Un Jubileo por Francisco

Agencias
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La celebración del Año Santo multiplica las visitas de los peregrinos que quieren cruzar la Puerta del Perdón y que ahora aprovechan para rendir su más sentido homenaje al Pontífice

Casi 50.000 personas acudieron a mostrar su respeto al jesuita en la basílica de San Pedro. - Foto: MASSIMO PERCOSSI (EFE)

A la ciudad de Roma no le suelen faltar visitantes en primavera. Este año, además había un aliciente extra para viajar a la capital italiana, ya que es Año Santo. La muerte de Francisco ha marcado de manera inesperada este gran evento católico convocado por el propio Papa y que debía atraer a millones de peregrinos para conseguir la indulgencia plenaria. Ahora, muchos de ellos aprovechan la ocasión para despedirse del Pontífice argentino.

El Año Jubilar, que se celebra cada cuarto de siglo, aunque Francisco convocó un Jubileo extraordinario en 2016 dedicado a la Misericordia, fue inaugurado por Jorge Mario Bergoglio y, en un hecho inédito en la historia reciente de la Iglesia, será clausurado por su sucesor.

De hecho, el mismo día del fallecimiento, el Vaticano confirmó que las celebraciones continuarían sin interrupciones, así que mientras el cuerpo del Papa era velado en la capilla de su residencia en Casa Santa Marta, los fieles seguían cruzando la Vía de la Conciliación para atravesar la Puerta Santa de la basílica de San Pedro. Sin embargo, la Santa Sede anunció el cierre del recorrido especial habilitado para los peregrinos -un sendero vallado, adornado con macetas-, con el objetivo de unificar la fila de quienes desean cruzar la Puerta Santa con la de quienes buscan rendir homenaje al féretro de Francisco, expuesto desde el pasado miércoles en el templo vaticano. Solo en la primera jornada de velatorio, unas 50.000 personas habían pasado por delante del baldaquino de San Pedro para mostrar su respeto al último hombre en ocupar el trono del apóstol.

Los fieles podrán cruzar la Puerta Santa hasta esta tarde. Durante el fin de semana, permanecerá cerrada por las mañanas por el funeral del Pontífice, mañana, y el domingo por la misa dedicada al Jubileo de los Adolescentes.

La de San Pedro fue la única de las cuatro puertas romanas que abrió Francisco personalmente. Lo hizo el 24 de diciembre para inaugurar el que fue su primer y último Jubileo ordinario.

Fieles y jóvenes

Desde principios de año, miles de peregrinos de todo el mundo habían comenzado a llegar a Roma para participar en el Jubileo. La muerte de Francisco ha multiplicado el número de fieles presentes, muchos de los cuales aprovecharon el viaje para despedirse del Papa.

Este fin de semana estaba previsto uno de los grandes eventos del Año Santo, el jubileo de los Adolescentes y la canonización del joven italiano Carlo Acutis, el santo milenial, que finalmente fue suspendida porque este tipo de celebraciones no se pueden llevar a cabo durante el período de Sede Vacante, el tiempo que va desde la muerte de un Pontífice hasta la elección de su sucesor. Aun así, son muchos los jóvenes de todos los rincones del mundo que habían planeado su viaje a Roma para estas fechas, por lo que se espera que a medida que se acerque el fin de semana y el funeral de mañana, la afluencia siga creciendo.

Las autoridades prevén que 200.000 almas asistan al funeral, así como delegaciones de 170 países con mandatarios y jefes de Estado por lo que se ha desplegado un dispositivo de seguridad sin precedentes con más de 4.000 agentes, personal de Protección Civil y otros cuerpos de emergencia que vigilan los accesos a la Ciudad del Vaticano. 

Detalles de la ceremonia

Poco a poco se van conociendo los detalles de cómo serán los fastos para despedir a Papa de los pobres. Precisamente, un grupo de unas 40 personas con pocos recursos, presos, transexuales, sin techo y migrantes acompañarán al féretro de Francisco hasta instantes antes del entierro de su ataúd.

Con este gesto, la Santa Sede quiere recordar la cercanía del Papa Francisco con las personas necesitadas. «Los pobres tienen un lugar especial en el corazón de Dios. Así también en el corazón y en el Magisterio del Santo Padre, que había elegido el nombre de Francisco para no olvidarlos nunca», indicaba ayer el Vaticano.

Todos ellos dirán «adiós» a Bergoglio, pero sobre todo «gracias» a un Papa que para muchos de ellos fue como un «padre».

La noticia fue anunciada en un comunicado de la Santa Sede, que destaca que «los pobres tienen un lugar privilegiado en el corazón de Dios», así como «en el corazón y en la enseñanza del Santo Padre, que eligió el nombre de Francisco para no olvidarlos nunca».

Benoni Ambarus, Don Ben, secretario de la Comisión de la CEI para las Migraciones, estuvo el 26 de diciembre al lado de Francisco en uno de los gestos más simbólicos del pontificado: la apertura de la Puerta Santa en la cárcel de Rebibbia. «Me parece una decisión conmovedora», comentaba ayer.