Han pasado 19 años desde que las diputaciones de Burgos, Soria, Guadalajara, Zaragoza, Teruel, Castellón, Valencia y Alicante, las ochos provincias por las que transcurren las andanzas literarias e históricas de Rodrigo Díaz de Vivar, decidieron unir sus fuerzas y crear un Consorcio para dar forma a un itinerario turísticocultural que siguiera las huellas de El Cid Campeador. Un año después, en 2003, se ponía en marcha la oficina técnica de este Consorcio, ubicada en Burgos, con Alberto Luque a cargo de la gerencia. Casi dos décadas después de esos inicios, este licenciado en Derecho y especialista en marketing nacional e internacional hace un balance muy positivo de los numerosos logros conseguidos gracias a la creación del potente y prometedor producto que hoy es el Camino del Cid.

 ¿Cómo valora el trabajo y trayectoria del Consorcio Camino del Cid?

Realmente, el balance quien debe hacerlo son los miembros del Consorcio, es decir, los representantes de las diputaciones que son quienes valoran año tras año la actividad que se realiza y si ésta cumple los objetivos planteados. Desde ese punto de vista, considerando que el Consorcio está formado por ocho diputaciones muy diferentes entre sí cuyos representantes van cambiando y que las actuaciones se van aprobando por unanimidad, entendemos que los socios están contentos. Desde el punto de vista técnico, puedo decir que cuando nosotros llegamos en 2003, básicamente, lo que había era un proyecto de itinerario, nada más. Hemos conseguido desarrollar ese producto:hemos creado un itinerario senderista con más de 1.500 kilómetros (la mayor parte ya está homologado como Sendero de Gran Recorrido), hemos creado una ruta BTT de unos 1.600 kilómetros (homologada por IMBA Internacional) y hay una ruta por carretera para el turismo más clásico. Todas las rutas están señalizadas, lo que ha supuesto un trabajo ingente, y se ha creado  un  itinerario que, a día de hoy, es muy atractivo, dispone de infraestructuras, está bastante bien estructurado y, además, que cuenta con apoyos externos como Tour España. El Camino del Cid forma parte de una marca turística Rutas Culturales de España de Tour España.

¿Se ha logrado dejar de lado las diferencias políticas en favor de este proyecto común?

Valoramos mucho la confianza continuada de las ocho diputaciones. No es normal, de hecho creo que somos un caso único, que ocho diputaciones provinciales tan diferentes no sólo se uniesen para un proyecto común sino que lo mantengan durante tantos años y que lo sigan apoyando económicamente. Sin duda, es un ejemplo de cooperación entre instituciones. Creo que se debe, en primer lugar, a que las diputaciones se preocupan por sus territorios más que por otras cuestiones y han visto en el turismo una herramienta para generar recursos en esos territorios. En segundo lugar, tiene que ver el hecho de que las aportaciones económicas realizadas a lo largo de los años han sido siempre continuadas, pero no desproporcionadas. Contamos con presupuestos ajustados.

¿Cuánto aporta cada diputación para mantener el Consorcio?

La aportación de cada diputación oscila entre 20.000 y los 30.000 euros al año. El Camino del Cid se ha ido creando de una manera proporcionada, no hay fuegos de artificio, no se trata de hacer inversiones desproporcionadas sino ajustadas y que traigan un retorno. En concreto, este año 2021 el presupuesto del Consorcio es de 361.000 euros. Las diputaciones han subido las aportaciones a 36.000 euros y hemos utilizado 73.000 euros de remanentes. Esa subida se debe a que el Camino del Cid está en un momento muy importante de lanzamiento y crecimiento y tenemos que aprovecharlo. Las diputaciones son conscientes de ello y han decidido incrementar el apoyo para reforzar la parte de promoción.

¿Cómo ha evolucionado el número de viajeros que realizan esta ruta?

Tener el número concreto de viajeros que pasan por el Camino del Cid a lo largo del año es imposible por las dimensiones del propio itinerario ya que hablamos de ocho provincias y, en muchos casos, de territorios muy despoblados en los que tomar datos es complejo. Para determinar el tránsito de viajeros utilizamos diversas variables como el sellado del salvoconducto, visitantes de la página web (www.caminodelcid.org), el contacto directo con los alojamientos, con ayuntamientos, con los viajeros en ruta... Hasta el año 2020, donde hemos percibido una caída por la pandemia, el número de viajeros siempre ha ido a la alza. Calculamos que en 2019 hubo unos 15.000 viajeros que realizaron parte del itinerario y pernoctaron, al menos, durante tres noches con un gasto medio de 50 euros al día. El Camino del Cid es muy largo y, lo normal, es que la gente haga un año una parte, al siguiente otra y así sucesivamente. En la página web, en 2020, registramos más de 600.000 visitantes únicos. El Camino del Cid es un producto turístico muy especial y sabemos que todavía quedan muchísimos años de crecimiento por delante. 

¿Prevalece algún perfil de viajero? ¿Y medio de desplazamiento?

En una ruta de estas características, tan amplia y con tantos recursos, es difícil establecer un perfil concreto de viajero. No lo tenemos. Quienes acuden a hacer el Camino del Cid lo hacen con diversas expectativas y motivaciones. Los hay que están interesados en la figura de El Cid principalmente, otros porque les gusta el turismo cultural y otros que buscan un turismo outdoor y deportivo. La modalidad de viaje más utilizada es el coche, pero también hemos mimado mucho la ruta cicloturista y la senderista, en especial, la primera porque entendíamos hace años que era un turismo en auge y creo que nos hemos posicionado como una de las rutas cicloturistas más potentes que hay en España y que, sin duda, está captando mucho el interés de extranjeros como los holandeses. 

¿Tiene buena acogida el sellado del salvoconducto?

Creamos el salvoconductos con dos finalidades, una interna y otra externa. La interna era para tener una estadística de paso de viajeros. La realidad nos ha dicho que utilizarlo como herramienta estadística es difícil, no ha funcionado como esperábamos porque hay pueblos que sellan el salvoconducto que son muy pequeños (algunos con un habitante censado), con lo cual que los viajeros sellen, a veces, es complicado. La finalidad externa era utilizarlo como un elemento de dinamización, un credencial que los viajeros pueden ir sellando en un montón de sitios, dentro de poco en 200 localidades y 500 puntos. Cada sello hace referencia en su dibujo a un hito de la localidad sirviendo así como excusa para entrar en municipios pequeños que, de otro modo, igual pasarían de largo. Al mismo tiempo, es un argumento para entrar en contacto con la persona que sella y hablar del motivo de esa leyenda. Desde ese punto de vista, estamos muy contentos porque la calidad estética de los sellos es muy reconocida por los viajeros y porque nos ha servido para que, efectivamente, se detengan en esos lugares. El salvoconducto es uno de nuestros buques insignia.  

¿Cuáles son los principales rasgos y fortalezas de este itinerario?

La característica fundamental del Camino del Cid es su diversidad. Lo que va a encontrar el viajero es una enorme diversidad de recursos, cultura, historia, paisajes, gastronomía e incluso de lenguas. En segundo lugar, destacaría su riqueza patrimonial tando de carácter histórico-artístico como natural. Cuenta con ocho Patrimonios de la Humanidad, 40 poblaciones declaradas conjuntos histórico-artísticos, más de 200 castillos y más de 70 espacios naturales. Además, buena parte del Camino recorre eso que ahora llaman La España Vaciada y que nos habla de lugares amplios, en contacto con la naturaleza y nada masificados. El tercer elemento sería la gente de los pueblos, su carácter abierto, ese contacto directo con el paisanaje es  valorado por los viajeros. Y el último es El Cid, el personaje medieval más internacional que tenemos y el que da sentido y estructura a todo esto.

¿Qué destacaría del tramo que discurre por Guadalajara?

Básicamente, lo mismo. Desde que el Camino del Cid entra en la provincia de Guadalajara por Miedes de Atienza hasta que sale por Oria, nos encontramos con esa diversidad de la que hablaba antes. Es un territorio muy cidiano con 76 poblaciones y 32 puntos de sellado, un número que queremos ampliar.

¿Hay algún destino estrella?

Creo que el lugar estrella del Camino del Cid lo pone cada viajero con su propia aventura y experiencia.

¿Tiene proyección internacional? 

La vocación del Camino del Cid es internacional pero, lógicamente, primero nos centramos más en crear el producto y mantenerlo. Sabemos que es una ruta atractiva y singular para el viajero extranjero porque da a conocer una España muy alejada de los tópicos, una España segura, de pueblos pequeñitos y muy poco masificada, lo que es muy interesante en los tiempos Covid que vivimos.

¿En qué mejoras se trabaja?  

Ahora mismo, estamos recorriendo esos 1.500 kilómetros de ruta para reforzar la señalización donde es necesario y recuperar aquella que estaba perdida o dañada. También estamos desarrollando una nueva aplicación móvil muy atractiva que va a servir para seguir la ruta, pero también va a ofrecer más de 5.000 recursos georreferenciados de todo tipo. Luego, estamos trabajando en la promoción del Camino, especialmente de cara al otoño de 2021, tanto a nivel nacional como internacional. Sabemos que después de la pandemia empieza un curso nuevo para todos, el mundo está cambiando y también el turismo. Éste es otro aspecto que queremos trabajar: es muy importante que las infraestructuras turísticas que tenemos en el Camino se adapten a estos nuevos tiempos y modalidades de turismo.

La famosa serie de El Cid, que está emitiendo Amazon Prime Video, ¿está teniendo un efectivo positivo?

Sin duda, está generando un efecto llamada y unas sinergias muy positivas. A través de la serie, hay gente que se está interesando por la figura de El Cid y y por hacer el Camino.