No han pasado dos días desde las campanadas de la Puerta del Sol y se confirma la mejor noticia económica: crece el empleo. Más de medio millón de ciudadanos encontraron trabajo en 2024 y el paro cayo a su cifra más baja desde hace diecisiete años.

Esto quiere decir que los buenos datos económicos de crecimiento llegan a la gente en lo más preciso, un puesto de trabajo. Y es importante, porque, dentro de la UE, nuestro país tiene una de las tasas de desempleo más altas. Y es que este 2024, mientras las locomotoras europeas como Alemania y Francia se estancaban, España seguía creciendo, mes tras mes, recuperando el retraso.

No solo se han creado más de medio millón de empleos, los últimos con la campaña de Navidad, sino que 21.337.962 trabajadores están afiliados a la Seguridad Social. Por eso, el paro ha dejado de ser la principal preocupación social. Y, ahora, es la vivienda la que causa desvelos en las familias y entre los jóvenes.

No parece que la última bronca de la coalición de Gobierno entre Yolanda Díaz y el responsable de Economía, Carlos Cuerpo, por la entrada en vigor de la reducción de jornada laboral, despierte mucha atención. SUMAR necesita apuntarse el tanto con rapidez para frenar la campaña en su contra de Podemos, mientras que el sucesor de Nadia Calviño prefiere un acuerdo con los empresarios para que sea eficaz la medida.

Hay, además, datos reseñables sobre las nuevas contrataciones. Como es evidente, el sector servicios se lleva la palma en crear nuevos puestos de trabajo. Canarias y Baleares encabezan el ranking, pero la demostración de que la agricultura también crece es que Jaén ha sido la que más empleo ha creado en 2024.

Y otro dato importante, de los nuevos afiliados más del doce por ciento son migrantes y su incorporación al mercado laboral supera el 12% del total de afiliaciones. Demostrando la necesidad de mano de obra y su aportación a la riqueza nacional en sectores con peores salarios y jornadas más largas.

Y, dichos los buenos datos, hay que hablar de los que se quedan fuera del camino, como los autónomos, o las empresas pequeñas, con uno o dos trabajadores y dificultades de asumir el incremento en los costes de la Seguridad Social.

Pese alza del salario mínimo, la mayor dificultad para acceder a una vivienda es el inasumible precio del alquiler, lastrando a una generación de jóvenes que, con empleo, no pueden independizarse. La explosión de los pisos turísticos, con su aportación al crecimiento desmedido del turismo y sus ingresos, ha convertido en imposible encontrar donde vivir.

Esa, y no otra, es la principal preocupación de los españoles y la misión prioritaria de Gobierno y oposición como objetivo para 2025. Si Sánchez acaba o no la legislatura ya se verá, ahora hay otras prioridades.