Caos en el transporte

Agencias
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La falta de energía provoca una vorágine monumental con cientos de miles de personas atrapadas en las estaciones y los aeropuertos

Un grupo de afectados abandona un convoy varado y emprende el camino a pie. - Foto: Toni Albir (EFE)

A las 12.30 del mediodía de ayer se desató un caos que parecía propio de una película. A esa hora, España sufrió un apagón general provocando una vorágine monumental en el transporte con metros y trenes que se quedaron fuera de servicio y otros muchos varados a medio camino sobre las vías.

Abel Cobos fue uno de los afectados. Cuando se subió a su vagón no podía ni imaginar los problemas que tendría para regresar a casa. Tras quedarse atrapado en un túnel de ferrocarril, tuvo que andar por las vías con la ayuda de la linterna de su móvil, luego se vio obligado a hacer autostop para llegar a Barcelona y, una vez en la ciudad, le tocó caminar unos cinco kilómetros hasta llegar a su casa.

Peripecias similares las sufrieron ayer decenas de miles de personas, cuando el apagón general convirtió los desplazamientos en una odisea, afectando también a los aeropuertos, que acumularon retrasos y se vieron obligados a cancelar vuelos. No obstante, las terminales aéreas pudieron estar operativas mediante sistemas eléctricos de contingencia.

En una imagen que trajo a la memoria los éxodos masivos que provocan las guerras, fue frecuente ver a los afectados caminar entre las vías del tren, móvil en mano y bajo el sol, intentando llegar a una estación. 

Pero las terminales ferroviarias también estaban colapsadas como consecuencia de la repentina falta de suministro eléctrico. De hecho, Renfe se vio obligada a evacuar a lo largo del día a unas 35.000 personas de los trenes que se quedaron varados en las vías. El ministro de Transportes, Óscar Puente, apuntó que las estaciones de Calatayud, Puertollano, Cuenca, Albacete y Guadalajara estaban recibiendo viajeros evacuados y «estamos intentando» que Protección Civil, el 112 o Cruz Roja lleven comida y mantas. 

También hubo casos de solidaridad espontánea. Vecinos de Brazatortas (Ciudad Real) rompieron una valla para dar comida a los afectados de un viaje.

En el momento en que se produjo el apagón, había en circulación 116 trenes, con una capacidad media de 300 pasajeros.

«Seguimos con la situación muy complicada en Alta Velocidad», subrayó el ministro. Según sus datos, a media tarde había 14 trenes en esta situación en el trayecto Madrid-Sevilla; otros ocho en el Madrid-Barcelona; dos en el Antequera-Granada, uno en Venta de Baños y otro más en Pajares.

El gestor de las infraestructuras ferroviarias, Adif, anunció que mantendría abiertas por la noche las estaciones de Atocha y Chamartín, ambas en Madrid, Sants (Barcelona), Bilbao, Valencia, Sevilla, Córdoba, Zaragoza, Valladolid y Málaga para asistir a los viajeros afectados.

En las grandes ciudades, el tráfico automovilístico también se congestionó tras irse la luz repentinamente. «Estaba conduciendo y de repente no había semáforos. Era una especie de jungla», declaró Luis Ibáñez Jiménez, un conductor madrileño. «Vi venir un autobús enorme y tuve que acelerar mucho para adelantarlo», recordó.