La Liga cambia todos sus planes

Diego Izco
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En tres jornadas, el panorama se voltea: quienes estaban entregando ya el título al Barça no hallan explicación. El Atlético cambia de estilo para volver a ser una alternativa... y el Madrid, a su ritmo, no falla

La Liga cambia todos sus planes - Foto: Enric Fontcuberta

En la jornada 15 descubrimos que ni el Barça era perfecto, ni el Madrid un desastre ni el Atlético un equipo rácano. Lo que sucede es que siempre medimos el fútbol con regla corta: lo que ocurre un fin de semana marca toda la opinión de la siguiente. Y tras el 0-4, lo más preciso del planeta eran los relojes atómicos del Observatorio de París y la línea del fuera de juego que tiraban Cubarsí e Íñigo. Entonces no podemos explicar, desde esa misma premisa, que tres jornadas después de aquella exhibición milimétrica de los 12 fueras de juego blancos el cuadro culé haya perdido toda su ventaja o que siendo el mejor local de Europa (ocho victorias en ocho partidos, 30 goles a favor y solo cuatro en contra) llegue un equipo 'menor' como Las Palmas y se lleve los tres puntos. Hay muchas leyendas de boxeadores que combatieron invictos hasta que fueron noqueados… y ya no se subieron a un cuadrilátero, habiendo descubierto 'por sorpresa' que eran vulnerables. Cabe la posibilidad, por extraña que parezca, de que el Barça ya no vuelva a ser el Barça. 

En la capital

Mientras tanto, en la 'batalla de Madrid' el Real sobrevive y el Atlético vuela. Los merengues ganan porque sí, porque es su 'leitmotiv': que si el penalti que abrió el marcador fue muy justo y cuando menos polémico, que si Mbappé ha resucitado, que si la suerte y los postes volvieron a sonreírle… la historia del Real Madrid se escribe en las envidias de los demás, sí, pero hay una buena parte del madridismo a la que no le importaría «un poquito más». Hay equipo de sobra para jugar a otra 'cosa' mucho más atractiva, exactamente lo que pensaban muchos rojiblancos de este Atlético confeccionado para atacar y no para ejercicios infames de 'cholismo' al 1-0. Once goles en dos partidos a domicilio deberían confirmar que 4-4-2 sirve para poner «divertidísimo» como adjetivo al lado de un equipo de Simeone. Trece años después. De la rutina blanca y la revolución colchonera ha salido una nueva Liga, renovada cuando hace tres jornadas ya estaban tallando el nombre del Barça en el trofeo.