Un enorme faro ético

Agencias
-

El rey plasma el recuerdo de la «figura irrepetible» del Papa en el libro de condolencias de la Nunciatura antes de acudir a un almuerzo del Premio Cervantes marcado por el duelo

El monarca, acompañado por su madre y la reina Letizia, escribió ayer su mensaje de despedida a Bergoglio en la sede de la embajada del Vaticano en Madrid. - Foto: EFE

Un emotivo mensaje en señal de duelo por la muerte del Papa Francisco. «Nuestro recuerdo más sentido a la figura y personalidad irrepetible de su Santidad, que trasciende su dimensión eclesiástica; y nuestra admiración y respeto por su total entrega a la tarea evangélica hasta el último aliento de su vida», reza el texto que escribió ayer Felipe VI en el libro de condolencias instalado en el salón de embajadores de la Nunciatura de Madrid.

El monarca acudió a la sede de la embajada del Vaticano en la capital junto a la reina Letizia y Doña Sofía, que firmaron el mensaje de despedida a Bergoglio, en presencia del Nuncio Apostólico, monseñor Bernardito Auza.

Por el salón de embajadores pasaron ayer un centenar de personas que quisieron despedirse del Pontífice, cuyo libro de condolencias cuenta ya con tres volúmenes. Además de los reyes, acudieron a la Nunciatura la ministra de Igualdad, Ana Redondo, el titular de Presidencia, Félix Bolaños; o el líder del PP,  Alberto Núñez Feijóo.

Tras este acto, los soberanos acudieron al tradicional almuerzo previo a la entrega del Premio Cervantes, que este año se tiñó de luto por la muerte de Francisco, así como el reciente fallecimiento del Nobel hispanoperuano, Mario Vargas Llosa, que pereció el 13 de abril. Felipe VI destacó que ambos «compartían lengua materna» y «una inmoderada admiración por Borges».

El almuerzo estuvo marcado por una «respetuosa contención», por el luto decretado en España tras la muerte del Pontífice, y en él participaron representantes del mundo de la cultura en el Palacio Real con motivo de la celebración del premio. Además del luto, el acto estuvo marcado por la ausencia del galardonado, Álvaro Pombo, que no acudió por motivos de salud. Sin embargo, sí está prevista su asistencia al acto central de entrega del premio hoy, aunque delegará la lectura del discurso de recogida.

«No podemos disfrutar de su presencia y compañía, en la esperanza de poderlo hacer en Alcalá. Pero aun echándole de menos le sentimos muy cerca; y desde aquí le quiero decir: querido Álvaro, con este premio no solo te damos las gracias por lo mucho que aprendemos y disfrutamos con tu literatura; sino que reconocemos -y nos reconocemos- en una voz y en una mirada singular», afirmó Felipe VI.

El rey citó a Jorge Luis Borges, en su poema Everness, que rezaba que «solo una cosa no hay. Es el olvido», para recordar «a dos grandes que hemos perdido en el plazo escaso de una semana; dos referentes que compartían una lengua materna, el español, un origen, Hispanoamérica y una inmoderada admiración por Borges».

Sobre el Pontífice, destacó que se convirtió en un «enorme faro ético», del que «nos quedan su coherencia vital e intelectual, su compromiso con los más pobres, su denuncia de las desigualdades, su aspiración constante a un mundo más justo y mejor». Mientras que a Vargas Llosa le definió como  el hispanoperuano «universal», del que queda «su voz, su obra inmensa» y su pasión por contar historias.