Como una tradición más, de las tantas que se ponen en marcha tras la muerte de un Papa, las quinielas para intentar adivinar al próximo Obispo de Roma ya han comenzado, aunque el cónclave donde los cardenales, guiados por el Espíritu Santo según reza la creencia católica, elegirán al sucesor de Francisco ni siquiera tiene fijada su fecha de celebración. Aunque ninguno de los purpurados se puede postular de manera directa para ocupar el Trono de San Pedro como en unas elecciones políticas, varios nombres emergen como favoritos en la compleja red de equilibrios de poder dentro de la Iglesia que, habitualmente, enfrenta a los conservadores con los progresistas.
Pietro Parolin
El número dos del Papa Francisco está presente en todas las listas de papables. Diplomático de carrera, el italiano de 70 años ha podido conocer a la perfección, desde su puesto como secretario de Estado del Vaticano, el funcionamiento de la Curia romana y de las relaciones internacionales. Representa una opción de estabilidad institucional, con una visión equilibrada entre tradición y reforma, pero su perfil burocrático y alejado de la experiencia pastoral no despierta demasiada euforia entre los fieles.
Malcolm Ranjith
Defensor de la liturgia tradicional y crítico con los abusos postconciliares -no permite que las mujeres sirvan como monaguillos en el altar, por ejemplo-, el prelado de Sri Lanka es una de las grandes apuestas de los conservadores. A sus 78 años posee una gran experiencia pastoral, pero también diplomática, y su cercanía con Benedicto XVI podría jugar a su favor en algunos círculos claves en la votación.
Luis Antonio Tagle
Junto a Turkson, forma parte de la lista de eternos papables, pues ya aparecieron en las quinielas tras la renuncia de Benedicto XVI. Su carisma entre los fieles y su cercanía al Papa Francisco, que lo nombró Prefecto de la Congregación para la Evangelización de los Pueblos (en un movimiento que se interpretó como un guiño a su futura candidatura al cargo), son sus mejores armas. Sin embargo, el sector más tradicional no ve con buenos ojos al filipino por sus opiniones aperturistas en temas polémicos.
Robert Sarah
De origen guineano, el exprefecto de la Congregación para el Culto Divino es uno de los principales exponentes del sector más tradicionalista de la Iglesia. De hecho, se ha mostrado muy crítico con algunos de los avances impulsados por Francisco, lo que despierta ciertas reticencias en los cardenales más moderados -los centristas-.
Matteo Zuppi
Para los vaticanistas, el presidente de la Conferencia Episcopal Italiana sería realmente el continuador del Papa actual, una especie de Francisco II por su estilo pastoral cercano y su compromiso con los más desfavorecidos. El italiano, de 68 años, ha trabajado activamente en iniciativas de mediación en conflictos internacionales, colaborando con la Comunidad de Sant'Egidio, entre ellos el fin de ETA. La gran duda en torno a su candidatura es su relación con la Curia romana, activo importante del Colegio Cardenalicio.
Pierbattista Pizzaballa
Su papel en la guerra de Gaza -llegó a ofrecerse a los terroristas de Hamas a cambio de los rehenes israelíes- ha catapultado las opciones del Patriarca de Jerusalén, uno de los hombres de consenso entre las distintas corrientes de la Iglesia. Su figura es vista con buenos ojos tanto por conservadores como por progresistas que consideran que pueden contribuir a cerrar la división en la Iglesia, aunque su edad, cumplirá 60 años en abril, juega en su contra, ya que muchos prelados no apuestan por un Pontificado largo.
Peter Turkson
A lo largo de su carrera, el guineano ha ocupado roles clave dentro del Vaticano, destacándose por su trabajo en áreas como la justicia social, la ecología y el desarrollo humano integral. Combina una sólida formación teológica con un enfoque pragmático sobre los desafíos actuales de la Iglesia alejado de las posturas más extremas, lo que le sitúa como un candidato de consenso.
Péter Erdö
El religioso húngaro fue papable en 2013, cuando finalmente se escogió a Francisco, al estar considerado una figura de autoridad intelectual y eclesiástica tanto por el sector más conservador como por el progresista. Ha mostrado su disconformidad con alguno de los avances impulsados por el Papa Francisco, pero siempre bajo su talante de diálogo, lo que podría atraer votos de distintos sectores.
Mario Grech
Procedente de un país pequeño, Malta, su elección como Papa no crearía ningún dolor de cabeza diplomático ni geopolítico. Considerado inicialmente como conservador, el prelado de 68 años se ha convertido desde hace años en un abanderado de las reformas de Francisco dentro de la Iglesia.
Jean-Marc Noël Aveline
Con raíces españolas y nacido en Argelia en tiempos de la colonia francesa, el cardenal de 66 años entrará al cónclave con la etiqueta de ser el favorito del Papa Francisco para la sucesión.