Si Chaves era un gorila, y así le llamaban, Maduro es un gorilón. Cuando yo era pequeño se decía que «eras más peligroso que un mono con una metralleta». A los monos con metralleta siempre me los he imaginado muy peligrosos desde entonces, pero a los gorilas con metralleta más.
Estando un gorila al frente de un país donde cada día asesina a alguien, tortura a alguien, y le quita el patrimonio a alguien, para piar hay que tener mucho valor. Para discrepar hay que tener mucho valor y muchos bemoles, y para presentarse a las elecciones a discutirse el poder con un gorila, que no tiene ni el más mínimo escrúpulo, que ha descuartizado en las cárceles a miles de personas, que manda a la policía a disparar sobre las manifestaciones, hay que ser un héroe.
Cuando leí «La fiesta del Chivo» de Vargas Llosa, lo más escalofriante de la novela es cuando narra de cómo Leónidas Trujillo, el dictador de la República Dominicana tenía a uno de sus Generales al que consideraba autor del atentado de su padre, torturado intermitentemente en las lóbregas cárceles de su dictadura. Cuando veía que iba a morir de sufrimiento por las palizas, las corrientes en los genitales, etc., -no puedo describir más cosas por las nauseas que me provoca-, lo mandaba a un hospital para que lo curasen, lo hicieran sobrevivir y lo volvieran a mandar torturar de forma infinita. Cuando ya el tal Leónidas vio que tenía que huir de la República Dominicana por presiones internacionales, lo hizo curar, le puso un traje, y le dio un ragut de comida con la excusa de que tenía que tener mejor aspecto cuando le filmase la prensa internacional. El General se comió el ragut y después de hacerlo, el malvado Trujillo le confesó que se había comido a su hijo. Así son.
Por eso, los que se enfrentan a los dictadores tipo Maduro, Daniel Ortega, Castro, etc., se enfrentan al poder del mal, donde se mezcla lo sádico con el poder sin compasión, y se convierten en héroes.
¿Qué hace allí Zapatero? Salga ya de allí por favor.
Gracias a nuestro Ministro de Asuntos Exteriores Sr. Albares, D. Edmundo ha podido viajar a España en un avión militar después de estar refugiado en varias Embajadas para que el goriláceo no le pusiera la mano encima, después de haber ganado las elecciones en Venezuela. Ningún gobierno del mundo, ni siquiera Lula, siendo de izquierdas, ni Petro habiendo sido de la guerrilla en Colombia con anterioridad a su nombramiento, ha reconocido que Maduro haya ganado las elecciones con las actas que se han publicado.
Gente nada sospechosa de ser facha, como el ex ministro de Felipe, D. Josep Borrell, ni el propio presidente de España Sr. Sánchez, reconocen que Maduro está ahí, no por haber ganado las elecciones, sino gracias a la policía secreta y a los narco militares venezolanos que quedan, después de haber purgado a la gente honrada. Valga el presente artículo como un reconocimiento al valor de los disidentes, a la heroica oposición al gorilón, y en lo que se pueda, infundir ánimos a ver si echamos de una pu…. vez  a todos los que no respetan el resultado de las urnas en cualquier país, sea Irán, Corea del Norte y los demás satrapistas que todavía quedan.