A partir de las doce y media, sonaban las campanas de la Iglesia de Nuestra Señora de La Blanca, en la villa setera de Quer el vicario general de la diócesis de Sigüenza-Guadalajara, Agustín Bugeda, invitado a hacerlo por los dos párrocos locales, Jesús Montejano y Alfonso Olmos.
Las fiestas comenzaban el jueves, con el pregón, que daba el músico de Asfalto, Jorge García Banegas, y con la ya tradicional carrera de colores setera. El alcalde de Quer, José Miguel Benítez, invitaba a vecinos y visitantes a participar en todas las actividades, y pedía disculpas anticipadas por los cortes de tráfico e inevitables ruidos de las fiestas.
A la ceremonia de la mañana del viernes ha asistido la corporación municipal, encabezada por el alcalde de Quer, José Miguel Benítez, y decenas de seteros, que llenaban la iglesia. También han estado presentes, acompañando la celebración, los diputados regionales Paco Núñez y Nacho Redondo, y el diputado provincial Mané Corral, entre otras autoridades civiles y militares.
La bellísima talla del Cristo presidía el altar mayor de la Iglesia de Quer, después de haber sido bajada el pasado domingo, 25 de agosto. Además, este jueves se celebraba el tradicional miserere.
La Misa Mayor la ha engalanado musicalmente la agrupación Capilla Musical Homenajes (tenor y soprano; piano y flauta travesera), y ha terminado con la sentida entonación del himno del Cristo de Quer.
Quer mantiene la tradición de recoger, musicalmente, al alcalde de la villa setera y al hermano mayor y acompañarlos hasta la iglesia, y después al refresco que el pueblo comparte en la Plaza Mayor, como así han hecho, esta mañana, los intérpretes de la charanga guadalajareña Maniseros.
Los actos religiosos los organiza la Hermandad del Cristo de Quer. El hermano mayor de este año es Álvaro Senén de Mora, que tomaba su cetro, precisamente, el pasado domingo durante la ceremonia de bajada del Cristo de Quer para colocarlo sobre las andas, preparándolo para la procesión. "Es para mí un orgullo y un tremendo honor ser el hermano mayor en 2024. Es algo que llevamos muy dentro, y que los seteros disfrutamos con mucha ilusión y mucha satisfacción", decía esta mañana. Para el hermano mayor, "el Cristo de Quer es "entera devoción, emblema del pueblo, que llevamos dentro y que se transmite de generación en generación".
El Día del Cristo es el día más importante para la Hermandad, con la Misa Mayor y la procesión. Con 130 cofrades este año, es el colectivo más antiguo de Quer.
El diputado de las Cortes de Castilla-La Mancha, Paco Nuñez, acompañaba a la corporación municipal. "El de hoy es un día importante para Quer, del que he tenido el honor de ser partícipe. Quiero desearle a todos sus vecinos, a los de siempre y a los que han venido a vivir, que disfruten estos días en familia y amigos, de las actividades preparadas y quiero también felicitar al alcalde por el trabajo realizado en el pueblo", señalaba Núñez, deseando que la localidad "siga creciendo y siendo un lugar importante dentro del Corredor del Henares".
Presidiendo la ceremonia estaba la imagen del Cristo, una pieza soberbia, tallada en madera de cedro, sin barnizar y en un tamaño natural. La expresión de hondo dolor, reflejada en su rostro, refleja las características propias del estilo en el que está ejecutado: el Barroco.
Son muchas las curiosidades que rodean a esta imagen. Una de ellas, según cuenta la tradición, dice que el púlpito que había en la iglesia de madera y que desapareció en la Guerra Civil se habría hecho con la madera de la caja en la que vino envuelto el Santísimo Cristo. Asimismo, se le adjudican varios milagros. Uno de ellos acaeció a finales del siglo XVIII, cuando el pueblo y la campiña se vieron asolados por una grave epidemia de peste. Ante la situación traumática vivida por los vecinos de Quer, éstos decidieron invocar el auxilio del Santísimo Cristo de las Misericordias. Parece ser que las plegarias fueron escuchadas y que la peste no afectó gravemente al pueblo, aunque ese mismo día se secaron los álamos del pueblo. Otro de los momentos más singulares relacionados con la imagen tuvo lugar en el transcurso de la Guerra Civil, conflicto en el que fueron quemados los retablos e imágenes de la Iglesia, así como gran parte de su archivo parroquial. Sin embargo, el Santo Cristo de la Misericordia se salvó porque unos vecinos de la villa tuvieron la precaución de bajarlo de su lugar y esconderlo en una tumba vacía del cementerio. Pero la mala fortuna hizo que ese mismo año muriese la propietaria de la tumba, por lo que se descubrió el escondite y la imagen sufrió maltrato, pero nadie se atrevió a quemarla, como había sucedido con el resto de imágenes. Terminada la Guerra Civil, la imagen fue restaurada y colocada en el altar mayor.