Antídoto contra el envejecimiento

SPC
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La fórmula del éxito está en una sencilla pero poderosa fórmula matemática:comer la mitad, correr el doble y reírse el triple

Antídoto contra el envejecimiento

Hay varias teorías sobre por qué se produce el envejecimiento. Y algunas son más populares o más aceptadas que otras, pero eso no significa que sean las correctas. De hecho, no hay ninguna que explique enteramente por qué envejecemos.

Entre las hipótesis más aceptadas se encuentra la de los radicales libres, que propone que envejecemos debido a la oxidación celular. Estos oxidantes se generan de forma natural en nuestro metabolismo, pero su acumulación puede causar daños a lo largo del tiempo.

Otra línea apunta al acortamiento de los telómeros, las estructuras protectoras en los extremos de nuestros cromosomas. A medida que envejecemos, estos extremos de los cromosomas se acortan, lo que afecta la capacidad de las células para dividirse y renovarse.

Si bien la genética juega un papel importante, nuestros hábitos y el entorno también influyen en la velocidad a la que envejecemos. El profesor Antonio Ayala, catedrático de Bioquímica y Biología Molecular de la Universidad de Sevilla, destaca que factores como la mala alimentación, el sedentarismo, el estrés, la falta de sueño y los malos hábitos (como el tabaquismo y el consumo excesivo de alcohol) aceleran el envejecimiento prematuro.

Ayala también subraya la importancia de la toxicidad ambiental, señalando que la exposición a compuestos químicos presentes en el aire, el agua, los alimentos y los productos de higiene personal puede dañar nuestro organismo y acelerar el envejecimiento. Estos xenobióticos, como los llama, activan los sistemas de desintoxicación del cuerpo, principalmente en el hígado, generando compuestos oxidantes como efecto secundario que contribuyen al daño celular.

La genética

Si bien se estima que los hábitos de vida determinan alrededor del 70 por ciento de la velocidad a la que envejecemos, la genética también juega un papel crucial. En algunos casos, la genética puede tener una influencia aún mayor, llegando a determinar hasta el 80-90 por ciento de este proceso.

Es importante tener en cuenta que la exposición a factores ambientales comienza desde el momento en que nacemos. Distintos estudios han demostrado la presencia de cientos de compuestos tóxicos en el cordón umbilical de los recién nacidos.

En resumen, el profesor Ayala propone una sencilla pero poderosa fórmula matemática para un envejecimiento saludable: comer la mitad, correr el doble y reírse el triple.

Esta filosofía, combinada con una conciencia sobre los factores ambientales que nos rodean, puede ayudarnos a vivir una vida más larga y saludable.

Precisamente, acaba de publicar en la revista científica de la Sociedad Española de Medicina Estética un artículo titulado Toxicidad ambiental y envejecimiento, junto con la doctora Cristina Garzón Rodríguez, en el que pone precisamente estos aspectos sobre la mesa, resaltando que, aunque realmente no sepamos por qué envejecemos, sí conocemos los factores que nos acortan y nos alargan la vida. «Envejecemos prematuramente cuando no nos cuidamos, y no escuchamos las señales de alarma de nuestro cuerpo», arma este especialista.