Pilar Cernuda

CRÓNICA PERSONAL

Pilar Cernuda

Periodista y escritora. Analista política


Vender España a cachitos

27/12/2024

Ni la magia de las fechas navideñas ni los festejos lúdicos de fin de año han tocado la vena sensible de los gobernantes para que nos dejaran unos días de sosiego.

A punto de finalizar el año han colado de tapadillo nuevas transferencias al País Vasco, y cederán a sus exigencias de retirar a la guardia civil sus competencias en defensa del medio ambiente; cederán también al gobierno de Pradales la gestión de los inmigrantes y sus permisos de residencia y trabajo. Además, el PNV ha recordado al gobierno central que, a cambio de su apoyo a Sánchez, Moncloa había aceptado que la policía autonómica se hiciera cargo de salvamento marítimo y meteorología, no renuncia a lo que ya daba por cedido.

En Cataluña está en cuestión ceder a los mossos la seguridad de puertos y aeropuertos, hasta ahora competencia de la Guardia Civil, pero está en cuestión su posible ilegalidad y los servicios jurídicos tienen en estudio ese asunto; una cuestión que enciende a los cuerpos y fuerzas de seguridad del Estado, que ven cómo el gobierno acepta cualquier exigencia de sus socios, sean Sumar, los independentistas catalanes y el PNV. Mientras debilita a ojos vistas a la Guardia Civil, que a este paso se va a quedar exclusivamente como responsable de la seguridad en el ámbito rural, que es donde se realiza el trabajo más duro y menos lucido.

Todo ello sin que el ministro Marlaska mueva un dedo en favor de la guardia civil. Excepto algún gesto muy medido, lo justo para no dar excesivas alas a quienes critican que el respeto que mostraba el ministro a la GC cuando la necesitaba en sus tiempos de lucha contra el terrorismo y era juez muy bien considerado en el PP, ahora sin embargo muestra distancias con ese cuerpo para no irritar a sus compañeros de gobierno y a sus socios. Que son los que empujan para que Moncloa lleve determinados proyectos de ley o decretos ley al Parlamento.

Junts, muy impaciente, no se conforma con lo mucho conseguido a cambio de mantener a Sánchez en Moncloa, y exige también que se concreten algunos de los aspectos negociados y aprobados pero que todavía no se han convertido en textos que llevar al BOE. El cupo -que el gobierno no llama cupo- no les parece suficiente, y quieren también la gestión integral de las fronteras, asunto tan espinoso legalmente como la seguridad de puertos y aeropuertos. La ansiedad de independentistas y nacionalista por asumir competencias que siempre han sido responsabilidad del gobierno central, no tiene límite; como tampoco tiene límite la "generosidad" de Sánchez con los socios que deciden sobre su continuidad en el gobierno.

Poco a poco, tanto de tapadillo -en estos días últimos de años- como a cara descubierta, desde Moncloa se está vendiendo España a cachitos. Cuando nos demos cuenta, decisiones que son competencia exclusiva de los gobiernos en los países democráticos, estarán en manos de dirigentes regionales. Y no precisamente dirigentes que quieran a España.