Se adentró en las alcobas reales en su anterior libro (Pasiones carnales) y, ávida de leer biografías, la periodista transita en un nuevo ensayo por las vidas de creadores de todos los tiempos y múltiples disciplinas en una obra llena de amor, desamor, pasión, abandono, violencia y hasta muerte. 

¿El amor, o quizás el desamor, es uno de los factores que más empuja a la creación?

El amor puede resultar enormemente inspirador porque ataca al mismo tiempo a la razón, al corazón y al cuerpo. Además, el recuerdo te puede llegar a inspirar toda la vida. Hay también muchos atormentados en este libro, muchos que necesitan entrar en crisis para crear, pero yo pienso que el amor también puede hacer lo que la primavera hace con los cerezos. 

¿Pesa más el amor o la muerte?

Todo gira en torno al amor, su ausencia, el desamor, el miedo a perder el amor, que es la muerte. La muerte atormenta mucho, fundamentalmente por la incertidumbre y por la consciencia de que vamos a abandonar a los que queremos y nos van a dejar a nosotros. Todo gira en torno a ese elemento fundamental en nuestras vidas que es el amor.

Muchos de los casos que trae a Lo que la primavera hace con los cerezos (Espasa) son extremadamente duros, me atrevería a decir que algunos están llenos de egoísmo, crueldad, machismo… ¿Se perdona todo por el arte, por la genialidad?

No, el arte no es excusa para todo. Desde luego, hay amores de artistas que tienen muchísima intensidad, alguna vez hasta inventada para potenciar sus emociones e inocularlas en sus obras, pero la genialidad no disculpa en absoluto la maldad. Otra cosa es la cultura de la cancelación, con la que yo no estoy de acuerdo. Es imposible pensar que el mundo es aún más injusto de lo que creemos y que las personas guapas tengan que ser, además, buenas, simpáticas y excelentes cocineras y que esos a los que llamamos grandes creadores tengan que ser bellísimas personas. Los hay que sí, los hay que no, y los hay con zonas oscuras y muy oscuras. Cuando uno llega en esa zona muy oscura a cometer un delito, lo que hay que hacer es meterle en la cárcel y eso no significa que nos tengan que arrebatar a los demás su obra. Significa que, igual, lo que hay que hacer es arrebatarle a él los derechos sobre su propiedad intelectual. Hay obras que incluso teniendo tanta oscuridad dentro conviene mirar o leer porque, a partir de ahí, se aprende sobre ese mundo oscuro, a rechazarlo, condenarlo y reflexionar sobre  él.

El recuerdo puede llegar a inspirar toda la vida"

Un maravilloso verso de Neruda da nombre a este libro, pero él también tuvo esa zona oscura.

Neruda es uno de los grandes poetas en español, pero él en su vida tuvo momentos reprochables. Se portó muy mal con su hija Malva Marina, que era una niña con discapacidad a la que nunca aceptó, se portó muy mal con la madre de esa pequeña, a la que abandonó y, cuando se publican sus memorias, ya fallecido, se supo que violó a una chica y lo narra él mismo en ellas. 

Hay casos en los que el amor mata y esto es literal. 

Puede matar en la ficción, que es lo que pasa en el género negro, pero hay casos en los que mata de verdad, como Caravaggio, que era un pendenciero que pasó a asesino al matar a  su oponente en un juego. Le dio una estocada en los testículos y ya tenían cuentas atrasadas... También mata la escritora británica Anne Perry, que fue condenada junto con su mejor amiga Pauline Parker por el asesinato de la madre de esta última. Y hay más casos, claro, aunque algunas muertes sean fortuitas.  

Pero pasemos también a la zona pastel. Cuénteme alguna historia de amor, amor, en la que la inspiración haya ido vinculada a una relación sana.

Bueno, nosotros no podemos determinar qué relaciones son sanas o no porque todas tienen sus cosas... Pero, por ejemplo, la de Gertrude Stein y Alice B. Toklas duró toda la vida y fue una historia bastante convencional. Y hay una que me llama la atención, que es la de James Joyce y Nora Barnacle, que pese a sus altibajos, dura toda la vida y mantienen tanta pasión que su correspondencia casi hasta el final roza casi con la pornografía. Además, ella es la protagonista de casi todos sus personajes femeninos. Hay otra, que a mí me encanta que es la de los escritores Peter Orlovsky y Allen Ginsberg. El primero es heterosexual y el segundo homosexual y tienen una relación abierta y sexo entre ellos. Están juntos toda la vida y estoy segura de que ellos a quienes quieren es a la persona.

Para mí, las 'femme fatale' son mujeres libres que se han permitido amar a quien les daba la gana cuando les daba la gana"

La infidelidad se podría decir que es un común denominador en muchos de los artistas que detalla en este libro. ¿Es necesaria el ansia de experimentar en el amor, en el sexo, en la seducción para crear?

Bueno, es que la infidelidad no es que esté en la vida de los artistas, es que está en la de los seres humanos... Antes de que existieran las pruebas de ADN se decía que un 30 por ciento de los hijos no eran de su padre... Los judíos dicen que, para serlo, hay que ser hijo de judía... La infidelidad está en todas partes, en el caso de la creación, pues algunos son muy infieles, otros monógamos sucesivos y, desde luego, lo que pasa es que todos los amores que sostienen son enormemente intensos.

¿Son las femme fatale el alter ego de los donjuanes, pero vistas desde los ojos del hombre?

Para ellos lo son. Incluso en este siglo y después del #MeToo, los donjuanes siguen estando bien vistos y ellas son malas malísimas. Ellas son mujeres libres que se han permitido amar a quien les daba la gana y cuando les daba la gana. Es que incluso ahora muchas chicas dicen sentirse seducidas por los canallas, por ese afán de redención que debemos tener las mujeres...

No me parece posible vivir sin amor y, además, sería muy poco interesante"

¿El arte hace eterno al amor?

El arte deja obras que convierten al amor en eterno, aunque eso no significa que sus autores o sus musas vayan a compartir para siempre ese sentimiento. 

¿Cree que es posible vivir sin amor?

No me parece posible y, además, sería muy poco interesante.