Carlos Rodrigo

Entre columnas

Carlos Rodrigo


Los libros y los días

14/10/2024

Paseando por la Feria del Libro, entre charco literario y charco físico, observo a una pareja de aún no veinteañeros. Uno escruta un libro como si fuera un objeto de museo. Pregunta con mucha educación y reparo al librero si puede hojearlo, con ese miedo cerval que tenemos muchos de «si se toca se compra».
 Un malvado, sobre mi hombro, comenta maliciosamente: cada vez hay más universitarios que acaban la carrera sin haberse leído un libro, rematando en voz baja la reflexión con una de esas frases lapidarias, muy graciosa, que tanto nos gusta usar cuando nos dirigimos a un desconocido: estamos educando a tontos en cinco idiomas. 
Tampoco es que nosotros seamos muy listos, pienso, y me viene a la cabeza aquello de Umbral de: a mí que más me da que la gente lea mis libros, yo lo que quiero es que los compren. 
Yo soy el típico campeón que compra cinco y solo lee uno y un cuarto, aunque, eso sí, los empieza todos y degusta eso que Santiago Sastre llama catas, hermosa y poética forma de camuflar esa ansia letraherida de acumular libros que nunca acabamos, motivo por el que nuestras parejas, o nuestros gatos, algún día nos matarán y saldrán, con toda la razón, absueltos.
Si eso lo aderezamos con que la mitad de los universitarios admite tener dependencia del móvil y el 30% lo utiliza más de cinco horas diarias. Recordemos que produce más ansiedad estar sin móvil una semana que dejar de fumar…
Y lo unimos a que, en estas edades, uno suele estar más disperso, cuestionado y cuestionante que Marco en el Día de la Madre, cuando no directamente más perdido que Guti en un equipo entrenado por Simeone… sumemos novatadas, nuevas amistades, reflexiones sobre el adónde vamos y de dónde venimos, clases varias y algunas infumables, y socializaciones y estímulos varios de paraísos naturales, artificiales y virtuales, por decirlo eufemísticamente…
Y lo salpimentamos con un estudio sobre la capacidad cerebral, que reza que el promedio de captación de atención actual rige a 8.25 segundos, para enganchar a la gente 7, y 23 palabras si es un texto…
A mi lo que me parece un milagro es ver a este chaval (h)ojeando, para más Inri, 'Viaje al fin de la noche'. 
No puedo evitarlo y le recomiendo que se lo lleve, evocándome desde el cuarto piso de un colegio mayor defenestrando en perfecto tiro parabólico otro libro de Céline, este insufrible, grotesco y posiblemente mutilado, del que afortunadamente no recuerdo el título, tras sufrir un cruel desengaño.
Su compañera aguarda estoicamente escribiendo guasaps a la endiablada velocidad del rayo con sus fascinantes uñas de Rosalía. 
Y también llévate el Mortadelo de París 2024. Ibáñez nunca decepciona. Le digo para compensar.
Al rato me los cruzo callados en la parada del bus. Ella aferrada a su móvil. Él a sus libros. Solemos obviar que la vida también es dura a los 18 años. Ojalá esta noche empiece por Mortadelo. Siempre habrá tiempo para Céline.