Este veinte de enero comenzó el cuatrienio de Donald Trump como Presidente de Estados Unidos con la preocupación y el desprecio de muchos de los jefes de gobierno europeos. Nuestro Pedro Sánchez se ha colocado a la cabeza de la oposición dispuesto, al parecer, de pararle los pies a Trump.
Está por ver como Sánchez ejerce ese papel opositor a Trump y hasta dónde le van a seguir y apoyar el resto de los gobernantes europeos.
Más allá de la preocupación que abunda en Europa por la llegada de Trump a la presidencia de Estados Unidos, lo único evidente es que se abre un nuevo periodo político, no solo en aquel país, sino en el resto del mundo. Lo que está por ver es qué consecuencias tendrá.
Con Trump todo es posible ya que no es un político convencional sino un empresario que cree que puede gobernar su país como si se tratara de una de sus empresas.
La realidad es que en esta parte del mundo, es decir Europa y más concretamente en el seno de la Unión Europea, las decisiones de Trump tendrán un impacto directo en las políticas de cada país y por tanto en el nuestro.
Cabe preguntarse si Trump va a ser capaz de poner punto final a la guerra de Rusia-Ucrania, y si lo hace, con qué condiciones. También si, como viene amenazando, piensa que ha llegado el momento de que Estados Unidos haga mutis por el foro y deje de liderar la OTAN con las consecuencias inmediatas a corto plazo que sin duda tendría esta decisión.
En realidad todo está por suceder, aunque habida cuenta de quienes son los "hombres fuertes" de su gabinete, más los empresarios de las grandes compañías tecnológicas, que le susurran a diario en el oído, las perspectivas son, sobre todo, inquietantes.
Muchos se siguen preguntando, como es posible que Donald Trump haya ganado las elecciones. En mi opinión la pregunta que deberíamos de hacernos es: ¿Por qué el Partido Demócrata ha perdido las elecciones?. Solo cuando respondamos con honradez intelectual a esa pregunta entenderemos porque Trump ha sido elegido de nuevo Presidente.
Y la respuesta empieza por reconocer la desconexión, más que evidente, que en Estados Unidos se estaba dando entre las elites más cultas e informadas y el resto de los ciudadanos que sentían que sus problemas no eran ni comprendidos ni tenidos en cuenta por esas élites. Ese es el quid de la cuestión. También se ha producido una cierta rebelión porque percibían que ,además ,se les quería imponer "desde arriba" una visión de la vida. Ya saben, lo políticamente correcto. Por ahí el Partido Demócrata empezó a perder votantes.
La realidad es la que es: durante los próximos cuatro años gobernará Trump, y si, se antoja un cuatrienio muy largo, pero es lo que hay. Solo queda esperar que este presidente imprevisible y estrambótico no haga de este mundo un lugar peor, aunque al menos hay que reconocerle un primer acierto:lograr que Israel y Hamas se sentaran a negociar dejando en suspenso la guerra en Gaza.