El hospital en el que se ha operado Netanyahu de la próstata no es un hospital de los que bombardea Netanyahu. No podría serlo, pues además de que no es ubicuo aunque lo parece para el mal, esto es, que no puede estar operándose y bombardeándose a un tiempo, ya liquidó hace unos días el último hospital que quedaba en el norte de la franja de Gaza. Hay hospitales y hospitales; unos, reducidos a escombros, a cenizas, por la perfidia del personaje, y otros, flamantes, con un bien abastecido y fortificado búnker en el subsuelo donde se recupera de la intervención quirúrgica.
Casualmente, el jefe supremo de las tropas que se han cobrado la vida de cerca de cincuenta mil civiles, y herido sin posibilidad de acudir a curarse a hospital ninguno a más de cien mil, ancianos, mujeres y niño la mayoría, casualmente, digo, eligió operarse justo al inicio de la semana en que tenía tres citas con los jueces que llevan sus casos de corrupción. Hay operaciones que no pueden esperar, y seguro que el atroz mandatario lamenta no poder declarar ante los tribunales sobre sus ilícitos. La convalecencia en ese sótano lujoso a resguardo de las bombas, aunque no hay más bombas contra hospitales que las que él tira, no se lo permite.
El hospital donde le han extirpado la próstata a Netanyahu no es como eran esos que pulverizó Netayanhu con los pacientes y los sanitarios dentro, y con centenares de familias acampadas en sus inmediaciones por suponer que la proximidad de los centros sanitarios les brindaban alguna protección.
En esos hospitales de Gaza, cuando funcionaban, cuando existían, no operaban ya de la próstata, ni de la vesícula, ni de cataratas, ni del corazón, ni de nada, pues sus paupérrimos recursos apenas alcanzaban para enfrentarse, con medios de fortuna y cortes de luz, a las amputaciones de urgencia y a los destrozos de la metralla. Ahora, ni eso. Pero el hospital de Netanyahu es otra clase de hospital, la clase de hospital que, en justicia, merecerían sus víctimas inocentes, no él. Claro que la justicia también cayó reventada, hecha trizas, según Netanyahu bombardeó el primer hospital.