Una restauración ejemplar de la mina de caolín de Peñalén

D.L.C.
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Tras cinco años de trabajos, gracias al proyecto Life Ribermine, la mina de Santa Engracia de Peñalén luce nueva imagen.

Imagen actual de como se encuentra la mina de caolín de Santa Engracia tras su restauración. - Foto: Miguel Ángel Langa

«El ejemplo de la mina de Santa Engracia de Peñalén, es el ejemplo más completo de restauración geomorfológica a nivel mundial, por el tipo de técnicas empleadas y diversidad», esas son las palabras del catedrático de la Universidad Complutense de Madrid, José Francisco Martín Duque, coordinador del grupo de Restauración Geomorfológica que participa junto con el grupo de Drenaje Ácido de Minas en el proyecto Life Ribermine, que se desarrolla en las minas de caolín en el municipio del Alto Tajo de Peñalén y en unas minas de pirita en Lousal (Portugal).

Y es que gracias al Life Ribermine, dotado con 2.941.000 euros, se trabajó en la restauración de la mina de caolín de Peñalén de septiembre de 2019 a marzo de 2024. Unos trabajos que lo que buscaban era corregir la alta emisión de sedimentos que llegan como arrastres, y en suspensión (turbidez) a las líneas de agua de la cuenca hidrográfica del Alto Tajo. Así como reconstruir los paisajes, dentro de las minas, para que fueran muy parecidos a los naturales.

En los dos casos el problema que existía es que había ríos contaminados por minas abandonadas. En el Alto Tajo no había contaminación química pero llevaba arcilla de la mina de Santa Engracia y eso afectaba al río tajo, a las zonas de baño, al ecosistema del río», apunta José Francisco Martín.

Imagen de como estaba la mina antes de los trabajos de restauración. Imagen de como estaba la mina antes de los trabajos de restauración. - Foto: Diedro

La base de la recuperación de las minas abandonadas fue la remodelación del terreno, tratando de imitar la topografía de paisajes no transformados por la minería y que no tienen signos de erosión activa. Para ello, las escombreras de las minas se transformaron en paisajes ondulados, con una sucesión de pequeños valles y lomas divisorias, similares a los naturales de sus entornos. En el caso de Peñalén se actuó en 30 hectáreas, plantando 3.000 arbustos y árboles de 20 especies. Además, se esculpieron acantilados similares a los naturales del Alto Tajo mediante el uso de explosivos y retro excavadoras.

«En los dos escenarios se han desarrollado las mejores técnicas disponibles a nivel mundial, se han combinado distintas técnicas para reducir y eliminar el impacto sobre los ríos. Lo que destaca mucho en Peñalén es que se han empleado todo un conjunto de técnicas geomorfológicas para reconstruir paisajes, dentro de las minas, muy parecidos a los naturales. Para ello se ha contado con la colaboración de los mejores expertos internacionales en cada una de las técnicas». explica el catedrático de la UCM.

Por su parte, el director general de Transición Energética de la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha, Alipio García Rodríguez, afirma que los trabajos de restauración en la mina de Peñalén ya están prácticamente finalizados, y ahora hay que continuar con la vigilancia y seguimiento del proyecto.«Se va a hacer un seguimiento durante los próximos años para ver la evolución de los trabajos realizados. Por un lado, se observará si la previsión y la perspectiva que nos ha dado el software para evitar una erosión y arrastre de sedimentos coincide y, por otro, que los trabajos de revegetación han conseguido los efectos necesarios, que es que de una forma natural se vayan extendiendo los bosques de pinar y quejigo, y que vayan invadiendo el territorio».

«También es necesario comprobar que las últimas tecnologías que hay disponibles para recuperar el ecosistema y la configuración del terreno, en cuanto a vegetación, han funcionado correctamente. Son tecnologías que no se había utilizado hasta ahora en la rehabilitación de huecos mineros para darle restauración geomorfológica de forma natural.

Ese seguimiento es fundamental para luego replicar estos métodos en todas las restauraciones que se hagan a partir de ahora en Castilla-La Mancha», añade Alipio García, quien añade que «es necesario extraer los minerales que tenemos en el terreno, pero tenemos que hacerlo de forma muy exigente y que después no haya un efecto en el ecosistema, ni si quiera en la parcela donde se ha hecho la explotación minera».

Referente a nivel mundial

«El proyecto de Peñalén está ubicado en un sitio muy difícil de restaurar y en un entorno con mucho valor natural, por eso es muy destacable», resalta José Francisco Martín. Cabe recordar que dicha mina se encuentra en una de las puertas de entrada al Parque Natural del Alto tajo, zona BIC y Zona Cepa. Es un proyecto en el que participaron más de 100 personas y se hicieron todo tipo de trabajos de suelo, vegetación, fauna. «Un proyecto muy completo», puntualiza.

Se trata de un proyecto con gran repercusión a nivel internacional. Por dicho motivo fue visitado por empresas mineras y personal de administraciones de toda España, por todo tipo de técnicos y por estudiantes de Másters de la Universidad Complutense de Madrid. Además, hasta Peñalén llegaron personal de minas muy importantes de Suecia y Colombia, para replicar las técnicas empleadas.

Otro ejemplo de la importancia de los trabajos realizados en Peñalén, muchos de ellos pioneros en la restauración de minas, es que desde hace unas semanas, el proyecto sale en un libro publicado en el Reino Unido, donde se recogen los mejores casos de restauraciones mineras a nivel mundial y el de la de Peñalén es uno de ellos.

El proyecto, coordinado por la Consejería de Desarrollo Sostenible, tiene como socios a Caobar, S.A. la Asociación Centro Ciencia Viva de Lousal, la empresa pública de gestión ambiental de Castilla-La Mancha (Geacam) y la UCM.