El Real Madrid dejó escapar el pasado sábado los tres puntos, en Cornellà de Llobregat, frente al Espanyol, después de culminar una actuación ofensiva lejana a la exhibida en los últimos encuentros. El actual líder de LaLiga sufrió un 'frenazo' que aviva aún más si cabe la lucha por el campeonato doméstico, teniendo en cuenta el próximo encuentro de los de Chamartín contra el Atlético.
Ejemplo de ello es que la escuadra blanca, según datos de Opta, terminó la primera parte del choque intentando solo tres remates a portería. Fue la peor cifra de los de Concha Espina a domicilio esta temporada.
De poco sirvió que los de Ancelotti monopolizaran la posesión del balón, llegando incluso a alcanzar un 76 por ciento. Registro que, para el bloque blanco, supuso el más alto en un partido fuera de casa de LaLiga desde, al menos, la campaña 2005/2006.
Porque la presencia del talentoso cuarteto sobre el césped (Mbappé, Rodrygo, Bellingham y Vinícius) tampoco resultó suficiente para anotar. De hecho, este último volvía a la competición doméstica tras cumplir su período de sanción y perderse los encuentros contra el Valladolid y Las Palmas. Incluso llegó a anotar en el minuto 21, con un preciso golpeo cruzado dentro del área. Sin embargo, el árbitro Muñiz Ruiz acabaría anulando la acción por una falta previa del propio Mbappé sobre Pol Lozano.
La actuación del colegiado terminó siendo objeto de polémica al finalizar el encuentro. Sobre todo, a raíz de una dura entrada de Carlos Romero sobre el futbolista galo en el minuto 61 que acabó siendo sancionada con cartulina amarilla. Ni el trencilla ni el VAR determinaron que la acción pudiese ser castigada con la expulsión.
La indignación ha crecido en las últimas horas en el seno del conjunto blanco. El Real Madrid reclama dos acciones de penalti, una por mano en una jugada de Fran García y una segunda por derribo dentro del área a Mbappé, no entiende el gol anulado a Vinícius, y, según fuentes del club, el enfado aumentó al leer el acta del partido al ver la manera en la que el colegiado explica la amarilla a Romero por su entrada.
«Fue amonestado por el siguiente motivo: Por derribar de manera temeraria a un contrario en la disputa del balón», escribió el trencilla del comité gallego. La entidad merengue comparte que es una acción temeraria y no comprende como para el árbitro existía una disputa por el esférico, dado que el zaguero del Espanyol se lanzó a espaldas del galo, sin tener nunca cerca el balón, golpeando en un gemelo del punta francés.
Fue una jugada controvertida en el tramo final de un choque que, además, decidió el defensa local con su tanto en el 85 de partido.
Un duelo en el que Real Madrid vio cortada su firme reacción al duro golpe recibido en el clásico de la final de la Supercopa de España, con cinco triunfos consecutivos y una media goleadora de cuatro tantos. Ante el Espanyol acusó su falta de pegada y, por cuarta vez en la temporada, acabó un partido sin marcar. Hasta 21 remates, siete a puerta, dos a la madera, según estadísticas oficiales de LaLiga, sin conseguir romper el muro 'perico'.