Las empresas están ya acostumbrándose, sobre todo en los últimos años, a lidiar con las consecuencias de muchas guerras, desde las que lamentablemente se cobran vidas humanas como las de Ucrania o Gaza, hasta las que se libran en el campo de batalla económico con precios y aranceles. «La empresa es un ente que se adapta, que se ha ido adaptando a lo largo del tiempo a las diferentes circunstancias», reivindica Rafael Ruiz, presidente de la Asociación de Empresa Familiar de Castilla-La Mancha. «Lo que debemos entender es que cuando una puerta se nos cierra, tenemos que buscar otra abierta», explica «lo que tenemos que hacer es buscar soluciones, nadie va a venir a solucionarnos las cosas a nosotros».
Ruiz ha compartido estas reflexiones con los medios de comunicación en un momento del receso de la cuarta Jornada Intergeneracional de la Empresa Familiar. En el caso de los aranceles, por ejemplo, vaticina que con este tipo de políticas «no hay ganadores, solo perdedores» y avisa de que no solo se verán perjudicadas las empresas que comercian con Norteamérica, sino que también pagarán las consecuencias los consumidores: «Eso repercute directamente en un incremento de los precios y una subida del IPC».
Destaca que el informe Letta, el que hizo el docente y político italiano Enrico Letta, ya avisaba de algunos de los puntos débiles que tiene Europa y en los que hay que trabajar. «Habla claramente de las desventajas que ha tenido Europa porque se ha dejado hacer», comenta. Uno de esos ejemplos es el del mercado financiero, que en contraposición con Europa en el caso de Estados Unidos está hiperdesarrollado. «Los grandes fondos van destinados allí», avisa, «si somos capaces de hacer mercados más grandes y autosuficientes, lógicamente nos permitirá defendernos mejor».
Más colaboración público-privada. También el informe Letta anima a desarrollar industrias relacionadas con la telecomunicaciones o los sistemas informáticos. «Debemos ser conscientes de qué deberes debemos hacer, pero eso no se hace una manera inmediata, sino a largo plazo», avisa. En ese sentido anima a la Administración a apoyar a las empresas, pues resalta que la colaboración público-privada es fundamental para desarrollar el mercado.
En las jornadas organizadas por la Asociación de Empresa Familiar se trataron algunas de las iniciativas que tienen en marcha como es la Escuela de Sucesores para facilitar el cambio generacional o la difusión de sus valores y su papel en el aula. También se presentaron casos de éxito como Joma o Adolfo Domínguez y desde Crescenta les dieron algunas claves para sacar más rentabilidad a las inversiones que hacen las empresas.
En el acto se entregó el XIV Premio de Empresa Familiar a Symaga, empresa de Villarta de San Juan (Ciudad Real) que se dedica a fabricar silos. En la clausura participó la consejera de Economía, Empresas y Empleo, Patricia Franco, que destacó que el 91 por ciento de las empresas de la región son familiares y que aportan el 85 por ciento del empleo.