Aunque siempre afirmó que no le gustaba viajar, el Papa Francisco se trasladó a muchos territorios lejanos que fueron bautizados como «las periferias del mundo». Durante sus 12 años de Pontificado, realizó 47 viajes internacionales en los que conoció 66 naciones, pero nunca llegó hasta su Argentina natal como tampoco se dejó ver por España pese a sus intenciones de hacerlo.
«No voy a ir a ningún país grande de Europa hasta que no termine con los pequeños», explicó en más de una ocasión el Santo Padre. Esa era su máxima y así lo demostró, acercando la Iglesia católica a las regiones más pobres y vulnerables, pero también asistiendo a lugares en los que nunca antes otros Pontífices se habían atrevido a ir, con perdón de Juan Pablo II. Es el caso de Mongolia (2023) o Irak (2021), donde se reunió con el ayatolá Ali al-Sistani en Nayaf, sitio de peregrinación de decenas de miles de chiítas cada año.
En sus viajes, incluyó varios Estados de mayoría musulmana como Baréin, Jordania, Turquía, Egipto, Abu Dabi, Bangladés o Marruecos, pero también se dejó caer por Europa, América y territorios más desfavorecidos como Madagascar, Uganda, Mozambique, República Democrática del Congo, Sudán del Sur o Birmania.
Francisco, con un sombrero de guerra en un encuentro con indígenas en Canadá en 2022. - Foto: CIRO FUSCOSu último traslado internacional, el más largo de su Papado, le llevó hasta Oceanía y Asia en una gira de 12 días por cuatro islas del Pacífico: Papúa Nueva Guinea, Indonesia, Timor Oriental y Singapur, en una muestra más de ese incansable espíritu por conocer los confines del planeta. Un peregrinaje por el mundo que Jorge Mario Bergoglio comenzó en 2013, cuando recaló en Río de Janeiro por la Jornada Mundial de la Juventud. Dos años después, en el mes de septiembre, realizó otro de los itinerarios más largos de su mandato: un viaje apostólico por Cuba y Estados Unidos, donde animó a la reconciliación de ambas naciones.
Sin embargo, su Argentina natal se quedó en el tintero por el temor a ser instrumentalizado por una sociedad muy polarizada. Tras la victoria en 2023 en las urnas de Javier Milei y las duras palabras del mandatario hacia el Sumo Pontífice, ambos sellaron la paz. La visita parecía cercana por las reiteradas invitaciones del presidente, pero finalmente nunca ocurrió.
Quedó también pendiente su presencia en España, el único gran país de Europa -junto a Alemania- en el que no se dejó ver.
Estambul, en Turquía, ha sido otro de sus destinos. - Foto: Stoyan NenovLo más cerca que estuvo fue de visitar las islas Canarias para poder poner en el centro el drama migratorio, uno de los grandes temas de su Pontificado. «Pienso un poco en esto: ir a Canarias, porque allí se dan situaciones de inmigrantes que vienen del mar, y me gustaría estar cerca de los gobernantes y del pueblo de Canarias», respondió a una periodista argentina al volver de su gira en el Sudeste asiático y Oceanía.
Previamente, el presidente de la región, Fernando Clavijo, le invitó a conocer la realidad migratoria en enero de 2024 cuando se reunió con él en el Vaticano, como también lo hizo el pasado octubre el presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, durante una reunión privada de cerca de 35 minutos en la Santa Sede.
Destinos frustrados
Tampoco le faltaron innumerables propuestas para acudir a Ávila de cara a la celebración del IV Centenario de la canonización de Santa Teresa o a Santiago de Compostela, con motivo del doble año Xacobeo en 2021 y 2022. «Si voy a Santiago, voy a Santiago; pero no a España». Esas fueron sus palabras hace ya algún tiempo tras las infinitas invitaciones por parte de Sánchez y del entonces dirigente de Galicia, Alberto Núñez Feijóo.
El Pontífice atraviesa las puertas de acceso del campo de concentración de Auschwitz, en 2016 - Foto: PoolSi bien es cierto que Bergoglio tenía como política priorizar en sus visitas a países en vías de desarrollo o naciones más pequeñas, la primera oportunidad la tuvo ya en 2015, durante la conmemoración del peregrinaje de San Francisco de Asís. Finalmente, el viaje nunca se produjo y la siguiente oportunidad parecía ineludible, el Año Santo de 2021. Pero la pandemia del coronavirus limitó los desplazamientos, aunque su decisión histórica de conceder una prórroga acrecentó las esperanzas.
Irak recibió hace cuatro años la visita de un Papa por primera vez. - Foto: ALESSANDRO DI MEOPero su deterioro físico hacía cada vez más improbable que esto sucediera. Su muerte ayer, a los 88 años, ha frustrado toda esperanza.