Se considera un apasionado de la tauromaquia, afición que le viene de su padre, Salvador Toquero. Desde muy joven acudía con él a la feria de Guadalajara y, poco a poco, se fue adentrando en el mundo del toro hasta convertirse en el experto que es hoy. Fernando Salvador Toquero del Vado (1968, Guadalajara) revalida al frente de la presidencia de los espectáculos taurinos del Coso de las Cruces y lo hace con orgullo y gratitud por confiar nuevamente en él. Sabe la responsabilidad que conlleva. No es una tarea que esté al alcance de todos, pero la domina y la siente. En ferias deja a un lado su empresa de Diseño y Comunicación y su tarea como guía de caza de alta montaña y se dedica por entero a la plaza. Es curioso, despierto, y disfruta mucho de momentos cotidianos como un amanecer bonito o una buena conversación con cerveza incluida con amigos.
¿Más torista o más torerista?
Creo que tengo la capacidad de coger lo mejor de ambos. Como aficionado, me gustan los toros bien presentados, pero también me considero torerista. Me agrandan figuras del toreo de toda la vida. La tauromaquia depende de ambos.
«El público del Coso es entendido y respetuoso" - Foto: Javier Pozo ¿Cuándo comenzó su relación con el mundo del toro?
Tendría apenas seis o siete años. Iba con mi padre a la plaza e incluso me llevaba una libretilla para tomar apuntes, como hacía él.
¿Ha cambiado la forma de ver y disfrutar la fiesta taurina?
«El público del Coso es entendido y respetuoso" - Foto: Javier PozoHan evolucionado algunos encastes y ha desaparecido alguna ganadería. Sin embargo, la esencia sigue igual. Lo importante es cuidar la figura del toro para que los festejos no desaparezcan o se conviertan en un circo. Han de tener rigor e integridad. Para entenderlos, hay que vivirlos. Con el esfuerzo de todos, lo que pasa por apoyar la fiesta en taquilla, el futuro está asegurado.
¿Muy diferente ver los toros desde la barrera, como aficionado, que desde el palco?
Absolutamente. La labor de presidente es muy dura, agotadora, pero también apasionante. Me lo propuso por vez primera el entonces alcalde Antonio Román, y accedí. Me lo pidió posteriormente el regidor Alberto Rojo, y también dije que sí. Ahora fue la alcaldesa Ana Guarinos quien me lo volvió a plantear, y acepté. Pese a que requiere tu tiempo al cien por cien durante los días de los festejos, es un honor y una responsabilidad que la alcaldesa de tu ciudad te pida este cometido. Hay que dar un paso al frente.
«El público del Coso es entendido y respetuoso" - Foto: Javier PozoLa labor del presidente del palco no siempre es conocida. ¿Qué cometido realizada en el caso de una plaza de segunda como es esta?
Se trata de garantizar el desarrollo íntegro del espectáculo con una secuencia ordenada. Damos los cambios de tercio, los avisos a los toreros, decidimos si se suspende o no una corrida, otorgamos los trofeos, e incluso concedemos el indulto de algún toro. El presidente es también quien tiene la última palabras sobre las reses que se van a lidiar, asesorado por un equipo de veterinarios, pero para todo esto es fundamental conocer la plaza, el público que asiste y su nivel de exigencia en cuanto a la concesión de trofeos. El aficionado que acude al coso de Guadalajara lo hace con los deberes hechos porque sabe que hay un equipo presidencial y veterinario serio. Aún así, cada año se rechazan toros, bien por falta de trapío o por sospecha de manipulación.
¿Qué tipo de formación requiere este cargo?
El Reglamento de Espectáculos Taurinos de Castilla-La Mancha permite que aficionados como yo podamos llegar a ejercer de presidente del palco siempre y cuando se tenga reconocida competencia, formación e idoneidad. Fue a partir de 2016 cuando se abrió una ventana a los alcaldes de capital de provincia para realizar este nombramiento.
¿Considera que el público que hoy va a las corridas de toros es menos exigente que el de antaño?
El público que acude a la plaza de Guadalajara es, en general, bastante entendido. Se nota la influencia de Madrid. Quizá es algo más benévolo a la hora de pedir la primera oreja, pero no con la segunda. Sabe lo que pide. No le gusta regalar orejas. Además, nuestra Feria Taurina se mantiene muy bien con la asistencia de unas peñas que son muy respetuosas durante las faenas. Otra cosa es que entre toro y toro monten follón. Eso es lógico y para eso están.
¿La liturgia taurina cambia en función de que sea una plaza de primera, de segunda o de tercera?
La liturgia del propio espectáculo es igual, pero si varían las exigencias en los reconocimientos de los toros. Si no se cuida la figura del animal, la fiesta desaparecerá.
¿Ha dado alguna vez las dos orejas y el rabo?
Nunca. Supondría haber visto de principio a fin una faena que fuera una auténtica maravilla. Y para dar dos orejas en un mismo toro también hay que haber visto una faena notable y una estocada irrepetible.
El Reglamento Taurino recoge que la primera oreja es a petición mayoritaria del público, aunque no especifica. Ahí, el presidente se suele regir por los pañuelos que ve en el aire. Por eso, pido a los aficionados que vienen a la plaza que visibilicen en alto, con su pañuelo, periódico o lo que sea, si quieren la oreja con el fin de que el presidente lo vea y sondee mejor la opinión del público.
En términos futboleros se suele decir que un árbitro realiza bien su trabajo si pasa desapercibido. ¿Es igual con la labor del presidente?
Si, pero con la diferencia de que en el fútbol siempre hay alguien que gana, pierde o empata. En los toros no es así.
Las broncas con el presidente del palco forman parte de la idiosincrasia de la fiesta. ¿Suele ser habitual que el público discrepe de sus decisiones?
En general, el público taurino es muy respetuoso tanto con los toreros que se juegan la vida en el ruedo como con las decisiones del palco. A la hora de tomar un dictamen es importante palpar la opinión de la plaza porque el público es el soberano. Es lo único que en algún caso puede modificar mi criterio. Admito que he sufrido momentos de gritos, insultos o desavenencias por parte del público, aunque suelen ser cuatro y no suelo darle importancia.
¿Algún pañuelo naranja o rojo en su historial?
Como sabe, el color de cada pañuelo tiene un significado. El naranja es para otorgar el indulto al toro. Yo nunca lo he sacado, como tampoco he sacado nunca el rojo, que sirve para ordenar el uso de las banderillas negras para realizar la función que no pudo hacer el picador.
El indulto debe darse muy excepcionalmente. Sin embargo, en algunas plazas, a veces sale barato. Solo se puede indultar en cosos de primera y segunda. No obstante, en ocasiones se da en ruedos de tercera, incumpliendo la ley. Yo no he dado ninguno y me gustaría tener esa suerte. Solo he visto darlo una vez al anterior presidente de la plaza, y opino que bien dado.
¿Hay una asociación nacional de presidentes de plazas de toros de España (Anpte)?
Si. Pertenezco a Anpte. Soy diplomado en el VII Curso de Presidentes de Plazas de Toros y en el I Curso de Castas y Encastes del Toro de Lidia. He participado y participo en las distintas conferencias organizadas por la asociación en materias vinculadas con reconocimientos, legislación taurina, ganadería o cría del toro de lidia... Imparten excelentes cursos de formación enfocados a que conozcamos bien nuestra misión. Es vital formarse continuamente para hacer las cosas bien.
He presidido corridas y novilladas acarteladas por figuras como Ponce, Morante de la Puebla, Fandiño, Castella, 'El Juli', Roca Rey, Tomás Rufo, Urdiales o José María Manzanares, entre otros. Con ganaderías como Garcigrande, La Dehesilla, Albarreal, Martínez Pedrés, García Jiménez y Polo Saiz.
¿Qué supone para la ciudad tener unos encierros en puntas?
Es seña de identidad de Guadalajara que apoyo, pero esto afecta a la feria taurina. Es un plus más de presión al equipo gubernativo.
El Reglamento Taurino de Castilla-La Mancha determina que si un toro corre un encierro, se lidie o no, hay que sacrificarlo en un determinado tiempo. Puede ocurrir que, al salir de Bejanque, el animal se astille un pitón u otra lesión y habría que rechazarlo. No se podría lidiar, tendría que matarse. Esto supone un coste importante. Otras veces, la climatología obliga a suspender una corrida. Aquí, el resultado aún es peor porque, independientemente de que no haya salido al ruedo, hay que matarla en un determinado tiempo por haberse corrido en el encierro. Creo que habría que hacer un esfuerzo y cambiar esa parte de la normativa que recoge el sacrificio del animal en este último supuesto. No lo veo justificable.
¿Hay afición taurina entre los jóvenes hoy en día?
Veo mucho chaval que tirando fuerte y bastante experto. Entre el 30% y el 35% de los aficionados que vienen a la plaza suelen ser jóvenes, una cifra muy elevada teniendo en cuenta que actualmente hay muchas más distracciones para la juventud que hace años. Eso hay que valorarlo.
¿Responde la Plaza de Las Cruces a las necesidades de la afición?
Podría estar mejor. Ya no es una plaza cómoda. Necesita un repaso en los corrales y habría que adecuar el tamaño de los asientos del graderío. El español medio ha ido creciendo de talla y, a veces, estamos un poco enlatados (risas). Ninguna Corporación lo puede negar, aunque entiendo que son unas obras costosas y que los presupuestos dan para lo que dan. Si quisiera hacer especial hincapié en la colección de mosaicos que hay alrededor de la plaza. Son una obra de arte única y y habría que restaurarlos y protegerlos.
¿Se opinión le merece el cartel de la feria de este año?
Es atractivo, rotundo y pienso que está bien rematado.
¿Sobre la creación de un Premio Local de Tauromaquia por parte del Ayuntamiento?
Lo único que pido es que se mantenga y que la siguiente Corporación Municipal, cuando llegue, lo defienda para que no sea flor de un día.
Por curiosidad, ¿cuál es la mejor faena que visto en esta plaza?
Como presidente recuerdo una especialmente. Fue con Sebastián Castella. Empezó mal en su primer toro. Le di el tercer aviso y el animal fue al corral. Es algo excepcional con toreros de esta talla. Con el segundo, fue a por todas y cortó las dos orejas con todas las de la ley.
¿A qué atribuye que no haya apenas retransmisiones televisivas de espectáculos taurinos?
Detrás puede estar la política. Hay que evitar problemas. No solo se da en la televisión pública, también en las privadas, aunque ¡olé por Castilla-La Macha!
Por último, aunque no sea de su competencia. ¿Qué le parecería un cambio en el recorrido de los encierros y que pasaran por la calle Mayor?
Como bien dice, no depende del presidente, pero puede ser algo a tener en cuenta. Cuando llegué a este cargo, en 2017, fue una de las primeras cuestiones que le planteé a Antonio Román, un cambio en el recorrido del encierro. Está muy bien organizado, pero meterlo por la calle Mayor le vendría muy bien a Guadalajara y a sus fiestas. No es fácil para una Corporación cambiar una cosa que funciona por algo que es una aventura. Hay que ser muy valiente, aunque daría un impulso tremendo a los encierros.