Es una entusiasta de su trabajo y transmite esa pasión que siente por las matemáticas a todo el que comparte un momento de conversación con ella. Natalia de Lucas (Guadalajara, 1976) es profesora en el Instituto Brianda de Mendoza, divulgadora científica y creadora de un juego de scape room protagonizado por mujeres científicas, pero además es miembro de la Comisión de Divulgación de la Real Sociedad Matemática Española (RSME) y presidenta de Origamigu (Asociación de divulgación de Ciencias en Guadalajara). Su sueño era ser astrónoma, por lo que estudió matemáticas con la especialidad de Astronomía y Geodesia, pero, después de varios intentos por conseguirlo, abandonó la empresa privada donde se dedicaba a la informática, y supo reponerse ante las dificultades y ya lleva 20 años en el aula, un lugar que le fascina y al que quiso regresar después de un año dedicada a tareas administrativas en el Ministerio de Educación.
¿Cuándo nace su interés por las matemáticas o por la astronomía?
Mi mente ha sido matemática desde que era pequeña pero lo he descubierto a posteriori. Es decir, a mí, me gustaban mucho los rompecabezas, las series policiacas, los acertijos. Mi cabeza necesitaba un enigma que resolver. Ahora, me doy cuenta de esa necesidad de resolver problemas matemáticos que, cuando eres pequeño, no sabes que lo son. Cuando terminé COU, tenía claro que quería ser astrónoma y solo había dos vías, Física o Matemáticas. Y al final, decidí que escogería la que me sacara más nota en selectividad. Durante la carrera, al principio, me pegué el susto de mi vida porque, esas matemáticas que a mí me gustaban, no era lo que empecé a estudiar. Me adapté a cómo tenía que estudiar, y hasta que empecé a ver la parte bonita de las matemáticas, que no es mucha de la que te enseñan en la carrera, pasó tiempo. Ahora, con la divulgación es cuando de verdad disfruto de ellas.
¿Siente que es una materia que es amada y odiada a partes iguales?, ¿Por qué cree que sucede esto?
Creo que, primero, porque se enseñan mal, aunque que me pese decirlo. Durante toda la etapa de Infantil y los primeros cursos de Primaria, se debería jugar más con ellas y de otra manera. No es tanto la obsesión que tenemos cuando son pequeños de que los niños aprendan a sumar, restar, dividir, multiplicar. Al final, creo que hoy en día son algoritmos, vamos a tener calculadoras en un bolsillo, e igual el objetivo de aprender las matemáticas no es de esa manera. Hay mucha matemática para aprender de manera manipulativa. Si se jugara más con ellas, vas interiorizándolas y se hace ver que forman parte de tu vida.
Natalia de Lucas es profesora de matemáticas, divulgadora científica y creadora de un juego de ‘scape room’ para niños. - Foto: Javier Pozo¿Trata de transmitir a los alumnos que se trata de una asignatura que está directamente relacionada con lo más cotidiano del día a día?
Ese es mi objetivo. No sé si siempre lo consigo pero me gusta contextualizar las cosas y explicar para qué sirven. Una de las preguntas que siempre te hacen los alumnos es eso, para qué sirven. No siempre tienes la respuesta, pero intentas hacer una situación real para explicar los conceptos. El cálculo es importante pero intento que lo razonen. Me gusta enseñarles jugar con los números. Me gusta ponerles ejemplos cotidianos. Hay divulgadores que explican muy bien las cosas, que vean que estás un poco al día, como ellos, en redes sociales o programas. He hecho proyectos como Matemáticas entre costuras, Matechef cocinando con las mates, para que, en ciertos ámbitos, ellos vean cómo se usan las matemáticas en nuestro día a día.
¿Los alumnos conocen las posibilidades de inserción rápida que tienen en el mercado laboral?
Ya no solo a nivel docente, porque muchos no se quieren dedicar a la docencia, pero las matemáticas donde mayor salida tiene es en el análisis de datos. En el bigdata. Como nos movemos en redes sociales, hay una cantidad infinita de datos que se generan en el día a día, que si los analizas vas viendo las relaciones que existen entre las cosas. Y mucho de las matemáticas se utiliza para la modelización. Nos sirven para predecir tsunamis, cuando va llover, por dónde tiene que ir el diseño de una canalización en un puente. Las matemáticas se usan para todo. Por eso, ahora, hay cero paro en matemáticas. Creo que es eso lo que tienen que entender. Piensan que son solo los números que están en un libro pero, no, están en todas partes.
¿Siente un fuerte compromiso con el espíritu científico y por eso se ha involucrado en la divulgación?
En 2011, estaba con unos alumnos en el Luis de Lucena que eran muy receptivos. Empecé a participar en un montón de concursos. No ganábamos ninguno pero había conocido a un profesor de la Universidad de Lleida que nos invitó a un concurso a una Feria de la Ciencia. Empezamos a ver cómo se hacían muchos experimentos y conocimos a una profesora que dirigía un concurso internacional que se llama Ciencia en Acción. Nos propuso hacer algún trabajo de matemáticas. Hicimos uno sobre el mundo de los poliedros y nos seleccionaron para la final del concurso de Ciencia en Acción cuya final era también en Lleida. En muy poco tiempo, empecé a conocer a un montón de profesores que se dedicaban a la divulgación científica y era un chute de energía de ver que la gente hace cosas y a ti te entran ganas de hacerlas también. Empiezas a ver esa parte tan bonita de las ciencias y supe que una de las facetas que quería complementar como profesora era la divulgación. Es importante divulgar para que la gente conozca las cosas y yo aprendía. Y si yo aprendía y estaba motivada, conseguía motivar a mis alumnos porque siempre me estaba reciclando. Desde entonces, estoy en un sin parar.
Natalia de Lucas es profesora de matemáticas, divulgadora científica y creadora de un juego de ‘scape room’ para niños. - Foto: Javier PozoForma parte de la RSME y Origamigu, ¿sigue siendo miembro activo de estas organizaciones de divulgación científica?
Soy la presidenta de Origamigu y, en la RSME, como es a nivel nacional, hago menos. Pero a nivel local, desde hace siete años que vino un congreso de divulgación científica a Guadalajara, organizamos el mes de la Ciencia en Fundación Ibercaja con cuatro conferencias y con cuatro talleres. Formamos parte de otros eventos, ahora, hacemos Bebeciencia que es ciencia en un bar con charlas de 20 minutos y un experimento al final. Tenemos un grupo fiel porque son charlas cortitas y te permite hacer al final preguntas de una manera distendida.
¿Cree que es importante para la ciencia, para promover la inversión, y para crear más vocaciones científicas cumplir con esta labor de divulgación científica?
Por supuesto, la inversión en ciencia es necesaria en todos los aspectos. A nivel de investigación de enfermedades, tipo cáncer y otras enfermedades raras que se están visibilizando, se está viendo que es necesario. Es muy importante que la gente cuente lo que hace para que la sociedad lo conozca y se conciencie de lo necesario que es la investigación en ciencia.
Recientemente, ha diseñado un juego de estilo 'scape room' que está protagonizado por mujeres científicas, ¿cree que es necesario visibilizar a las mujeres pioneras en el mundo de la ciencia para que haya referentes femeninos y caminar hacia una igualdad real?
No solamente es necesario, creo que es justo. De alguna manera, desde que se va celebrando el 11 de febrero, Día de la Mujer y la Niña en la Ciencia, son más los profesores que tratan de dar visibilidad y ejemplos de mujeres científicas, pero, sobre todo, se trata ser justos con la historia. Cuántas han pasado silenciadas y les debemos, por lo menos, que las conozcamos. Ya que en su día no se pudo conocer, qué menos que se conozca y reconozca su obra. Hay muchas mujeres maravillosas, que apenas se sabe de sus biografías y el poder visibilizarlas, que sea con un juego o con conferencias, en los libros de texto, que deberíamos meter a más mujeres y no a tantos hombres, no porque haya que quitarles el valor. La ciencia ha sido muy injusta con casos tan sangrantes como Rosalind Franklin porque les dieron el Premio Nobel a Watson y Crick cuando gracias a su investigación se había descubierto la molécula del ADN. No se le pudo dar el premio porque había fallecido pero ni siquiera se le nombró. Ahora, en pleno siglo XXI, tenemos el caso de Jocelyn Bell, que descubrió el púlsar y el Premio Nobel fue a parar a su director de tesis. No hace irnos tan lejos en el tiempo porque, hace pocos años, volvió a ocurrir lo mismo. Tenemos mucho camino todavía por abrir y creo que, desde la divulgación, se puede intentar visibilizar las cosas y ayudar a esa igualdad.
¿Cómo surge la idea de crear este juego para niños?
En el mes de la ciencia, intentamos hacer un taller relacionado con la Mujer y la Niña en la Ciencia. Soy una fanática de las scape rooms, me encantan, y se me ocurrió hacerlo así. Pero como era época pospandemia, al final, no podía ser de esconder piezas por un habitáculo y demás. Intenté hacer un juego de mesa y lo repliqué, para probarlo, en cinco juegos iguales. Vi que les gustaba muchísimo. Lo presenté a un congreso, lo presenté ante profesores, que me animaron a hacerlo como juego de mesa.
¿Tiene en mente algún otro proyecto de este tipo para acercar la ciencia y las matemáticas a las generaciones más jóvenes?
Siempre estoy intentando crear, mi cabeza nunca para. Hace muchos años también hice un juego de la oca que era para jugar con las matemáticas. Siempre nos intentamos reinventar. Ahora, acabo de hacer con los alumnos de segundo de ESO un dominó en diferentes formatos. Es algo que siempre estás pensando hacer para cambiar la metodología en el aula. Muchas veces se te ocurren ideas y las pruebas con los alumnos.
¿Cree que, hoy en día, es más difícil despertar el interés de los jóvenes en las materias lectivas porque tienen más distracciones con el uso de las nuevas tecnologías?
Creo que es muy difícil porque están sobrestimulados. Lo que los profesores notamos más es que hay un déficit de atención porque están acostumbrados a buscar la información a golpe de clic. En nuestra época, cuando tenías que buscar algo, tenías que ir a las enciclopedias, al papel, y es verdad que tú sabías que eso, como estaba testado, era verdadero. Tienen mucha información pero no la saben cribar. Muchas de las cosas más importantes ahora es despertar el espíritu crítico. Lo más importante es que sepan buscar información sin creerse fake news. Cuando Filomena, un vídeo que se hizo viral decía que la nieve era plástico y me costó muchísimo desmontar el bulo para decirles que eso no era cierto. Cualquier cosas que les llegue de forma inmediata, se quedan con ello, aunque sea mentira. Nosotros tenemos que cambiar la metodología, que ya no es tanto cargarles de información, para que, con toda la información que tienen, sepan averiguar qué es lo que necesitan y quedarse con fuentes que sean fiables y testadas.
¿Y, para eso, sería necesario adaptar el sistema educativo para acercarse más a la realidad actual?
Por supuesto. Aunque se está intentando, todavía hace falta darle muchas vueltas a qué es lo que tenemos que enseñar en el aula.
Si tuviera delante a un alumno que le gustan las ciencias y no sepa por qué rama optar para su futuro, ¿cómo le convencería para que escogiera las matemáticas?
Muchos, a lo largo de estos 20 años, han tirado por las matemáticas ellos solos y si he tenido algo que ver, ya me doy por satisfecha. Pero es verdad que tú les puedes dar opciones pero no les vendería las matemáticas porque la carrera es dura y, entonces, te puedes llevar un desengaño importante si no te cuentan lo que es realmente. Te pueden gustar mucho las matemáticas pero no hacer esa carrera porque las tienes en ingeniería o física. Al final, cada persona tiene que elegir lo que le gusta. En mi caso, creo que hay una parte muy bonita de las matemáticas que se enseña poco, la encuentras más por la divulgación que en la carrera. No sé si sería capaz de convencer a alguien para que estudiase la carrera porque yo lo pasé mal. Lo que hay que transmitir es que las ciencias no son algo tan difícil.