En un nuevo informe de dos expertos en emergencias, contratados como peritos, resulta todavía más demoledor el relato de los hechos ocurridos en Valencia la noche fatídica de la DANA.
El trabajo, minucioso y en el que se quejan de la falta de colaboración de los responsables del gobierno autonómico, está ya en poder de la jueza de Catarroja y han sido citados a declarar como testigos el nueve de mayo.
En su informe se pueden leer frases tan categóricas como: "la falta de alertas fue una sentencia de muerte" o "la ausencia de planes convirtió barrios en trampas mortales. La inacción local fue el golpe final. La Generalitat falló al liderar, alertar y coordinar y los ayuntamientos traicionaron su deber, multiplicando víctimas".
Como conclusión final deja claro que es el President de la Generalitat quien tiene atribuida, por ley, la responsabilidad directa y total de todas las estructuras, en el Nivel 2 de emergencias.
Tras la lacrimógena comparecencia ante la jueza de la exconsellera Salomé Pradas, a quien Mazón dejó sola al frente del operativo todo el día, y en la que reconoció que no dirigía nada y que no tenía la menor experiencia en emergencias, resulta más difícil comprender como alguien no dio un golpe en la mesa y tomó el mando, llamó a la UME y envió la alerta.
Y, mientras, los valencianos, y sobre todo los familiares de las víctimas, siguen preguntándose dónde estaba el presidente de la Generalitat que tanto manda. Porqué no fue capaz de contestar a las llamadas que le hicieron. Porqué, cuando cogía el teléfono, su respuesta no duraba más que un hola y adiós. Tras declarar Pradas ante la jueza que ella era una simple mandada, se entiende que no se atreviera a pedir a Moncloa que declarase el nivel 3 de emergencias y se hiciera cargo de todo. Mazón la habría destituido de forma fulminante, pero se habrían salvado muchas vidas y, al final, también tuvo que dejar el cargo.
Aunque el presidente valenciano se niegue a contar que hizo el día de la desgracia, donde estuvo toda la tarde en la que el agua se llevaba vidas y haciendas, todo se acabará sabiendo. Como se han hecho públicas sus escasas y cortas comunicaciones con los desbordados responsables al mando de la desastrosa gestión de la catástrofe.
Hasta el presidente de la Diputación está teniendo que desmentirse a sí mismo. En su afán por defender a Mazón, dijo en una televisión que tanto él como Pradas, que estaban en el Cecopi, hablaron con él sobre la alerta. Ahora ya no recuerda a qué hora sucedió la tal llamada.
De momento, la jueza ha invitado a Mazón a declarar voluntariamente en su juzgado. Pero este ha declinado comparecer y, aunque se oculte todo el rato, tiene todos los boletos para acabar ante un juez.