Javier López

NUEVO SURCO

Javier López


Sin luz

30/04/2025

Escribo estas líneas en medio del apagón. Prefiero que las sensaciones estén calientes. En Madrid todavía no ha vuelto la luz en este preciso instante, lunes, 28, cerca de las siete y media de la tarde. En poco tiempo nos acompañará la noche. En el portal de abajo un vecino está ofreciéndonos velas según vamos llegando. Yo ya llevaba unas cuantas en mi mochila. He llegado a casa caminando desde el periódico donde trabajo.  El trayecto ha sido agradable. En el centro de Madrid, soleado y primaveral, muchos bares permanecían abiertos, a oscuras o con velas, y abiertos. Las terrazas no estaban llenísimas pero sí concurridas. Una señal inequívoca de nuestro carácter. Somos así, en España somos así. Nuestra soberanía energética ha quedado en entredicho pero el bar siempre es una patria y su terraza el mejor lugar donde izar la bandera hasta que la noche nos embargue.
A esta hora no sabemos si nos iremos a la cama con la ayuda de una vela o recuperaremos antes la luz. La radio nos ha salvado la vida: la de siempre, el transistor a pilas. Llevaba uno pequeño guardado y lo he sacado para seguir los acontecimientos desde la redacción. Se han reído, con cariño, los compañeros: "De algo te tenía que servir ser un poco más analógico de lo normal". Se han  vendido transistores a pilas, y velas, muchas velas. Muchas tiendas han  cerrado. Los supermercados, no. Se han quedado prácticamente sin existencias. Repletos de gente. De nuevo, el papel higiénico se ha comprado en abundancia, como un chiste recurrente que nos retrotrae al inicio de la pandemia. La gente salía de allí también con mucha botella de agua. Al principio parecía un poco chocante. Al parecer se ha escuchado que en algún momento se podía producir algún problema con el suministro de agua. Ese era el motivo.
En la redacción hemos estado casi todo el tiempo pendientes de mi transistor con pilas.  No hemos podido hacer mucho más.  Pendientes de que alguien nos informara. Nada claro, nebulosas en abundancia. En un primer momento se ha especulado con la posibilidad de un ciberataque de la Rusia de Putin que habría afectado a varios países europeos. Luego ya hemos comenzado a reducir el problema a España y Portugal, este islote energético poco y mal interconectado con el resto de nuestros vecinos. 
Sea lo que sea, lo cierto es que en cualquiera de los casos es muy grave. Vivimos en un incesante sobresalto. Los amantes del apocalipsis reciben continúas señales para alimentarse, y voy a tener que pensar que algo de eso hay, que algo de apocalipsis estamos viviendo de un tiempo a esta parte. Todo se está moviendo a velocidad de terremoto en muy pocos años. Lo que pasa en un siglo está pasando en cinco años. Solamente nos faltaba un gran apagón. Dos países sin luz.
Recuperamos la luz en el centro de Madrid en el momento en el que estoy escribiendo estas líneas, que he querido que fueran al calor del gran apagón, sin distancia de horas. Son las ocho y media de la tarde del lunes, todavía no ha llegado la noche. Desde la terraza de mi domicilio veo que los semáforos de la calle Princesa comienzan a funcionar. Lo agentes de movilidad se han empleado a fondo intentando poner algo de orden en el desconcierto generalizado. Otra vez aquello del pueblo salvando al pueblo. Como los empleados de los supermercados o los que trabajan en las Farmacias, que también en gran parte han permanecido abiertas durante el gran apagón.
A partir de mañana a primera hora comenzarán las hipótesis. ¿De quién en la culpa? ¿Qué ha pasado para que todo un país desarrollado haya permanecido sin luz durante tanto tiempo?. Haya pasado lo que haya pasado, el asunto es grave. No sé si hay señales de apocalipsis pero sí que hay señales de que tenemos bastantes cosas que plantearnos. Pedro Sánchez ha comparecido ya para recomendar que no usáramos el móvil más que lo imprescindible, que nos suministraban energía desde Francia y Marruecos y que estaban activados todos los centros de ciclo combinado. También que se ha comunicado con la OTAN. Anuncian que volverá a comparecer en breve. Ahora comenzará la polvareda política. 
Cuando aparezca esta columna, el miércoles 30 de abril, tendremos mucha más información sobre lo ocurrido, aunque  todo estará más condicionado por el ruido ensordecedor que nos envuelve. Lo quiero evitar. Necesitamos saber qué ha pasado e indagar en las últimas responsabilidades, actuar en consecuencia. Sin más, con toda la luz que nos haga falta.