Una noticia que no es noticia para las feministas españolas es que una feminista iraní ha sido detenida por dar un concierto con un vestido de tirantes y sin el velo. Nadie ha dicho nada. La cosa tiene guasa, porque el gobierno iraní, de donde ha salido una parte de la financiación para grupos políticos españoles que se las dan de feministas, ha ejecutado a 500 mujeres por manifestarse contra el machismo de los Ayatolás.
Es una demostración de que las jefas de esos partidos políticos entre los que se encuentra Podemos buscan dinero. Dinero de financiación política de toda índole, incluyendo la española y no rechazan tampoco la financiación de quienes torturan y matan a mujeres precisamente por ser feministas. No hay ni un atisbo de sinceridad en estos grupos políticos que por un lado se ponen al frente de las manifestaciones españolas pidiendo más feminismo y por otro lado ponen el cazo para coger la pasta de los antifeministas. Volvemos otra vez a lo mismo. Muchas y muchos llevamos el feminismo en el corazón pero quienes dirigen el movimiento solo quieren chupar del bote. Desde la muerte de la joven Mahsa Amini asesinada por la policía religiosa iraní después de ser detenida por no llevar velo reglamentario ha habido varias intentonas por parte de las feministas iraníes de manifestarse pidiendo más libertad, pero todas las intentonas han terminado cuando la policía ha asesinado a 500 personas. En Tiananmén, cuando otro atisbo de rebelión por la libertad se forjó en China en el año 89, los tanques entraron ametrallando a los manifestantes y mataron a 200 personas. A los comunistas no se les caía la palabra libertad de la boca, pero no estaban dispuestos a dejar más libertad por muchos muertos que hubiera en la represión. En China ha cambiado la cosa gracias a que se ha convertido en capitalista, pero en Irán las cosas siguen igual.
Nos queda mucho camino por recorrer y muchas máscaras que tirar.
Después de la detención de Parastoo Ahmadi en el día de ayer no ha habido manifestaciones enfrente de la embajada iraní para pedir su libertad, ni siquiera una mención, una proclama, una nota para protestar por parte de las feministas españolas. Les da igual. Supongo que a las feministas de corazón no les dará igual, pero las dirigentes que reciben financiación de estos países aplican el mirar para otro lado o cerrar los ojos mientras venga la pasta.
La productora que dirigía Pablo Iglesias según una institución pública como es el Sepblac, que es el servicio público para impedir el blanqueo de capitales, detectó que había recibido de empresas sospechosas de ser intermediarios con el régimen iraní ni más ni menos que 9 millones de euros, según la noticia publicada en El Mundo en su día.
La noticia habla por sí misma.
Mientras en los países occidentales se siembra la división y el enfrentamiento por cualquier motivo, entre otros ese feminismo radical que nos acusa a todos los hombres de maltratar a las mujeres, que se salta a la torera la presunción de inocencia, no se mira hacia los países que tortura y vejan a la mujer porque necesitamos su petróleo o su financiación. ¡Qué asco!