinaria. En Guadalajara, la mayoría de los agricultores trabajan tierras arrendadas.
¿Se consideran un sector fundamental también para mitigar el cambio climático:?
Por supuesto. Si sigue incrementándose la temperatura, las producciones bajarán porque somos una provincia sin apenas regadío.
¿Dependen las cosechas hoy tanto de la meteorología como antes?
Las semillas de hoy son más resistentes a la sequía. Sin embargo, si no llueve, no habrá cosecha.
¿Por qué un tomate de un supermercado ya no sabe ni parecido a lo que se compraba hace años?
Actualmente, en España somos 45 millones y antes éramos la mitad. Eso significa que hay que producir el doble. Es cierto que el sabor de un tomate de mi huerto no es el mismo que uno de un invernadero, pero la calidad de ambos es buena. En España tenemos muchas restricciones que no se exigen fuera. Eso es competencia desleal y aprovecho para decir que, en mi caso, cuando voy a un supermercado, compró siempre productos nacionales y creo que la gente es cada día más consciente de que los productos kilómetro cero, entre otras cosas, son más sanos e igualmente más saludables.
Por último, ¿creo que es una gran aficionada a la caza.
Me gusta mucho. Tengo un grupo de amigos con el que salgo a menudo a cazar. Ahora, precisamente, estamos en plena época de monterías. Para mí, es una pasión así como una forma más de desconectar del día a día que suelo practicar en fines de semana.