Si hay algo importante en Castilla La Mancha es el campo y si tiene algún enemigo sin duda es el fuego, no los agricultores ni los ganaderos. Los incendios forestales en nuestra tierra a 41 grados son verdaderamente temibles y terribles. En estas fechas son dificilísimos de apagar, por el aire y la sequedad. Según los servicios especializados a partir de 15 metros por minuto de avance son prácticamente imposibles de atajar, y para que nos hagamos una idea, el incendio del otro día en Argamasilla de Calatrava avanzaba a veces a 100 metros por minuto, recorriendo ni más ni menos que 8 km en una tarde.

Los incendios se apagan mejor cuando todavía no son incendios, pero son potencialmente predecibles por muchas razones.

El criterio ecologista de "no tocar nada", la filosofía de los "espacios protegidos" son combustible puro para los incendios, porque la Administración no permite nada, los ecologistas presionan para que no se hagan cortafuegos, para que no se explote el monte como antes se explotaba con la poda ganadera de las cabras, con la agricultura. El "no tocar nada" significa hacer una gestión forestal absurda: masas continuas de material incendiario imparable.

La falta de coordinación entre los especialistas contra incendios con los que deciden desde un despacho cómo tienen que ser los cortafuegos o si un espacio puede tener ganado o ser labrado, nos traen luego los quebraderos de cabeza cuando el incendio se produce. La filosofía ahora es que si no se siembra el campo durante xx años ya no se puede sembrar y hay que dejar que se convierta en monte. Pasto para las llamas. Antes los terrenos labrados, los rediles de ganado y de cabras sobre todo en la sierra hacían de cortafuegos. Ahora el monte se quema de una punta a otra. ¿O es que 8 km de avance en horas no es una prueba?

El incendio del otro día en Argamasilla de Cva. lo pudieron parar los servicios contra incendios, y en especial las máquinas. En ese momento las máquinas no están como para pensar si tiene un 8% de desnivel el terreno como dice la legislación o hay que tirar encinas o lo que sea. En ese momento la máquina está para hacer un cortafuegos pase lo que pase y pese a quien pese. Por eso digo que en invierno se hubieran hecho los cortafuegos con otro trayecto y no el obligado por las circunstancias en ese momento.

Ese criterio de salón de "no tocar nada" o la aplicación de los reglamentos y filosofías de "espacios protegidos", ya hemos visto como terminan. Sierras enteras como La Culebra, de 20.000 a 30.000 hectáreas quemadas por la falta de gestión y por la política del buenismo para no molestar a los verdes. Me dicen que también está al filo de la inmolación la Cornisa de Levante en Albacete y que es un polvorín porque se han abandonado los cultivos y se han dejado las terrazas llenas de monte sin gestión ni cortafuegos. La inversión en recursos en nuestra zona nos ha salvado en esta ocasión y los incendios ya no están en manos de ICONA sino de empresas de Instituciones especializadas como el INFOCAM y los retenes ya no son para cubrir jornales de los pueblos sino de gente profesional; esta combinación con los hidroaviones, los helicópteros, la maquinaria de desmonte, nos vienen salvando de lo que todo el mundo del campo piensa, que con el pasto de este año el campo es un polvorín.