Tiene contactos nacionales e internacionales, se mueve en las alturas en Estados Unidos, Méjico y Venezuela. En este último país logró lo que no habían conseguido las presiones del gobierno español ni el poderío de una empresa como Globalia: que el gobierno de Maduro pagara a Air Europa, buque insignia de Globalia, los casi 200 millones de euros que le debía desde hace tiempo.
Se decía que tenía las puertas abiertas en la CIA y en el CNI, que había colaborado con los servicios de inteligencia española y también con la policía y la guardia civil. Debía ser cierto porque El Mundo ha publicado la fotografía de Aldama con los responsables de la CIA y el FBI en España, en una cacería que organizó a petición de la guardia civil que quería agasajar a las dos agencias norteamericanas.
Manejaba y maneja los euros a millones, fue clave en el viaje de Delcy a Madrid y sacó las castañas del fuego al gobierno cuando la dirigente venezolana aterrizó sin que el gobierno español cumpliera con la orden europea de que no pisara territorio UE. Fue quien subió al avión, junto a Ábalos, para calmar a Delcy y mandarla a Turquía vía Qatar.
Y está por saber cuál era la relación exacta con Pedro Sánchez, porque el presidente dijo que absolutamente ninguna pero Aldama a contado a Carlos Herrera que se vieron en dos ocasiones. Se rumorea que al menos hubo otra, en Ferraz, cuando el círculo de Sánchez se reunió allí con el presidente para seguir el recuento electoral de las elecciones de hace tres años. Aldama se ha reunido con Begoña en varias ocasiones, incluido el famoso viaje a San Petersburgo. Y también en Moncloa.
En el sanchismo intentan presentarlo como un "personaje" sin más relevancia que la que se da él mismo, un "pequeño Nicolás", y el ministro Bolaños ha llevado la burla más lejos al decir que a Aldama solo le ha faltado decir que trabajaba para la agencia TIA de Mortadelo y Filemón.
Ha conocido la cárcel, y decidido defenderse de tanto ataque con el que intentan presentarle como un títere que se hace pasar por lo que no es.
Va a ser que no. Sabe qué terreno pisa y lo conoce mejor que los colaboradores del presidente de gobierno que le consideran un cantamañanas. Ha contratado a uno de los abogados de Madrid con más renombre, con fama de que negocia como nadie los acuerdos de conformidad para que sus clientes salgan bien parados. Su primera comparecencia ante el juez, voluntaria, despejó muchas incógnitas y demostró que tiene importante información. Pero la dará poco a poco, a medida que la UCO vaya enviando al juzgado lo que "dicen" los móviles que está analizando. Es la forma que tiene Aldama de demostrar al juez que no miente: el juez puede contrastar su declaración con ya los hechos que recogen los dispositivos móviles de la trama presuntamente corrupta.
Los sanchistas deberían guardarse de burlarse de Aldama. No es un 'piernas'.