El pasado año se realizaron 17 eutanasias en Castilla-La Mancha. El dato lo ha dado hoy el consejero de Sanidad, Jesús Fernández Sanz, que también apuntó que en total se presentaron 58 solicitudes.
Hay varias causas para la diferencia que hay entre las solicitudes presentadas y las eutanasias que finalmente se llevaron a cabo. Fernández Sanz explicó que una de ellas sería que el paciente fallezca en medio del proceso antes de que se autorice la eutanasia. Otro de los motivos es que no se reúnan las condiciones oportunas para autorizarlo y que los profesionales así lo decidan. Un tercer motivo sería que finalmente el paciente que lo solicitó decida que no se lleve a cabo. "Son las tres principales y yo diría que por ese orden", expuso.
Fernández Sanz aclaró que en Castilla-La Mancha la objeción de conciencia no está suponiendo un problema para aplicar la eutanasia a los pacientes que lo solicitan. El consejero confirmó que en todas las áreas sanitarias se garantiza esta posibilidad.
En cuanto a la tardanza del proceso, el consejero reconoció que habría que acortarlo. "Muchas personas que solicitan la eutanasia están inmersos en procesos de enfermedad que a veces son demasiado cortos respecto a cómo nos comportamos en estos plazos", admitió, "en esto todas las comunidades deberíamos aligerar". Con todo, y dado que es un proceso que debe ser garantista, el consejero apuntó que durante "ese tiempo en algún caso ha dado para que la persona o las familias piensen en alargarlo o no".