El temor a que se instale en el pequeño municipio de Corduente una planta de biogás que ya ha dado sus primeros pasos ha hecho saltar las alarmas a los vecinos de algunos de los municipios limítrofes, cuyos vecinos ya han constituido una asociación vecinal, conformada de momento por más de 330 socios, desde la que ya han empezado a reclarar la paralización de este proyecto en el Alto Tajo.
La plataforma pro-defensa del sabinar de la comarca molinesa, en proceso de constitución ya como asociación Biogás-Alto Tajo, ha pedido, este jueves, en rueda de prensa, al Ayuntamiento de Corduente y a la Consejería de Desarrollo Sostenible, que den marcha atrás al proceso de autorización de una planta de biogás en este término municipal por parte de una empresa, por el impacto visual "catastrófico" que va a suponer como entrada que es al Alto Tajo, además del daño turistico y de los posibles malos olores que puede generar esta central.
La asociación Biogás-Alto Tajo ha anunciado también, en rueda de prensa, la presentación, antes del próximo 13 de octubre, de un recurso de alzada a la resolución de la Dirección General de Calidad Ambiental, después de que esta haya archivado la realización de un estudio de impacto ambiental integrado. El objetivo de este recurso que acaban de anunciar es que el organismo competente reactive este estudio de impacto ambiental, ha señalado Antonio Berlanga, secretario de dicha asociación, quien ha comparecido acompañado de Isabel Utrera, Enrique Martínez y Jorge García.
Una comparecencia en la que han señalado que la decisión de la Dirección General de Calidad Ambiental, que depende de la Consejería de Desarrollo Sostenible, es lo que les confirmaba hace apenas un mes sus sospechas de que la empresa Islonias quiere instalar en Corduente, en un terreno pegado a la antigua planta de biomasa, una central de biogás, a la que se niegan rotundamente desde esta asociación, conformada por el momento con más de 330 socios de casi un centenar de municipios de la zona.
Su reclamación va dirigida tanto al Ayuntamiento de Corduente como a la Administración regional, a quienes piden que "respeten" sus pueblos y que preserven el medio ambiente de una zona donde además hay un parque natural. "Por favor, nada aquí", han señalado sus integrantes.
El pasado viernes, coincidiendo con la celebración del Día de la Provincia en Molina de Aragón (Guadalajara), se concentraron ante la iglesia de San Francisco, donde se celebraba el acto institucional, para manifestar su oposición a este planta, pero si bien reconocen el interés mostrado por el propio presidente de la Diputación, José Luis Vega, lamentan que no pasará lo mismo con otros cargos políticos.
Según Berlanga, desde la asociación están convencidos de que la planta va a generar importantes daños colaterales. Uno de ellos es el visual, que vendrá motivado porque el proyecto contempla dos digestores -bautizados en el pueblo como pucheros- de 30 metros de diámetro por 10,13 metros de altura, con capacidad de 6500 metros cúbicos cada uno, que se alimentarán con 12,33 toneladas al día de estiércol de ganado vacuno que, según la empresa, lo iban a adquirir en Tortuera, y 68,4 toneladas al día de paja. Todo ello, para obtener gas natural licuado o metano, que quieren vender en Alemania
También auguran que afectará al turismo y al futuro del parador del Molina, aún sin abrir, así como a las visitas al geoparque, a las instalaciones hosteleras y casas rurales y a las rutas que hay marcadas en ese entorno; sin olvidar el 'buque insignia' de la zona que es el parque natural del Alto Tajo.
Al igual, hablan de que la central puede también suponer un peligro en caso de algún accidente, teniendo en cuenta que en esta zona se han registrado recientemente dos terremotos de baja intensidad en Tortuera y en Villel de Mesa y "no estamos exentos de que ocurra algo", subraya Berlanga.
"Queremos preservar el legado medioambiental que hemos recibido de nuestros padres. Tenemos a un lado un extenso sabinar y al otro un pinar de pino resinero de gran valor", abunda Berlanga, dando por hecho que seguirán en la lucha y lamentado la falta de interés ante uno hecho que conocen los políticos.
En todo caso, han insistido en que esto no significa que se opongan a las energías alternativas, pero no entienden que se haya elegido este lugar para instalar una planta de biogás, teniendo en cuenta que la materia prima tampoco está allí, ni creen que vaya a fijar población en el medio rural, recordando que está cerrada la planta de biomasa y también la fábrica de concejos de Molina.
Por último, han pedido a las administraciones, que si quieren preocuparse por la comarca de Molina de Aragón, lo que deberían hacer es ayudar a que empresas limpias se instalen en la zona, lo que debería de pasar por mejorar antes las comunicaciones, recordando Enrique Martínez que aún están esperando que se haga realidad el anuncio del entonces presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero.