La madrugada del 14 de septiembre un grupo de peñistas paseaba por el centro de Guadalajara debajo de una carpa robada que les protegía de la lluvia al grito de "Que te vote Txapote", "Puta Barça" y "Yo soy español, español, español". Así puede verse en el vídeo grabado desde un teléfono móvil y que se viralizó rápidamente por las redes sociales dando lugar a comentarios jocosos de todo tipo.

Dicha carpa estaba ubicada en el espacio destinado a la verbena de la Peña Spynce –cerca de la ermita de San Roque–, donde la empresa 3R Óxido era la responsable del montaje del espectáculo. Con el inicio de las fuertes lluvias tuvieron que cancelar la actuación de la orquesta que tocaba esa noche y proceder a cubrir todo el material para protegerlo de las precipitaciones. Daniel Pérez, gerente de la empresa, explica lo ocurrido. "No llovía, caían cubos de agua del cielo. En ese momento, lo que debes hacer es poner todo a cubierto". Así las cosas, lo primero que hicieron los trabajadores de le empresa es tapar los controles de sonido e iluminación con la citada carpa para, acto seguido, seguir protegiendo el resto de material con el fin de minimizar los posibles daños. Sumergidos en el caos que supusieron las intensas lluvias, con el público accediendo a al espacio de trabajo de los técnicos, "llegaron estos individuos y nos robaron la carpa dejando todo al descubierto, nosotros no nos dimos cuenta hasta que nos avisaron", describe Pérez.

Cuando el gerente de 3R Óxido se percató de lo ocurrido ya era demasiado tarde y todos los controles de luz y sonido parecían "haberse metido a una piscina". Fue entonces cuando intentó perseguir a los ladrones sin éxito y notificó los hechos a la Policía Local, primero, y a la Policía Nacional, a continuación.

Daniel Pérez, gerente de la Sala Óxido y de la empresa 3R Óxido, damnificada por el robo de la carpa. - Foto: Javier Pozo

Tal y como asegura el también gerente de la Sala Óxido de Guadalajara, el material que cubría la lona quedó completamente inservible al entrar en contacto con tantísima cantidad de agua, estimando el valor de las pérdidas  entre los 10.000 y los 12.000 euros. "Cuando vi el vídeo en las redes sociales la gente se reía. Me enfadé mucho porque, sin contexto, la gente no es consciente del daño que estas personas han podido causar", declara. Precisamente, dichos comentarios impulsaron a Daniel Pérez a contar "la otra parte de la historia" en la que, "por la broma", su empresa había sufrido importantes daños materiales y económicos. Así, decidió publicar de nuevo el vídeo en redes sociales, esta vez en la cuenta de Instagram de la Sala Óxido, explicando lo ocurrido y solicitando la colaboración de sus seguidores para identificar a los ladrones. A raíz de dicha publicación el vídeo se ha hecho todavía más viral y "ahora los graciosos son unos delincuentes, porque esto es un delito", recuerda Pérez. A pesar de que todavía no se ha identificado a los culpables, el responsable de 3R Óxido asegura que los cuerpos de seguridad están trabajando en ello y espera que el incidente quede resuelto lo antes posible.

Este emprendedor guadalajareño asegura que episodios de estas características, por desgracia, no son aislados y que los trabajadores del mundo del espectáculo "estamos hartos de vivir experiencias similares". El propio Daniel Pérez narra cómo el año pasado, durante las fiestas de Horche, un grupo de individuos ebrios quemó una lona del escenario. "No hay seguridad en ningún sitio, no hay ninguna normativa en cuanto a cuadros eléctricos y donde enchufar. El protocolo que se aplica en cualquier feria es el todo vale". Ahora, este empresario alcarreño quiere aprovechar el tirón que está teniendo este suceso para visibilizar el hándicap que supone su trabajo porque "esto es nuestro día a día". Y es que el lanzamientos de hielos y vasos, los insultos y un sin fin más de situaciones desagradables e incluso violentas parecen estar justificadas "porque son fiestas".

Por último, el álma máter de 3R Óxido y de la Sala Óxido expone a La Tribuna de Guadalajara otra de las situaciones a la que ha tenido que enfrentarse este verano. "Yo llevo un trailer-escenario y me quedé con los frenos bloqueados. En ese momento, se me llegó a insinuar que debía bajar al pueblo sin frenos, por una carretera con curvas, en un vehículo de 40.000 kilos, para que el pueblo no se quedara sin música". Una historia que refleja, de nuevo, el protocolo del "todo vale en fiestas" que denuncia Pérez a modo de portavoz de los profesionales del sector. Y es que poner en riesgo la vida de una persona por el famoso Show must go on (El show debe continuar) debe dejar de ser la tónica habitual a seguir en este tipo de eventos.