El escultor Jesús Arévalo Jiménez es reconocido a nivel mundial por su obra, principalmente de motivo religioso. Utiliza distintos materiales como la madera, el bronce o la piedra. «Materiales que me gustan y considero nobles y aptos para la realización de una escultura».
Lo más característico de su obra son las piezas talladas de forma directa en troncos de cedro de grandes dimensiones, una técnica y un formato que siempre le ha reportado maravillosas experiencias y felices resultados, motivo por el cual fue requerido como artista por la Fundación de Amigos del Museo del Prado para impartir conferencias sobre la talla en madera en el marco de los "Cursos sobre técnicas artísticas" que se impartieron en 2016 a 2017.
Jesús Arévalo tiene obras repartidas por España principalmente, pero también en Perú, Reino Unido (County Hall, Londres), Israel (Domus Galilaeae International Center), E.E.U.U, Italia...y ahora trabaja en proyectos para Albania y Austria.
Es uno de los escultores de arte sacro más relevantes de nuestro país, ¿no le da vértigo?
La verdad es que si es así, prefiero no pensar en ello.
¿Cómo fueron sus inicios en el mundo de la escultura?
Estudié Bachillerato de Ciencias Puras, mi intención era ser Biólogo o Ingeniero Técnico Forestal, pero cuando iba a entrar en la universidad mis padres me animaron a no descartar la vocación artística que ellos veían clara mí, ellos también la tuvieron y no la desarrollaron, mi padre como músico y mi madre como excelente dibujante; pero a mí el mundo del arte me producía una enorme repulsa, era para mí un mundo ensimismado y enfermizo, también incomprensible. En todo caso me gustaba pintar, dibujar y modelar, pero deseaba siempre hacerlo lo más lejos posible de cualquier influencia, o más bien sin someterme a ninguna influencia, no quería saber qué se hacía o se dejaba de hacer, yo quería recorrer y descubrirlo todo como si nunca hubiese estado nadie antes ahí, y si lo estuvo, no quería tampoco pararme mucho a pensar en ello. Esa visión solitaria de búsqueda y encuentro en el arte se me hace imprescindible. Para mí es liberador ese refugio mio, esa cabaña con ventanas a los cuatro puntos cardinales, ventanas que se pueden abrir y cerrar.
Entré en Bellas Artes en la Universidad Complutense de Madrid. En los primeros años estuve tentado a dejar la carrera varias veces, pero al final descubrí maravillado la escultura y me dieron una enorme libertad para trabajar en el taller. Llevé troncos de un cedro que talaron en Barajas, donde trabajaba de encofrador por las mañanas, también pude llevar buenos bloques de piedra. Acabé licenciándome con Matrícula de Honor en Técnicas y Procedimientos Escultóricos. Después, al acabar, fui solicitado durante unos años como Colaborador Honorífico y después como artista Invitado por el Departamento de Escultura de la Facultad.
¿Por qué su obra se centra en el arte sacro?
Es hacia donde me ha llevado la Providencia. En cualquier caso, como creyente, hacer una obra que toque el alma, sobre todo de los ajenos a la fe, es un hecho increíble y maravilloso. También tengo obra profana, principalmente torsos, en piedra y madera, masculinos y femeninos, que es un tema, el de la figura humana, que me apasiona.
Muchos de sus trabajos los hace en talla directa, ¿en qué consiste esa técnica?
En la talla directa, más que buscar una obra, se encuentra uno con ella. Es un encuentro al que se llega de la mano de la intuición, que es una fuente de conocimiento superior a la razón. Es un proceso muy íntimo lleno de momentos muy especiales, de vivencias, de alegría, de angustia, de prudencia, pero también de decisión, de abatimiento y euforia...
La talla directa en troncos de árbol y bloques de piedra, activa y desarrolla enormemente funciones cerebrales y las conexiones entre hemisferios, está junto al modelado entre las causas y efectos de la evolución humana, y es incalculablemente anterior al propio hombre. También enseña y potencia grandes virtudes como son el dominio del ímpetu y de uno mismo, la decisión, la paciencia y la prudencia, la determinación, la disposición a perder la fama, a equivocarse y a exponerse.
Ver surgir la obra es vivir un encuentro personal con ella, y también veo muchas veces que al hacer la obra ella también me hace a mi y ha estado haciendo y seguirá haciendo en otras personas en el lugar donde surgieron, por donde han pasado y en el lugar en el que permanecen, o permanecerán en esta y en próximas épocas.
Trabaja con distintos materiales, pero uno de los que ha utilizado mucho es la madera, ¿hay que saber escucharla y ver sus características?
La madera es una materia muy cercana por su origen vivo a nosotros. Cuando se trata de tallar troncos (principalmente uso de cedro) aparecen grietas, nudos, manchas… que, en gran parte, influyen en la realización de la obra y siempre acaban formando parte del carácter y ornamentación final de la escultura. También he podido encontrar objetos incrustados. En una ocasión llegué a encontrar balas a unos ochenta anillos de profundidad en un tronco que está en lo que fue una zona de fuego cruzado en la Guerra Civil. Fue ahí donde realicé la talla de la Virgen del Abrazo.
¿Con qué tipos de madera suele trabajar?
Aparte de utilizar cedro conífera, también he utilizado madera de cedro americano, de pino, de tilo, de abedul...
¿Qué otros materiales utiliza para sus obras?
También trabajo la piedra, la arcilla y el bronce. Son materiales que me gustan y considero nobles y aptos para la realización de una escultura
¿Cuánto puede tardar en realizar una escultura?
Eso depende de lo terco que sea el material y de lo discreta que sea la obra.
¿Qué supone para su obra y su vida Masegoso de Tajuña y Cifuentes?
Es la tierra de mi mujer. Aquí mis hijos son felices. Venir a Masegoso de Tajuña y, sobre todo, a Cifuentes es venir a la tierra de mis antepasados por parte de padre. También es estar en una tierra llena de belleza. La naturaleza es la gran maestra y aquí se explaya impartiendo lecciones sobre colores, luces y formas.
Quiero señalar que esta belleza paisajística y natural necesita ser protegida urgentemente, principalmente frente al destrozo que se está haciendo con la instalación irresponsable de molinos aerogeneradores de electricidad, macrohuertos solares, macrogranjas porcinas... y toda clase de atrocidades que no tendrían lugar, por ejemplo, en Madrid. El paisaje es el resultado del encuentro de las actividades humanas y su medio natural, ahora esta relación no es de encuentro, es directamente de invasión y destrucción.
Tiene muchas de sus obras en países extranjeros, o en grandes ciudades de España como Madrid, ¿podemos ver tallas o esculturas suyas en pueblos de la provincia de Guadalajara?
Es verdad. Tengo obras en Estados Unidos, Bélgica, Italia, Israel, Reino Unido... Y en España también las tengo en grandes ciudades, pero en Guadalajara no he tenido el honor aún. Me encantaría hacer una gran pieza en piedra, un torso tal vez, una alegoría quizá, algo potente.
¿De cuáles de sus obras se siente más orgulloso?
Pues todas las obras tienen sus anécdotas que las hacen ser especiales, pero si tengo que destacar algunas diría el torso en piedra que tengo en el Instituto Geominero de Madrid, la Virgen del Abrazo de Valdebebas, las del County Hall de Londres, un San Miguel en bronce, la Virgen de la Almudena en la Cuesta de la Vega en Madrid... Pero, sobretodo, tengo una especialísima debilidad por una maternidad tallada en un tronco de cedro que siempre me acompaña.
Como bien he dicho, cada una de ellas es especial y tiene sus peculiaridades y anécdotas que te ayudan a seguir creciendo y mejorando como escultor.
Ahora se encuentra en Albania, ¿puede contarnos algo sobre lo que está haciendo allí?
Es de tamaño monumental, en un mármol magnífico procedente de Macedonia y que no tiene nada que envidiar a los mejores de Carrara.
¿Cuáles son sus próximos proyectos?
Pues me esperan obras para hacer en España (Valencia y Córdoba) y para el extranjero (Texas y Boston), y me gustaría ahondar en la figura humana, tema que me apasiona.