El delantero Maris Verpakovskis, 103 veces internacional con Letonia, con 29 goles, jugador del Getafe en 2007 y del Celta en la 08/09, entre otros, puso incluso en jaque unas cuantas veces a la defensa de Alemania el 19 de junio de 2004 en el estadio de Bessa XII de Oporto, escenario de un 0-0 para la historia.

Aún se recuerdan sus tres ocasiones en aquel encuentro. Los dos penaltis que reclamó. La carrera que protagonizó al borde del descanso, desde su propio terreno, para dejar atrás a tres rivales en su recorrido hacia el área de Oliver Kahn, cuando falló en la definición ante el guardameta, ganador en su duelo ante el atacante que también jugó en el Liepajas Metalurgs, el Skonto Riga, el Dínamo Kiev, el Hajduk Split, el Ergotelis y el Baku.

Corría la Eurocopa 2004. En Portugal. Segunda jornada de la fase de grupos. Letonia, derrotada por la República Checa en la primera (2-1), y Alemania, empatada en la cita inicial contra Países Bajos (1-1), se enfrentan entre sí. Era un partido crucial para el conjunto teutón, que sentía la necesidad de ganar para su asalto a la primera posición. Solo empató. Un problema.

Más allá del delantero, también lució la estructura de Letonia. Su espíritu defensivo. Su contención. Ni Fredie Bobic ni Michael Ballack encontraron espacios durante todo el primer tiempo. Alemania creció en el segundo período, aunque su mejor ocasión fue al borde del final, cuando Miroslav Klose malgastó su cabezazo libre de marca. La última jugada del partido. La última oportunidad. Uno de los 22 remates que propuso su equipo, nueve a portería, por los cinco de Letonia, tres sobre el marco de Kahn. Sin embargo, el bloque báltico sumó su primer y único punto en la historia del campeonato.