El Gobierno de Castilla-La Mancha ha pedido unidad de acción de todas las instituciones ante la política arancelaria que ha impuesto el presidente estadounidense, Donald Trump. Así lo ha indicado hoy el vicepresidente primero, José Luis Martínez Guijarro, que además avanzó que Emiliano García-Page, mantendrá una reunión con los representantes de sectores afectados por los aranceles de Estados Unidos en la región. Mencionó el caso del sector agroalimentario y de la industria de componentes del automóvil, como ejemplos. En estas reuniones el presidente de Castilla-La Mancha trabajará con el sector todo aquello que deba trasladar al Gobierno de España y las instituciones europeas sobre las cuestiones que les puedan preocupar, tales como una posible caída de la demanda o el encarecimiento de las exportaciones.
«Entre todos tenemos que ver cómo compensar estas decisiones que se han tomado desde Estados Unidos», apunta Martínez Guijarro, que insiste en que ahora toca «buscar nuevos mercados que puedan compensar esa pérdida de exportaciones en Estados Unidos». Adelantó que el Instituto de Promoción Exterior se va a poner manos a la obra para «apoyar a las empresas».
El vicepresidente primero apuntó que la respuesta a la entrada en vigor de los aranceles de Trump debe ser pactada con los sectores afectados y comprometió la colaboración del Gobierno regional para implementar las ayudas que ponga en marcha del Gobierno de España.
Asimismo Martínez Guijarro apeló a que la Unión Europea dé una respuesta «unívoca y clara» ante la imposición de estos aranceles de Estados Unidos. «No podemos dar 27 respuestas, porque sería el principio de la victoria de los principios que plantea Trump», advierte, «somos, probablemente, el mayor mercado del mundo con capacidad adquisitiva y eso tenemos que utilizarlo para defender los intereses de la industria europea en su conjunto».
La consejera de Economía, Empresas y Empleo, Patricia Franco, también adelantó que desde el IPEX se ha puesto en marcha una ronda de contactos directos con las empresas más perjudicadas por su negocio en Estados Unidos, para empezar a calibrar el posible impacto de estos aranceles y poder empezar a identificar medidas y acciones que puedan reducirlo.
«Es importante que podamos dar una respuesta de unidad en el ámbito nacional y que se haga también desde la Unión Europea, con la capacidad de poner en marcha medidas recíprocas que puedan servir para defender nuestros productos en su salida al exterior», señaló. Es más, para Patricia Franco esta política arancelaria «no casa con el tiempo que vivimos» y hará «que hoy tengamos un mundo más fracturado».