Los misterios de un pueblo fantasma ya desaparecido

Belén Monge Ranz
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Son numerosas las leyendas que rodean su volatilización. Cercano a Alcolea de las Peñas, aún conserva parte de la torre de su iglesia, algunas cuevas y restos de tumbas

Lo que queda de lo que fue Morenglos hace siglos. - Foto: Javier Pozo

Aproximadamente a una hora y veinte minutos de Guadalajara por carretera y a menos de media hora desde Sigüenza, entre los altos de Barahona y Sierra Gorda y cerca de la carretera CM-101, en lo que hoy es el término municipal de Alcolea de las Peñas, aún se pueden divisar sobre la silueta de una peña, entre las ruinas, los restos de la torre de la iglesia de lo que fue en su día Morenglos. Un pueblo fantasma ya desaparecido, despoblado, del que apenas quedan las paredes medio caídas de este templo, además de algunas cuevas y tumbas de su antiguo cementerio.

Morenglos es ya uno más de los numerosos municipios de la provincia que poco a poco se han ido volatilizando. Fue un pueblo pasajero del que hoy apenas quedan unos fragmentos de la espadaña de su antigua iglesia románica.

La primera referencia sobre Morenglos data del siglo XIII en una relación de poblaciones del alfoz de Atienza. No hay datos precios sobre su desaparición, aunque si se sabe parte de la piedra del templo se utilizaría para la construcción de San Juan de Atienza. En todo caso, parece ser que sus últimos habitantes no se marcharon de Morenglos hasta el siglo XIX.

Los misterios de un pueblo fantasma ya desaparecidoLos misterios de un pueblo fantasma ya desaparecido - Foto: Javier Pozo Peño Javier PozoUn pueblo desaparecido sobre el que existen numerosas leyendas, algunas aún en boca de los más mayores de la vecina localidad de Alcolea de las Peñas, pueblo al que es posible que se trasladaran algunos. Lo cierto es que entre sus lugareños circula que una invasión de hormigas acabó con los escasos habitantes Morenglos. Otros hablan de una plaga de termitas a causa de los hechizos de una bruja envidiosa, y también se escucha que esta pequeña localidad albergaba viejos tesoros custodiados por fantasmas. Pero si no fuera suficiente con estas fábulas. También se dice que Morenglos se quedó vacío a raíz de que en la celebración de una boda, una de las invitadas y supuesta amiga de la novia, regañó con ella y envenenó el agua, causando la muerte de la mayor parte de los invitados a este evento popular.

No hay demasiadas referencias a Morenglos. Sin embargo, se trata de uno de los pueblos desaparecidos referenciados por el cronista provincial, historiador y escritor, Antonio Herrera Casado, para quien es posible que su desvanecimiento se enmarque en alguna de las pestes del siglo XIX, capaces de acabar con toda o la mayor parte de la población de sus pueblos. 

Lo cierto es que ya a lo lejos, antes de llegar a Alcolea de las Peñas desde Sigüenza, se visualiza perfectamente lo que queda de su torre, bajo la cual se esconde una gran cueva eremítica tallada en la roca donde posiblemente vivió, en la época de los visigodos, algún eremita al que visitaban los caminantes. Y cerca se descubre la existencia de otro gran conjunto de cuevas que aún conservan orificios y zonas abiertas, hechos que nos relata el propio Herrera Casado, buen conocedor de todos o casi todos los rincones de la provincia.

Los misterios de un pueblo fantasma ya desaparecidoLos misterios de un pueblo fantasma ya desaparecido - Foto: Javier Pozo Peño Javier Pozo Un lugar para curiosear porque también se pueden ver restos de al menos una veintena de tumbas talladas en roca, enmarcadas en el bajo medievo y alguna cueva eremítica.  En todo caso, el sábado 19 de octubre, coincidiendo con el Día de la Sierra, Herrera Casado presentará en la iglesia de Santa Coloma de Albendiego, junto con el dibujante catalán Isidre Monés Pons, un nuevo libro: Estampas de la Guadalajara vaciada.  Una obra en la que, entre los 60 pueblos deshabitados que incluyen, se cita Morenglos, sobre el que aún existen muchas incógnitas e intrigas.

Hay incluso quien afirma que en las noches de luna llena, solo los más valientes y temerarios se atreven a acercarse al lugar, donde se pueden escuchar murmullos y cuchicheos que producen escalofríos. Es algo que los más osados podràn experimentarar acercándose a Morenglos.