Antonio Herraiz

DESDE EL ALTO TAJO

Antonio Herraiz


Una estrella de rock

11/04/2025

Las habitaciones de los hoteles son testigos mudos de los excesos. Del que manga la toalla y del que lleva la juerga al extremo. Si las kellys pudieran hablar señalando con nombres y apellidos, hundirían la vida al más pintado. A los Rolling Stones les prohibieron la entrada en una docena de hoteles de Nueva York por vándalos. La hierba no crecía por donde pasaba Atila y en las dependencias donde sus satánicas majestades hacían noche tenía que entrar una unidad similar a la UME. No han sido los únicos. De Amy Winehouse cuentan que, en 2007, en Munich, estrelló contra la pared de su habitación un plato de pasta boloñesa. Ni se cuidaba ella ni cuidaba a los demás. Oasis, The Who y Britney Spears tampoco han tenido buena fama. A la del Baby One More Time le tuvieron que echar de la piscina de un hotel de Las Vegas porque entendió que le sobraba la parte superior del bikini y amenazaba con seguir con la de abajo. Son sonadas también sus juergas en dependencias hoteleras, con sustancias de todo tipo y a la salida sacar el taco: «¿Se debe algo?» A Michael Jackson le dieron el deshonroso título de encabezar la lista de los peores huéspedes del mundo. Ahí está esa foto para la historia zarandeando a su hijo, suspendido desde la ventana de un hotel de Berlín y con la cabeza tapada. Cosas de genios, como la de exigir que le llevaran a la habitación bandejas llenas de ositos de gominola.  
A Ábalos le identifican como un Torrente cualquiera cuando en realidad tiene alma de estrella de rock o de pop. A pesar de su parecido con el protagonista que encumbró a Santiago Segura, presume de que nunca le han dicho aquello de «me debes seis mil pesetas de whisky». En cambio, sigue los pasos de los artistas más gamberros. Al ex ministro también le han acusado de arrasar una estancia nocturna. No una cualquiera, sino todo un Parador como el de Teruel. Lo han contado los trabajadores: «Una estrella del rock también nos destrozó una habitación como Ábalos». Un galón más en su pechera. Este empleado ha precisado que lo del ex número dos del PSOE fue en septiembre de 2020, en plena pandemia. Por aquel entonces, el presidente de Paradores de Turismo era Óscar López, actual ministro a tiempo parcial con el encargo titánico de derrocar a Ayuso de la presidencia de la Comunidad de Madrid. Mientras el resto trataba de salir como podía de un encierro declarado inconstitucional, Ábalos buscaba oxígeno llevando un volquete de señoritas para pasar una noche desenfrenada. Los Stones lo hacían, por qué no un ministro con tanto poder en España. 
¿Fue Óscar López el que denunció el estado en el que quedaban las habitaciones de los paradores tras la visita de su compañero? Pedro Sánchez se lo va a llevar a la tumba. Le destituyó sin dar explicaciones en un pacto entre caballeros, aunque la actitud del implicado sea la de un perfecto villano. Desconocemos si fue también cosa del aspirante ampliar la oferta de hospedajes para Ábalos. Lo que no tenemos duda es que López celebró que la trama de Aldama obsequiara a la estrella de rock del Gobierno de Sánchez con una villa de lujo en Marbella. El precio, casi 10.000 euros, que fueron abonados, según la UCO de la Guardia Civil, por el comisionista Víctor de Aldama. Fue, presuntamente, el pago por la mediación de Ábalos en el rescate de Air Europa. «Esto sale gratis por las molestias generadas», dijo Koldo, mientras el hoy titular de Transformación Digital descorchaba una botella de champagne. Al menos, durante ese mes, se libró de una visita a algún Parador con compañías de dudosa reputación.