La mesa redonda organizada por Aike sobre adicción a las pantallas congrego en el Centro Joven a familias, docentes y profesionales sanitarios preocupados por un problema creciente, la adicción a los dispositivos móviles, agudizado desde la pandemia. Se compartieron datos para situar la problemática: el primer teléfono móvil se recibe a los 11 años, el 60% de la población adolescente afirma que sus padres y madres no controlan su teléfono móvil, 1 de cada 10 han recibido solicitudes para compartir imágenes de contenido sexual, el 75% duerme con el teléfono en la habitación y el 40% afirma comer consultando el dispositivo móvil.
La psicopedagoga Carmen Lamata habló de la importancia que se le debe dar a la salud física, emocional y mental de la infancia y la adolescencia, advirtiendo de la adicción que están generando los dispositivos móviles y las graves consecuencias que el abuso tiene en la alimentación, el sueño, la falta de ejercicio físico y el aislamiento social. Ante los estudios que muestran que el tiempo de consumo de pantallas puede superar las cinco horas diarias, Lamata señaló que "una generación de nativos digitales no puede acabar siendo de cautivos digitales, enganchados y condicionados por el uso de la tecnología".
Por su parte Julio Albalad, director del Instituto Nacional de Tecnologías Educativas y Formación del Profesorado, señaló en su intervención la necesidad de diferenciar herramientas y usos, cuando hablamos de pantallas hablamos de muchos tipos de dispositivos. Algunos de ellos muy útiles en el aula como las pizarras digitales y otros, como los libros digitales que debemos revisar su uso, edades de implantación y competencias digitales que desarrollan realmente. Reconoció el papel relevante que tienen los centros educativos en este tema, también interpeló a las familias y a la sociedad en general pues este es un debate necesario.
En sus intervenciones Marina Valero y Rocío León, representantes de "Adolescencia Libre de Móviles de Guadalajara", explicaron la iniciativa del pacto de familias, que pretende generar un acuerdo social para retrasar la entrega del primer dispositivo móvil hasta los 16 años. En Guadalajara, familias del Colegio Público Alvarfañez ya lo han planteado y se está extendiendo a otros centros educativos, generando un interesante debate y sirviendo para que las familias encuentren estrategias que les ayuden a afronten usos más racionales y saludables de los dispositivos móviles.
La mesa redonda concluyó con un interesante coloquio con el público asistente, compartiendo iniciativas que se están desarrollando también desde el ámbito sanitario y dónde se enfatizó la importancia de una educación digital responsable, la promoción de hábitos saludables, y la necesidad de diálogo entre toda la comunidad educativa, docentes, familias y administración.