El negocio de la lavanda se planta en la cuerda floja

Belén Monge Ranz
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Desde Paisajes de Lavanda y Anipam piden ayuda para la corta del cultivo dado que ya no es rentable mientras desde la Junta se decantan por dejar la que ya había para la producción. Una propuesta que no satisface al sector, por insuficiente

El arranque de plantaciones es ya una realidad que no parece tener marcha atrás - Foto: Javier Pozo

Atrás quedan los tiempos de bonanza para aquellos agricultores de Guadalajara y de toda España, en general, que, en su momento, decidieron apostar de lleno por plantas aromáticas como la lavanda y el lavandín para teñir sus campos, en sustitución de cultivos tradicionales como el cereal por su alta rentabilidad.

El espliego fue en su momento tan solo un complemento más en la economía del agricultor. Sin embargo, desde hace más de una década, estas plantaciones violáceas comenzaron a generar un modelo agroturístico que atrajo tanto al sector primario como al turístico, siendo la Alcarria, y especialmente el entorno de Brihuega, el epicentro de este nuevo turismo de selfies. 

Poco a poco, el cultivo ha ido perdiendo fuelle para el dueño o el arrendatario de la tierra, y los lavandicultores que se decantaron en su día por estos cultivos, empiezan a pagar las consecuencias. Una situación que no es exclusiva de la Alcarria, ni de esta región, sino de toda España. Lo que empezó siendo un cultivo de alta rentabilidad y atractivo para muchos, sufrió un punto de inflexión con la llegada del Covid-19 y ya no se ha recuperado. El virus paralizó la vida social y ello generó un estocaje importante de las esencias de la lavanda. Esto, sumado al exceso de plantaciones y a la falta de control y regulación de las mismas, ha conllevado que de aquellos polvos vengan ahora estos lodos.

«Se está creando un gigante con pies de chocolate»

Juan José de Lope es agricultor, director comercial de Alcarria Flora y también vicepresidente de la asociación Paisajes de Lavanda. En su caso, al igual que en el de Diego o Antonio, ya han comenzado con el arranque de las plantas más antiguas de sus campos y su intención es ir ampliándolo a todas las fincas, al igual que antes lo hicieron otros como el ya conocido 'el tractorista de Castilla'.

Hay más de 300 toneladas de estocaje de estos aceites sin salida en el mercado

El arranque de plantaciones es ya una realidad que no parece tener marcha atrás El arranque de plantaciones es ya una realidad que no parece tener marcha atrás - Foto: Javier PozoDe Lope tiene una nave en Cogollor repleta de contenedores IBC con las esencias de agricultores de la zona a las que no da salida. Es uno de esos tantos productores de la Alcarria obligados a arrancar sus plantaciones por falta de rentabilidad económica. Los costes de producción de transformar la paja de lavanda en un aceite esencial superan el precio impuesto por el mercado y muchos ya no aguantan más tiempo.

No es el único que piensa que se ha generado «un gigante con pies de chocolate» en torno a la lavanda que ahora  «se está deshaciendo». Lo mismo opina Antonio, que tampoco comprende que el agricultor sea el que genere el turismo por este cultivo y no perciba ningún beneficio de ello. Diego es aún muy joven. Tiene diez hectáreas y se plantea quitar todas porque no quiere perder dinero. Y lo mismo les pasa a otros muchos productores del entorno de Brihuega y de toda la provincia. 

Se calcula que en Guadalajara hay algo más de 3100 hectáreas dedicadas a estos cultivos, unas 150 más que hace dos años, según refleja la PAC. Y aunque no parece un porcentaje importante, lo es si se tiene en cuenta que en torno a ello se han creado media docena de destilerías y muchos negocios vinculados con el turismo cuando hace 15 años apenas había 600 hectáreas con estos cultivos.

El arranque de plantaciones es ya una realidad que no parece tener marcha atrás El arranque de plantaciones es ya una realidad que no parece tener marcha atrás - Foto: Javier PozoUN ALTO ESTOCAJE.

Desde la asociación Paisajes de Lavanda calculan que el estocaje de aceites esenciales se sitúa en ya más de 300 toneladas sin vender. Esto supone más de la producción de todo un año. Ante estas cifras, su previsión es que este mismo 2024 se arranquen entre un 15 y un 25% de las hectáreas y que haya un «devoro» en el 2025.

En el sector solo ven una tabla de salvación a su complicada situación. Como el mercado no puede absorber la producción actual, tanto desde esta asociación como desde la Asociación Nacional Interprofesional de Plantas Aromáticas y Medicinales (Anipam) piden ayuda a la Administración regional por la corta de este cultivo. Durante tres años han percibido 155 euros por hectárea plantada pero siguen en apuros y demandan que este apoyo se duplique y llegue a los 350 o 400, una petición que parece que de momento ha caído en saco roto. Al menos eso es lo que señala el delegado de Agricultura  Santos López Tabernero, quien señalaba a La Tribuna la continuidad de esta subvención otros tres años pero, «en principio», por la misma cantidad que hasta ahora.

Desde la asociación Paisajes de Lavanda no quieren una ayuda a la producción porque «no podemos seguir produciendo lo que sobra», afirma De Lope, y se decantan por que esta se dé a la  corta o bien al mantenimiento de sus campos como atractivo para el turismo. «No podemos firmar nuestra pena de muerte», apunta De Lope tras calificar como «insuficiente» la propuesta del Gobierno regional ,dado que los gastos superan a los ingresos en un 40%. Una opinión que es compartida por muchos agricultores del sector y por Anipam.

«Si se repita la misma mecánica  de ayudas,   podrían resultar perjudiciales»

De hecho, el presidente de Anipam, Abelardo Carrillo, cree que hay «una necesidad de reconversión» en el sector ante «una crisis muy evidente». Según señala a La Tribuna, llevan cuatro años con los precios «por los suelos» y eso está teniendo como consecuencia que se estén produciendo arranques.

La reducción de la demanda, una mayor producción y el uso en mayor proporción de los aceites sintéticos son algunas causas probables que según Carrillo conforman la «tormenta perfecta» que ha conducido a que los precios estén ahora muy bajos.

También están perplejos por el crecimiento «desmesurado» de la industria de la perfumería, la cosmética y la higiene cuando a ellos no les compran la materia prima, y se preguntan de dónde la sacan. «Los stocks se están reventando», apunta muy preocupado Carrillo, quien también comenzó el arranque de  las plantas más viejas de su explotación en Cuenca sin sustituirlas por nuevas.

El proceso de arranque está en sus inicios, pero desde Anipam estiman que el riesgo de desaparición puede llegar hasta el 20% de la superficie, no solo en la provincia sino a nivel nacional.

Ante esta situación piden a las administraciones competentes, en este caso a la de Castilla-La Mancha, que las ayudas destinadas a la producción se diseñen de otra manera porque ahora «no tiene ningún sentido promover este cultivo ya que eso supone inflar más la burbuja» y una reconversión de las mismas como ayudas a la comercialización, a la reducción de superficie cultivada y a la investigación para el conocimiento del cultivo y el aceite esencial. «No tiene sentido seguir subvencionando algo que no se vende», subraya Carrillo, convencido de que hay que redireccionar las subvenciones con «inteligencia», y eso es lo que  van a proponerle al Gobierno regional.

Saben que es una batalla ardua, pero esperan que se pueda llegar a diseñar un sistema de ayudas que contribuya a salir de esta crisis. Según Carrillo, la propia viceconsejera del área se comprometió con ellos a debatir este asunto antes de publicar ningún tipo de ayudas. «Si estas repiten la misma mecánica que tenían hasta ahora van a resultar contraproducentes para afrontar  la crisis que tiene el sector», subraya convencido de que de materializarse sería la prueba de que la Administración está «de espaldas a la situación del sector».

De momento, desde Anipam anuncian a este medio la realización de una jornada técnica a mediados del mes de noviembre en Madrid, donde quieren analizar la situación del sector y aprobar la propuesta definitiva para trasladar a la Administración. También han abierto una línea de interlocución con el Ministerio de Agricultura para dar a conocer la problemática del sector.

«Se les propuso crear una marca de calidad pero no le dan valor»

Y frente a esta queja generalizada, todo apunta a que, tal y como señala a este medio el propio delegado de Agricultura, Santos López Tabernero, se renovará por tres años más la ayuda agroambiental a la producción «por la misma cantidad, en un principio» . «Si quieren plantar para otro tipo de cosas, ya no es agricultura», añadía. «Desde la Delegación se les ofreció tener una marca de calidad como esencia de la Alcarria e intentar promocionar más el producto, pero creo que no le dan valor ni importancia», añadía López Tabernero. Así, el delegado apuntó también que «en principio, no se puede pagar más dinero» que los 155 euros que ya se daban hasta ahora.

Este responsable reconoció que los precios han bajado y que en el sector «no levantan cabeza», pero incidió en  que «es la ley de la oferta y la demanda y  todo parece indicar que se necesita una autorregulación del mercado».  El  clamor del sector no es solo cosa de esta provincia ni de la Alcarria sino de todo el territorio. El futuro de estas plantaciones es hoy por hoy incierto, y más teniendo en cuenta que por el momento sus peticiones no están teniendo la respuesta que quisieran. Esto se traduce en que cada vez sean más los productores que se están replanteando cortar sus plantas de  lavanda. Ydesde Agricultura, el delegado del área en esta provincia entiende su postura «si ya no son un negocio». «Si hay que reconvertirse, habrá que hacerlo. Plantaron la lavanda cuando les interesó y, si ahora no les renta, no están para perder», concluye. 

 

Inquietud enlas organizaciones agrarias ante la agonía que sufren los productores

Las tres organizaciones agrarias con representación en Guadalajara (APAG, UPAy COAG)se muestran muy preocupadas por la situación crítica que viven los productores de plantas aromáticas, decididos a arrancar el cultivo por falta de rentabilidad. Desde la asociación Paisajes de Lavanda calculan que este año podrían desaparecer entre un 15 y un 25% de las plantaciones más viejas, lo que también puede ir acabando con la gallina de los huevos de oro creada en torno a este cultivo en la comarca de  Brihuega, donde el turismo vive una explosión en los últimos años, gracias, en parte, a las esencias y a los campos morados de la Alcarria.  

Desde la Asociación Provincial de Agricultores y Ganaderos de la provincia (APAG), apoyan  «al cien por cien» tanto a la interprofesional Anipam como a Paisajes de Lavanda. Y si bien para esta organización es una buena noticia que se prorrogue la ayuda agroambiental por la producción, su presidente, Juan José Laso, recuerda a la Administración que en los malos tiempos del viñedo hubo una ayuda por arranque, apoyo que vendría bien ahora a estos profesionales y que, quizá, sería «más interesante» teniendo en cuenta que tampoco son muchas hectáreas. «No sé si en vez de estar en Guadalajara hubiéramos estado en Ciudad hubiésemos tenido más éxito", se pregunta.

Tienen claro que los turistas «no son tontos y, para ver solo un jardín, lo ven ya en Madrid»

Desde APAG piden a la Administración un esfuerzo mayor e incrementar las ayudas a los productores porque «esto se soluciona con muy poquito». 

Para Laso es evidente que esta crisis no se debe solo a la sobreproducción sino a la fabricación de esencias sintéticas y reclama a las administraciones «un esfuerzo» para que haya un etiquetado que refleje exactamente lo que contienen las esencias. 

El temor de APAG está en que un día los agricultores comiencen a arrancar también las plantaciones nuevas porque eso supondrá «despedirse» de la lavanda durante años. «Por mucho que se mantenga en Brihuega una especie de jardín con este cultivo, si los agricultores dejan de plantar, el turismo también puede ir a pique. Los turistas no son tontos y buscan autenticidad. Para ver un jardín,  lo venya  en Madrid», asiente.

Desde la Unión de Pequeños Agricultores (UPA), su secretaria general en Guadalajara, María José Ramiro, también  defiende al sector y la ayuda para su mantenimiento , pero se pregunta hasta qué punto se pueden seguir sufragando unas ayudas a explotaciones «en las que no se ven visos de prosperar». Ramiro habla de una situación crítica no solo entre los productores de la lavanda, sino en los de cereal y en los productores de vino. Todos ellos necesitan ayudas y es complicado el reparto porque «hay muchos puntos débiles». 

En todo caso, considera que la situación hace necesario que tanto desde el Estado como desde las comunidades autónomas se dé prioridad a la comercialización de la producción española. Yal igual que Laso, tiene claro que si todos los productores arrancan las plantas, tampoco el paisaje será el mismo y comparte con ellos que no pueden seguir manteniendo este decorado paisajistico a costa de tener rendimientos negativos. 

unidad. «Tenemos que sacar a la luz lo que está pasando con las importaciones de los aceites que vienen de fuera y para eso es necesaria la colaboración de los productores», afirma el presidente de la Coordinadora de Organizaciones de Agricultores y Ganaderos (COAG) de la región y Guadalajara, Ángel Estanislao Galve. 

«Los hosteleros tienen su margen, pero el productor es siempre el peor parado por un sistema que no funciona y por una competencia desleal brutal y hay que repartir si vienen mal dadas y pelear para que no sea siempre el agricultor el que pierda», subraya en referencia a todos salvo al productor.