Una herramienta contra los miedos

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Abrazar la psicología es el mejor recurso para evitar que los demás nos roben la energía y hacer frente a la manipulación emocional

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Recientemente, me propuse escribir mi último libro, donde expongo un balance de mi trayectoria vital, de todo lo que mi profesión y mi vida me han enseñado, y el resultado final ha sido que hoy es muy sencillo alterar nuestro estado de ánimo.

La facilidad con la que se pueden manipular las emociones resulta estremecedora, pero lo peor es que las nuevas generaciones son aún más vulnerables a esa manipulación. La psicología nos enseña el gran fracaso de nuestra educación.

Con frecuencia, actuamos con mucha ingenuidad. Hay personas insensibles, sin empatía, narcisistas, tóxicas, que se sienten superiores, personas que abusan de nuestra sensibilidad… y sin darnos cuenta les abrimos las puertas a la manipulación emocional.

Como profesional de la psicología, no me queda más remedio que reconocer que ¡no nos han preparado para la vida!

La posverdad

La psicología me ha demostrado que estamos volcados más en la acción que en el análisis, y por ello aprendemos poco de cada experiencia; que dejamos que nos engañen, sin tomar medidas para que no vuelva a suceder; que el egoísmo se impone con frecuencia a la generosidad; que muchas personas, erróneamente, se creen en posesión de la verdad y tratan de imponer sus ideas desde la inflexibilidad y la falta de respeto hacia los demás.

La mentira se ha convertido, para muchos, en una forma de vida, y lo ha hecho hasta el extremo de que infinidad de personas se plantean si no les compensaría más utilizar el engaño que defender la verdad.

Estamos en la sociedad de la posverdad. Y esta implica la distorsión de la realidad y primar las emociones y las creencias personales frente a los datos objetivos.

No obstante, afortunadamente, no todo es mentira, engaño o manipulación; la vida también es amor, desamor, humor, alegría, tristeza, bienestar, sufrimiento… y enseñanzas.

No perdamos la esperanza. Aunque parezca difícil, podemos actuar y podemos conseguir mucho más de lo que creemos. Los principios de la psicología científica nos muestran el camino, nos enseñan cómo poner la mente a nuestro favor, descubrir la mentira y la manipulación y lograr que nuestra actitud y nuestra voluntad actúen al servicio de nuestra inteligencia emocional.

Si tuviera que resumir la principal conclusión que mis muchos años de ejercicio de la psicología me han permitido obtener, diría que la vida puede ser difícil y las personas somos muy complejas, pero también resaltaría que somos capaces de vivir emociones maravillosas y únicas, y que podemos albergar sentimientos que nos engrandecen y dignifican.

Hoy, sin ningún miedo a equivocarme, puedo afirmar que la propia psicología transforma nuestra existencia, y si aplicamos sus principios y enseñanzas no habrá aprendizaje ni futura experiencia que se nos resista.

Podemos conseguir que nadie nos robe nuestra energía y nuestras ilusiones. También aprender a decir «no» a quien sólo pretende extorsionarnos.

Afortunadamente, podemos conseguir que la alegría supere a la tristeza, la esperanza a la decepción, el amor al desamor… De ti depende que desarrolles buenos hábitos que ayuden a tu salud física y mental.

No lo dudes: si analizas tu vida bajo el prisma y los principios de la psicología científica, te llenarás de recursos y competencias que te ayudarán a desarrollar todo tu potencial.

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