En la noche del domingo 17 de noviembre, en la Casa Sacerdotal de Guadalajara, falleció el sacerdote diocesano Agustín González Martínez. Tras la misa funeral, celebrada ayer martes en la Concatedral de Guadalajara, fue inhumado y sus restos se depositarán en una tumba familiar en Molina de Aragón.
Sacerdote, médico y paleontólogo, nació en la localidad valenciana de Torrebaja el 1 de julio de 1932, si bien vivió toda su infancia y juventud en Prados Redondos, de donde era su familia.
Ordenado sacerdote el 31 de marzo de 1963, fue párroco en Valverde de los Arroyos y anejos y, después, director espiritual del Colegio de Médicos de Guadalajara y profesor de Religión y Ética en la Escuela Universitaria de Enfermería de la capital provincial. Desde 1979 y durante casi cuatro décadas fue párroco de Atienza, donde realizó una magnífica labor en la conservación, restauración y mejora del patrimonio artístico de esta villa medieval, creando tres museos, en uno de los cuales se conserva una colección de fósiles y de numismática, encontrados y seleccionados por él mismo. Reconocimientos, premios y distinciones jalonaron su magnífica labor.
Fue también delegado diocesano de Misiones y Cooperación con las Iglesias de 1985 a 1993 y desde aquel año hasta 1998, delegado diocesano de Pastoral Sanitaria.
Desde que se tuvo conocimiento de su fallecimiento, han sido numerosos los guadalajareños que han mostrado públicamente sus condolencias hacia el que fue un sacerdote carismático y el gran impulsor de la conservación y promoción del valioso legado patrimonial de Atienza.