En el epicentro de la geopolítica

Gonzalo Sánchez (EFE)
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El funeral por Francisco congregará el próximo sábado a los principales líderes mundiales, una oportunidad única para ver juntos a mandatarios como Trump, Von der Leyen o Zelenski

En el epicentro de la geopolítica - Foto: Guglielmo Mangiapane, Reuters

El próximo sábado, la Ciudad del Vaticano se convertirá en un gran hemiciclo mundial con la asistencia de los principales líderes de Occidente al funeral del Papa Francisco, unos mandatarios que despedirán al Pontífice que advirtió de una «Tercera Guerra Mundial por partes» y murió profundamente preocupado por las tensiones globales y los conflictos en Ucrania u Oriente Próximo.

La Plaza de San Pedro se convertirá en un insólito mentidero geopolítico dada la presencia de multitud de jefes de Estado o de Gobierno llegados a Roma para despedir a Jorge Mario Bergoglio, fallecido el pasado lunes a los 88 años.

Francisco fue Papa en un tiempo tenso para la diplomacia mundial, un período en el que advirtió de la llegada de la «Tercera Guerra Mundial por partes», según presagió en un recordado discurso en agosto de 2014, tan solo un año después de su elección.

Además, este desvelo por un conflicto quedó plasmado en su último documento público, el mensaje para su bendición Urbi et Orbi del pasado Domingo de Resurrección, que tuvo que ser leído por un colaborador ya que él ya era incapaz de pronunciarlo debido a sus problemas respiratorios.

En el texto, Bergoglio llamaba a la paz entre Israel y Palestina, para la «martirizada» Ucrania, para Siria, Líbano, Yemen, el Cáucaso o el violento corazón africano, pero sobre todo exigía el desarme del mundo, especialmente de sus potencias.

«Ninguna paz es posible sin un verdadero desarme. La exigencia de que todo pueblo debe proveerse para su propia defensa no puede convertirse en una carrera general al rearme», avisó.

A la mañana siguiente moría de un ictus. Pero ahora, su último adiós servirá de ocasión única para reunir a los grandes líderes de Occidente, aquellos a los que tantas veces amonestó.

En el foco

El más esperado es el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, en medio de la tempestad arancelaria que ha desencadenado incluso contra los aliados tradicionales de su país, la Unión Europea (UE). Precisamente, en el funeral estará también la tríada europea: la presidenta de la Comisión, Ursula von der Leyen; el del Consejo, Antonio Costa, y la del Parlamento, Roberta Metsola, así como el mandatario francés, Emmanuel Macron, y el canciller alemán en funciones, Olaf Scholz.

Sin embargo, uno de los grandes ausentes occidentales será el presidente de España, Pedro Sánchez, que no acudirá a las exequias de Francisco, a la que sí asistirán los reyes, Felipe VI y Doña Letizia.

Igualmente, irá el presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, con el que tuvo un severo encontronazo del líder republicano en la Casa Blanca el pasado uno de marzo. Mientras, el país se sumerge en una guerra interminable tras más de tres años de invasión rusa y se explora la posibilidad de un alto el fuego propuesto por Washington.

En la Plaza de San Pedro habrá saludos, seguramente gestos, y aún ni se ha confirmado ni descartado encuentros bilaterales, aunque desde el Ejecutivo comunitario «no los descartan».

Pero, por el contrario, en el funeral se notará la ausencia de los grandes líderes de una parte de la geopolítica global, el Oriente y el sur.

Por ejemplo, del grupo de los BRICS (Brasil, Rusia, la India, China y Sudáfrica), asistirá el presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, muy cercano a Bergoglio en vida.

Rusia, más enfrentada que nunca a Occidente y hostigada por sus sanciones, no ha aclarado si enviará algún funcionario, pero a buen seguro no su líder, Vladimir Putin.

Ni qué decir de China, país con el que el Vaticano no mantiene relaciones desde 1951.

Unas exequias que además de dar el último adiós al Pontífice misionero, servirán de baremo para calibrar las relaciones entre los aliados.