El Banco de Tejidos Neurológicos ha logrado un nuevo hito tras realizar los primeros diagnósticos de alzhéimer en cerebros donados a la entidad. Se trata de un paso clave para que el tejido cerebral se pueda utilizar en futuras investigaciones y, de hecho, están a la espera de concluir el estudio de patologías, descartar que haya otras enfermedades neurológicas, para realizar la primera donación a grupos de investigación. «Ya tenemos las primeras solicitudes de la facultad de Medicina de Ciudad Real», explicó la responsable del biobanco de Ciudad Real, Fernanda Relea, quien indicó que ahora es necesario aumentar las donaciones de cerebros.
El Banco de Tejido neurológico nació hace ahora tres años, en 2022, y en ese camino ha ido dando pasos, hasta ese diagnóstico actual. Cuando se dona un cerebro a la unidad, la mitad se guarda para dedicarse a la investigación y el resto se emplea en ese diagnóstico de posibles patologías. Solo de esta manera se puede saber si el tejido que se investiga pertenece a una persona sana o a una que tenía una patología asociada. De hecho, hay enfermedades como el alzhéimer que solo pueden tener un diagnóstico con un cien por cien de certeza post mortem, aunque los síntomas de la enfermedad sean compatibles.
Una vez se descarten las patologías se podrá iniciar la cesión de tejidos a grupos de investigación. En este sentido es clave la cercanía con la UCLM, porque las solicitudes de tejido a la facultad permitirán acelerar proyectos como los que tienen de análisis del bulbo olfativo, uno de los elementos que con más cuidado se trabaja en el biobanco. «Recogemos los bulbos y una vez que los tengamos diagnosticado, empezaremos a mandar a estos grupos». Ciudad Real es puntera en los estudios que relacionan el olfato con enfermedades neurológicas, con grupos como el de neuroplasticidad y neurodegeneración, que recientemente ha identificado tres proteínas asociadas al alzhéimer y que podrían servir como biomarcadores de la enfermedad. Una muestra de la importancia que tiene la donación, sin la que resultaría imposible hacer avances en enfermedades que afectan a este órgano.
Donaciones. Actualmente, el banco cuenta con «cuatro cerebros» y de ahí que se pida ampliar las donaciones, que haya más gente que acceda a la donación. Además, cuentan con 20 predonantes en estos momentos, principalmente familiares de enfermos de alzhéimer, del centro Alöis de la ciudad y que están muy implicados en el proceso. «Los cerebros que vienen no son tanto de enfermos, como el entorno», señaló la responsable de Alöis, Inés Campillo, quien recordó que la persona más cercana suele estar tan implicada en el cuidado del paciente, que le cuesta pensar en la donación cuando se lo plantean. Con todo, desde el biobanco recuerdan la importancia del diagnóstico, también porque el informe de patologías se entrega a los familiares y puede servir para actuar ante enfermedades de tipo genético como Huntington, una enfermedad hereditaria que provoca el desgaste de algunas células nerviosas del cerebro y que aparece cuando la persona tiene 30 o 40 años.
«Necesitamos que la gente sepa que existe un banco de cerebros y que necesitamos muchas donaciones para poder seguir avanzando en la investigación», recordó Clara Villar, responsable técnico del biobanco. En este sentido, señaló que hay falsos mitos sobre la donación de cerebros, como la cicatriz en la zona frontal, que se suele ver en series o películas, algo que es falso. La extracción se realiza por la parte posterior de la cabeza, lo que permite que el cadáver se pueda ver en un velatorio y, por lo tanto, que los familiares puedan despedirse si lo desean.
En la web del Sescam hay un apartado denominado tejidos neurológicos, donde se explica el proceso completo para esta donación, que arranca con que la persona interesada o familiar, la firma del consentimiento y, por último, es necesario ponerse en contacto con el biobanco cuando se produzca el fallecimiento, dentro de las 24 horas siguientes. Una vez se analiza el tejido se envía un informe a los familiares, clave de cara a descubrir esas posibles dolencias genéticas y por último se realizará la cesión del material para la investigación.