El presidente del PP, Alberto Núñez Feijóo, se ha involucrado mucho en la campaña de las elecciones europeas, sabedor de que es una prueba de fuego para intentar socavar al Gobierno de Pedro Sánchez que cada vez se agrieta más. Por eso, llama a la participación de los españoles, pero sobre todo, a la concentración del voto en el PP, para que no se escape ningún voto del centro derecha en favor de otras formaciones como Vox.
Núñez Feijóo avisa de que España se juega el 9 de junio mucho más de lo que los ciudadanos piensan y se muestra sensible con problemáticas que afectan directamente a Castilla-La Mancha, como la agricultura o el agua, en una tierra en la que dice que el PP está preparado para volver a gobernar en el próximo mandato.
De nuevo en campaña, ¿cómo se plantea?
Lo primero es explicar a la gente la importancia del Gobierno de Europa, que tiene más trascendencia en la vida personal, en la vida familiar, en una empresa, que un Gobierno municipal, un Gobierno autonómico o un Gobierno nacional. Y lo segundo es la movilización, la necesaria movilización, y en nuestro caso la concentración del voto, porque podemos enviar un mensaje muy claro de esperanza a los ciudadanos españoles, podemos decir que esta situación de desgobierno, de descontento, de parálisis, de ruptura, ha tenido esta misma semana claros ejemplos. Hubo cinco, seis o siete votaciones en el Congreso de los Diputados, viendo una parte del Gobierno votando en contra de la otra y viendo cómo cuando votaba junto el Gobierno también perdía las votaciones en el Congreso... en fin.
Entiendo que estas elecciones sirven para posicionar a España en Europa, para que el Partido Popular Europeo tenga más fortaleza en el Gobierno de Europa y, además, para mandar un mensaje de que los españoles estamos hartos de la parálisis, de comprar la Presidencia del Gobierno a través de una ley, la Ley de Amnistía, y de utilizar a España como plataforma partidista del presidente del Gobierno, porque eso es lo que estamos viendo en política interior y en política exterior.
Habla de la percepción de lejanía con la que el ciudadano ve a Europa, ¿quizás sea ése uno de los hándicaps más importantes?
Sí, siempre lo es. La verdad es que los 27 que conformamos la Unión tenemos dificultades para que los ciudadanos de cada uno de los estados perciban que Europa es un tema trascendental, pero en esta ocasión tenemos más motivos para activar la presencia de los ciudadanos en las urnas. Primero, porque hay una guerra en la frontera de Europa. Aunque a nosotros nos queda lejos esa frontera, lo cierto es que los países próximos a Ucrania ven que los misiles pasan no muy lejos de su territorio.
Segundo, porque Europa se está quedando atrás. Es verdad que Europa sigue siendo el territorio del mundo con mejor bienestar, con mejores servicios públicos, con mayores prestaciones sanitarias, educativas, ferroviarias, carreteras... Europa sigue siendo el espacio con mayor bienestar del mundo, pero ya no es el espacio de mayor competitividad y de mayor prosperidad del mundo.
Y la tercera cuestión es que sólo somos el cinco por ciento de la población mundial. Los grandes países... China, India, países asiáticos y, por supuesto, Estados Unidos nos deben llevar a la reflexión de que la competitividad, la innovación, la investigación en Europa o la cuidamos o entraremos en una fase de declive y nos convertiremos en un parque temático de lo que ha sido la cultura europea, el patrimonio europeo y lo que ha sido Europa en el mundo. Por tanto, hemos de reaccionar, hemos de garantizar nuestra seguridad, mejorar la competitividad de nuestra economía... ¿para qué? Para seguir manteniendo la mejor prestación de servicios públicos del mundo.
Con esos cambios geoestratégicos que comenta, ¿hacia dónde tiene que caminar Europa?
Europa tiene que ser un actor principal y tener su propia política exterior, política industrial para relacionarse con China. Los europeos estamos dentro de la cultura atlántica y, por tanto, estamos dentro de ese orden de derecho y de Estado de Derecho que defiende la OTAN y nuestra relación tiene que ser con Estados Unidos. Europa tiene que ser uno de los tres o cuatro actores fundamentales del mundo. Europa ha hecho algo que no ha conseguido ningún territorio, que es, manteniendo las soberanías nacionales, agrupar 27 estados en una moneda, en un pasaporte, en un Estado de Derecho. Esa creación institucional, política, es de una arquitectura ciertamente compleja, pero lo hemos conseguido.
Hay tensiones, hay dificultades, las decisiones se tienen que tomar por unanimidad de los 27, hay una burocracia que empieza a impedir nuestra desarrollo y competencia con el resto de los países, hay algunas reglas que no se aplican en ningún lugar del mundo y que nos cuestan mucha prosperidad, crecimiento económico y competitividad de la economía. Europa es un gran hallazgo, una gran decisión, pero como todo lo que es grande cuesta mantenerlo y tenemos que ajustarlo al tiempo que nos toca vivir.
Los sondeos dan ventaja al Partido Popular tanto en España como en Europa, ¿el 9J será una victoria fácil o habrá que sudar la camiseta?
No será fácil, porque necesitamos que la gente vaya a votar. La estrategia de Sánchez es vampirizar a sus socios. Lo hemos visto ahora en las elecciones catalanas, donde ERC es el partido que más votos ha perdido y es socio de Sánchez en el Congreso y socio de Illa en muchos ayuntamientos y diputaciones, e Illa era el que sostenía parlamentariamente a ERC. Estamos viendo que acabó con Podemos y que está desactivando a Sumar. Por tanto, el voto radical, el populista, el voto de izquierda radical, está bajo el manto de Sánchez.
Nosotros tenemos un electorado que tradicionalmente formaba una opción, pero se convirtieron en tres opciones con Ciudadanos. Hemos conseguido que Ciudadanos vuelva a la casa constitucional y al partido de Estado que es el PP y, lo más importante, que sus votantes vuelvan a nuestra casa, pero se mantiene Vox y, sin duda, no lo digo yo, Pedro Sánchez sin Vox no sería nada. Si se une y se concentra el voto en un partido reformista de centro derecha como el PP, vamos a ganar las elecciones europeas con claridad. Si seguimos divididos, mientras la izquierda se concentra en torno a Sánchez, tendremos más dificultades.
Sánchez repite en esta campaña la estrategia del miedo a Vox que ya le permitió retener la Presidencia del Gobierno...
Sin la menor duda, todo este conflicto con el presidente de la República Argentina es un conflicto que provoca el Gobierno cuando conoce que Milei viene a un acto de Vox. Automáticamente, sale el ministro más faltón del Gobierno a decir que Milei es un drogadicto. Milei responde recordando en el mitin el sumario de investigación por corrupción y tráfico de influencias en el que está envuelta la esposa del presidente del Gobierno. El Gobierno, que ya tenía preparada esa estrategia, responde con algo insólito, que es considerar que la esposa del presidente del Gobierno es una institución del Estado. ¡Hombre! Las instituciones del Estado no firman cartas de recomendación en favor de empresas que resultan adjudicatarias de contratos del Estado. Las instituciones del Estado no financian su actividad profesional con empresas que han sido rescatadas por el Gobierno o han sido adjudicatarias de contratos del Gobierno. Por tanto, esto es una forma de activar y polarizar.
Si no te comportas como un partido de Estado, si utilizas España como una plataforma electoral y no como una de las naciones más antiguas de la tierra, hermana de Argentina desde hace siglos, igual consigues unos votos, pero lo que haces es deteriorar la imagen internacional de tu país, poner en riesgo miles y miles de millones de euros que las empresas españolas invierten en Argentina. Esto lo ha vuelto a hacer ahora en la guerra de Israel con Hamás.
Hace 10 años que tenemos un acuerdo en el Congreso de 2014 para reconocer a los dos estados, a propuesta del Partido Popular, con consenso. Pero ha vuelto a romper unilateralmente ese consenso, reconociendo en plena guerra a una organización terrorista como Hamás como interlocutor para el Estado Palestino. Se ha apartado de la Unión Europea, salvo Irlanda. El resto de los países han dicho que no están de acuerdo en hacer esto en este momento. Se ha apartado de la comunidad internacional, se ha apartado de Estados Unidos. Nos hemos quedado solos y aislados en la más absoluta demagogia y además me parece una inmoralidad, porque reconocer a Hamás como interlocutor es reconocer al que está utilizando la noble causa palestina en beneficio propio.
Hamás no es Palestina, es una organización terrorista que secuestró a centenares de judíos, a los cuales una buena parte los asesinó y a otros los sigue violando, los sigue utilizando como rehenes y escudos humanos a centenares de personas. Por consiguiente, estamos viviendo una enorme polarización. Nunca he visto algo tan irresponsable. Esto es propio de países populistas hispanoamericanos, no de un país europeo con la solvencia internacional de España.
Estoy convencido de que el pueblo español se está dando cuenta de cómo está siendo utilizado en beneficio de una obsesión que es el poder, a cualquier costa, perdiendo las elecciones, sumando una serie de partidos con planteamientos contradictorios entre sí, conformando una ensaladilla política indigerible, porque no es posible sumar un partido independentista de izquierda radical como Bildu o ERC con un partido independentista de centro derecha como Junts o PNV. No es posible sumar 18 partidos que conforman Sumar, algunos separatistas, como Compromís, En Comú Podem en Cataluña, con el Partido Comunista de España, que teóricamente era lo contrario del independentismo, como Más Madrid que está claro que es un partido regionalista... Es todo una ensaladilla que la gente no puede digerir y lo que nos está pasando es que está colapsando nuestro operativo. Estamos a un mes del primer año de Gobierno, leyes aprobadas, cero; ley que se puede sacar en este período de sesiones, la ley de amnistía, que estoy convencido de que es ilegal, ¿por qué? Porque es el precio para comprar siete votos y la Presidencia del Gobierno.
¿Con este parón legislativo, ¿se puede presuponer el fin de Sánchez?
Hay una ventana de oportunidad para dar una respuesta, que es el voto el 9 de junio. Es un toque de atención, pero al final hemos visto que Sánchez sabe resistir, pero no sabe gobernar y volvemos al principio: ¿quién va a decidir esto? Puigdemont, que ambiciona la Presidencia de la Generalitat y tiene razonamientos que son difíciles de rebatir: si el PSC ha sacado el 28% del voto y siete diputados de diferencia a Puigdemont y pretende gobernar la Generalitat, Puigdemont recuerda que el PP sacó un 33% de voto y 16 escaños de diferencia al PSOE y mayoría en el Senado y no gobierna, porque Puigdemont le dio sus siete votos y ahora lo que quiere es la correspondencia de Sánchez para su causa. La política nacional y la Presidencia de Sánchez depende de las reuniones en Suiza, con un mediador salvadoreño y con un prófugo de la Justicia... y así está el Gobierno de España.
En Castilla-La Mancha, eminentemente agrícola y agroalimentaria, interesan los fondos de la PAC, ¿qué posición tiene el PP?
Nuestro primer acto de precampaña para explicar nuestro programa electoral fue un acto dedicado a la agricultura, a la ganadería y al agua. Tenemos que cambiar la política agraria, porque hemos visto que la globalización comienza a tener que reajustarse y los europeos nos tenemos que dar cuenta de que hemos de cuidar nuestra despensa. Exigir el cumplimiento de reglamentación a un agricultor de Ciudad Real para poder vender sus productos en la UE y que esas exigencias no sean las mismas para otros agricultores extracomunitarios que meten sus productos en Europa con un nivel de salubridad, de trazabilidad, de condiciones laborales completamente distintas al agricultor propio hemos de reajustarlo. La obsesión de la reglamentación, del análisis, produce parálisis y hemos propuesto que, por cada nuevo reglamento de la Unión, haya que derogar dos.
El agua tiene que ser un objetivo de la UE. Europa tiene que tener un plan europeo del agua y los fondos tienen que buscar financiación de infraestructuras hídricas. Por último, en el reparto de fondos de los países el factor sequía tiene que ser un factor que pese.
En definitiva, nuestro objetivo es modificar sustancialmente la hiperregulación de las actividades agrarias y ganaderas, cláusulas de leal competencia o espejo para productos extraeuropeos en competencia con los europeos y el agua como un proyecto, como una ambición y como un problema europeo. El sector agrario tiene que ser fundamental y tiene que pesar en la política europea. Tenemos que cambiar el rumbo en la política agraria europea porque, si no, tendremos desabastecimiento, desertificación de nuestro territorio, abandono de nuestros cultivos y eso produce, evidentemente, un enorme riesgo medioambiental.
En Castilla-La Mancha el agua está todos los días en el debate político, usted se ha posicionado a favor del trasvase... ¿cómo explica esa postura aquí?
Me he mostrado a favor de que el Gobierno no enfrente a los territorios, sino que los siente en una mesa a dialogar y este Gobierno es especialista en enfrentar. No les ha llamado, no les ha consultado, no ha dialogado. Esto no lo podemos hacer. Mi postura es que las infraestructuras hídricas del Estado deben ser la prioridad para el Gobierno.
Por otra parte, creo en un Plan Nacional del Agua y en una Autoridad Nacional del Agua. Lo que sí participo es en que los presidentes de comunidades autónomas, que antes tenían unas reglas para el aporte entre cuencas, conozcan esas reglas, que es lo que ha cambiado. Si tengo la oportunidad de gobernar mi país, estoy convencido de que podemos llegar a acuerdos.
También es importante la reutilización del agua. El mayor caudal que tiene España son las aguas que perdemos en las rupturas y en la falta de conservación en los miles y miles de kilómetros de tuberías en abastecimiento y saneamiento. Perdemos miles y miles de hectómetros de forma constante -entre un 20 y un 25%- de toda el agua porque esa infraestructura no funciona. El agua depurada tiene que reutilizarse para usos agrícolas. En la mayoría de España esto no se hace. Acabamos de finalizar la campaña de las catalanas y existen 20 embajadas y dos desaladoras. Ése es el fruto de los últimos años en Cataluña. El 80% de la población catalana sólo tiene agua hasta el mes de septiembre y es agua para consumo humano.
Tras las elecciones autonómicas y municipales de 2023, el PP recuperó el peso territorial perdido hace cuatro años, ¿cómo ve en la actualidad al PP en Castilla-La Mancha?
Me gustan mucho los datos, más que las opiniones, porque son incontestables, y el Partido Popular en Castilla-La Mancha ha vuelto a ocupar un lugar preponderante en la política municipal y en la política provincial. Eso quiere decir que después de haber conseguido ciudades y diputaciones, el PP está preparado para gobernar en Castilla-La Mancha otra vez, no sólo para repetir el éxito en las municipales, sino también para conseguir 800 votos más en las autonómicas y gobernar.