El reparto de los menores migrantes no acompañados (menas) es una patata caliente que, más pronto que tarde, hará visible un nuevo choque de trenes entre el Gobierno y las comunidades del PP, dominantes en el actual mapa territorial.
El Congreso aprobó la semana pasada el decreto para repartir a los menores migrantes no acompañados entre todas las regiones cuando una de ellas vea sobrepasada su capacidad de acogida. Por el momento, se repartirán los 4.400 menas que se encuentran ahora en Canarias y Ceuta (4.000 en la primera comunidad y 400 en la segunda), aunque la norma servirá para futuras iniciativas de distribución.
La ley pactada el pasado mes de marzo entre el Gobierno y Junts per Catalunya ya empezó con una enorme polémica, porque fue vista, incluso por regiones del PSOE como Castilla-La Mancha, como una nueva cesión al independentismo hecha al dictado del partido de Carles Puigdemont.
El Ejecutivo intentó difuminar la letra pequeña, pero Junts informó en un comunicado que el acuerdo alcanzado «limita la llegada de menores no acompañados destinados a Cataluña», que recibirá entre 20 y 30 de los 4.000 que se encuentran actualmente en Canarias, mientras que Madrid acogerá a más de 700.
Incluso hubo comunidades como Madrid y Aragón que recurrieron el pacto suscrito entre los secesionistas catalanes y el Gobierno.
La fractura volvió a evidenciarse en el Congreso cuando se votó la nueva normativa que salió adelante con el apoyo de PSOE y Sumar, así como de los socios parlamentarios habituales del Ejecutivo (PNV, EH Bildu, ERC, además de Junts) y de Coalición Canaria. Se abstuvo Unión del Pueblo Navarro, mientras que tanto PP como Vox votaron en contra. Los populares por entender que esta medida supone sólo «un parche» que no soluciona el problema de fondo.
Pero ahora se avecina un nuevo choque a la hora de fijar el reparto con los territorios del PP claramente en rebeldía. De hecho, días atrás el Gobierno apremió a las comunidades a que aclaren algunos de los datos que han ofrecido acerca del número de menores migrantes no acompañados que acoge cada región ante la «asimetría» de las cifras aportadas, que impiden hacer una «fotografía real» del sistema de protección en el país.
Así lo señaló la ministra de Juventud e Infancia, Sira Rego, que confirmó que todas las comunidades han respondido a este requerimiento dentro del plazo, excepto Aragón, que recurrió ante el Tribunal Superior de Justicia esta petición.
Pero la respuesta generalizada de los territorios volverá a poner al Gobierno en un brete porque la mayor parte aseguraron que sus sistemas de acogida se encuentran muy cerca del colapso e incluso algunas apuntan que ya están sobrecargadas.
Y las cifras que han remitido al Ejecutivo, al menos, así lo atestiguan. Cantabria dispone de 220 plazas, con 22 menores atendidos en las 36 que han sido consignadas para extranjeros. Extremadura acogió a 126 en 2024 y supera su capacidad en un 111,25%, según los datos facilitados.
La Región de Murcia atendió a 741 y asegura que su capacidad está excedida en un 220%. Castilla y León tiene 178 menores y 130 plazas disponibles actualmente. Andalucía tiene una ocupación del 96,32% tras atender a 2.615 menores a lo largo del año 2024.
En Galicia, 273 de los 900 menores en el sistema son extranjeros. Castilla-La Mancha tiene 566 plazas y una ocupación del 96,5%, con 139 menores en estos momentos y tras prestar asistencia a 173 el pasado ejercicio. La Rioja se ocupa de 15 menores, dos menos que hace un año. Madrid, que describe una sobreocupación del 132%, asistió a 2.442 en 2024 y cerca de 950 en lo que va de 2025.
En el caso de Cataluña, hay 4.600 plazas, de las que 2.242 están ocupadas por menores y 4.208 por jóvenes que cuentan con una prórroga asistencial. La Comunidad Valenciana hace lo propio con 481 menores en un sistema que dispone de 317 plazas. Una atención que asciende hasta los 859 en el País Vasco y los 297 en Navarra. Baleares, por su parte, atendió el año pasado a un total de 367 menas.
Así las cosas, la gran incógnita a despejar es ¿dónde van a ir esos casi 5.000 menas? La respuesta no será sencilla y acabará en colisión.